Una 'nariz' en el bosque para adelantarse a los incendios
La empresa Securitas prueba con éxito un sistema de sensores en árboles que reconoce el 'olor' y detecta fuegos en fase muy temprana
Los incendios del verano se apagan en invierno. Lo hemos escuchado en boca de bomberos, agentes forestales, ingenieros de montes y otros muchos expertos. Por ... tanto, ahora que la estación más fría está a la vuelta de la esquina es cuando se debe actuar para tratar de evitar que cuando lleguen las olas de calor (que sin duda llegarán) ocurra lo sucedido este pasado agosto con la sucesión de fuegos más destructiva de la historia reciente, con 325.000 hectáreas de bosque calcinadas. Pero más allá de las labores de limpieza y desbroce, de la apertura de nuevos cortafuegos o del refuezo de los servicios contraincendios (tanto en personal como en medios), los avances tecnológicos, y en concreto la inteligencia artificial (IA), brindan nuevas oportunidades para mejorar los sistemas de protección de los bosques frente a la amenaza de las llamas.
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En este terreno, la empresa Securitas desarrolló hace un par de años el llamado Proyecto Tecnológico para la Protección del Entorno Natural, un servicio de vigilancia remota que se presta sin necesidad de tener personal sobre el terreno y que permite actuar en los primeros minutos de un fuego, lo que reduce drásticamente su potencial destructivo y sus consecuencias medioambientales, económicas y sociales.
El innovador proyecto combina varias tecnologías para la detección ultratemprana de incendios forestales y en este 'ecosistema tecnológico' llama la atención un sensor que, gracias a la IA, aprende a reconocer el olor del bosque en el que está ubicado, detectando así indicios de incendio en fase muy temprana y evitando al mismo tiempo falsas alarmas.
Los sensores se pueden instalar en los propios árboles sin dañarlos y al 'oler' un conato de fuego, envían las señales de alarma que se monitorizan las 24 horas del día en centros de control y seguimiento de Securitas, desde donde se lanzan los avisos a los servicios de emergencia.
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«Esta tecnología se ha probado ya con éxito desde 2023 en el Valle de Tamón-Nubledo, en Asturias, y en el Valle del Pas, en Cantabria. En ambos enclaves como pruebas piloto, si bien en el caso del Valle del Pas, el sistema de vigilancia a distancia continúa funcionando y ha detectado con éxito varias incidencias», cuenta Rafael González del Río, gerente de Internet de las Cosas (Iot, en sus siglas en inglés) de Securitas.
Biblioteca de olores
Como cada entorno forestal es distinto, a los sensores se les 'entrena' de dos maneras. Primero, en el laboratorio se les enseña a detectar los signos de combustión (los 'olores') de distintos tipos de vegetación, por ejemplo, pinos, robles o matorrales... De esta manera incorporan una 'biblioteca' de fuegos con la que comparar lo que pueden llegar a 'oler' en una situación real. En segundo lugar, una vez instalados, los sensores recogen durante varios días los olores de su entorno, es decir, aprenden a qué huele ese bosque en concreto. «Esto es fundamental para evitar falsas alarmas», indica González del Río, que pone el ejemplo de un sensor colocado junto a una carretera. «Aprenderá que el humo de los vehículos que pasan no es una señal de alarma, pero sí la desencadenará si detecta indicios de incendio en la vegetación de la cuneta», indica.
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Una vez que la 'nariz' huele a quemado (o cuando el sensor detecta una señal de alarma), la transmite al dispositivo que centraliza las señales de la red. Este la envía a su vez a una plataforma de software instalada en un centro de control local o en el SOC (Securitas Operation Center), el mayor centro de control de seguridad para empresas e instituciones en España. «Allí el operador puede ver sobre el mapa qué sensor o sensores han saltado y obtener información esencial para confirmar la situación, como puede ser la temperatura registrada. Con esta información puede alertar a los servicios de emergencia y proporcionarles información precisa sobre la localización del conato, e incluso si el fuego se está extendiendo y hacia dónde se dirige, en función de los sensores de la red que se van activando», detalla el gerente.
El sistema de control a distancia ya está en el mercado «y listo para poder ayudar en materia de prevención de incendios», afirma González del Río. «Contamos con instalaciones en empresas que por su actividad y por su proximidad a zonas de bosque tienen un mayor riesgo de verse afectadas por incendios forestales y la red de sensores les proporciona una alerta temprana que resulta fundamental para su protección», añade.
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En el ámbito público, distintos ayuntamientos con entornos naturales de valor se han interesado por este proyecto tecnológico. «El objetivo es doble, la protección de la naturaleza circundante y la seguridad de la población», explica el responsable de Securitas. Para su despliegue, la compañía cuenta con cerca de 600 técnicos capaces de cubrir la totalidad del territorio nacional, así como con un equipo especializado de operadores que trabaja en remoto las 24 horas del día en el SOC. Este personal monitoriza las señales de los sistemas instalados y activa «inmediatamente» a las emergencias en caso de recibir una alerta. «Aunque no participamos directamente en la extinción del fuego, podemos geolocalizar en tiempo real los recursos desplegados sobre el terreno, lo que mejora su seguridad y facilita una coordinación más eficaz», apostilla González del Río.
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