¿Prostitución o trabajo sexual? El debate que enfrenta al feminismo llega a la universidad
Tras la suspensión en la Universidad de A Coruña de unas jornadas sobre las «trabajadoras sexuales» por el boicot de un sector abolicionista, varias universidades, entre ellas la UPV, han organizado iniciativas similares para dar voz a quieres reclaman la regularización de esta actividad
La prostitución es una cuestión que secularmente mantiene dividido al movimiento feminista en dos posturas irreconciliables. De una parte, existe una corriente abolicionista que ... aboga por erradicar la compra de sexo mediante leyes que persigan y sancionen no solo a los proxenetas sino también a los clientes, mientras otro movimiento apuesta por regular estas prácticas para defender los derechos laborales y sociales de las 'trabajadoras' que prestan sus servicios en las calles o en clubs, en situación de marginalidad y exclusión. En medio, un amplio sector al que le cuesta (nos cuesta) tomar partido por una u otra opción, algo que no es fácil cuando ambas vías buscan el mismo objetivo: procurar una vida y un medio de subsistencia digno a un colectivo de personas que se encuentra discriminado, explotado y en la más absoluta desprotección.
Un debate que nunca llegará a un punto de encuentro porque, a tenor de lo ocurrido en los últimos días, las posturas están cada vez más distanciadas. El detonante que ha vuelto a poner en el foco el recurrente debate sobre la legalización o no de la prostitución fueron unas jornadas convocadas en septiembre por la Facultad de Sociología de la Universidad de A Coruña sobre «trabajo sexual», en las que iban a participar, además de docentes, activistas prorregulación y portavoces del sindicato de prostitutas. La iniciativa suscitó un enconado debate que se amplificó en las redes sociales, con dos hastag enfrentados #Universidadsincensura versus #Universidadsinprostitucion, mientras numerosas organizaciones feministas de ámbito local y nacional exigieron a los responsables universitarios la suspensión del evento. «Es una vergüenza que una universidad pública autorice esta materia ilegal», llegó a decir Soledad Murillo, secretaria de Estado de Igualdad. La presión fue tal que el órgano de Gobierno de Universidad de A Coruña tomó la drástica decisión de suspender las jornadas.
Acto en la UPV
«Lo ocurrido fue un ataque inadmisible a la libertad de expresión en una universidad, donde en vez de primar el debate razonado de ideas se impidió dar voz a las reivindicaciones, a través de amenazas y coacciones, de un grupo de mujeres que solo piden derechos», sostiene Maggy Barrere, catedrática de Filosofía del Derecho en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Junto con Juana Goizueta, decana de la facultad y con quien codirige la Clínica Jurídica por la Justicia Social, Barrere -que también es experta en Derecho Antidiscriminatorio- y otras colegas se propusieron enmendar ese agravio a la libertad de debate y organizar un acto «que diera voz a quienes habían sido censuradas».
La jornada, que tendrá lugar el 15 de noviembre en el Salón de Grados de la facultad de Derecho (campus de Ibaeta, en Donosti) bajo el lema 'Derechos vs estigma', «no está centrada en un debate entre el abolicionismo y proderechos -aclara Barrere- sino que es un foro donde se podrá escuchar la postura censurada, víctima de un silencio impuesto con actitudes coactivas e inquisitoriales».
Así, en el coloquio estarán presentes Amaia Lasheras, coordinadora del programa Aukera, Sylvia Gay, profesora de derecho del trabajo y Belén, delegada sindical de Otras Madrid, además de la propia Barrere como moderadora. Antes se podrá ver el documental 'Donde las prostitutas no existen', que cuestiona el modelo vigente en Suecia, donde la prostitución es ilegal desde 1998.
Una veintena de universidades españolas se han sumado a esta iniciativa con jornadas similares para dar voz a las trabajadoras sexuales, que «solo reclaman respecto y derechos». Otra cosa es que se puedan celebrar: en la universidad de Cádiz aparecieron algunas pintadas pero, salvo un pequeño riffirrafe entre unas estudiantes y el moderador, el coloquio se llevó finalmente a cabo. «Todas las personas que se acerquen al acto del día 15 para informarse y hablar con educación y respeto serán muy bien recibidas», dice Barrere, sobre la posibilidad de que se lleve a cabo algún tipo de boicot. «Ojalá no tengamos que escuchar, como en otros lugares vilipendios que rayan lo denunciable, como que formamos parte del lobby proxeneta». Una durísima acusación que evidencia la sideral lejanía que distancia las dos posturas del feminismo sobre la prostitución.
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