Así fue el inédito ataque de las orcas al velero frente a Deba: «Cuando las vi supe lo que iba a pasar»
Claude Dastugue, uno de los dos navegantes del velero embestido por un grupo de estos cetáceos, relata una interacción inédita a dos millas de la costa. «No nos llegamos a asustar, aunque temimos perder el timón»
Malena Cortizo
Jueves, 24 de julio 2025, 09:02
Aletas negras y brillantes atraviesan el azul del mar en un soleado día de verano. Dan vueltas alrededor de un velero y lo hacen tambalearse. ... Lo que en un primer momento es una interacción simpática con un grupo de tres orcas, empieza a tornarse peligrosa cuando los tripulantes se dan cuenta de que los cetáceos se acercan demasiado al timón de la embarcación y empiezan a golpearlo. Una situación que resulta habitual para los marineros que navegan por Galicia o Gibraltar, pero que hasta esta semana no se había dado nunca en Euskadi. Hasta el lunes, cuando a dos millas de Deba, dos franceses vieron cómo tres orcas majestuosas destruían su timón y les obligaban a pedir ayuda. Unas horas después otro velero fue atacado por orcas ocho millas al norte de Cabo Villano, en aguas vizcaínas. Dos episodios que han obligado a extremar las precauciones en los puertos vascos, donde ya se recomienda a las embarcaciones que no se alejen mucho de la costa.
«Más que miedo, nos sorprendió ver a estos animales en esta zona; nos impresionó su tamaño y su fuerza», relata Dastugue
«Cuando vimos aparecer las orcas, supe inmediatamente lo que iba a pasar», explica Claude Dastugue, uno de los ocupantes del velero acosado el lunes por las orcas. De 68 años y residente en un pueblecito cercano a Baiona, navegaba en la embarcación junto a su amigo Michel, propietario del velero. Casualmente, Claude se interesa por estos cetáceos desde hace tiempo y ha visto varios documentales sobre el tema, «por lo que sabía cómo suelen acabar estas interacciones».
Claude y Michel se conocieron el otoño pasado. Los dos son fanáticos de la navegación y congeniaron enseguida. Este verano, habían decidido organizar su segunda salida al mar juntos: un viaje de entre cuatro y cinco días con salida en Zumaia el pasado lunes a las 11.00 horas. Pensaban llegar a Bilbao o a Santander, con varias paradas antes, a bordo del 'Azurea', el velero de Michel.
Su travesía se detuvo en seco al cabo de tan solo tres horas en el mar. Unas orcas aparecieron junto al velero y empezaron a «divertirse». Los dos navegantes detuvieron inmediatamente el barco «para ver si las orcas se iban por sí solas». Al cabo de 15 minutos, cuando comenzaron a golpear el timón, se empezaron a preocupar. «Llamamos a los servicios de rescate porque el barco pronto se volvería inutilizable», señala Dastugue. Según este monitor de vela y habituado a los viajes por mar, los dos amigos tenían «más miedo de quedarnos sin timón, a la deriva, y de acabar encallados, que de los propios animales».
Sorpresa
De hecho, Dastugue no vivió el incidente como un ataque. Prefiere hablar de «interacción». «Más que asustarnos, nos sorprendió verlos por la zona», relata. Aunque la presencia de orcas ha sido registrada en ciertas ocasiones en la costa vasca, no es un fenómeno considerado habitual. «Sobre todo, nos impresionó el tamaño y la fuerza de estos animales», recuerda el navegante.
El lunes se registró otro ataque a un velero por parte de orcas en aguas vizcaínas, a ocho millas al norte de Cabo Villano
Dastugue contó tres orcas cuando una de ellas se quedó atrapada en un cabo que había caído al agua y relata que los otros dos cetáceos, «como por solidaridad», nadaron a su lado. Finalmente fue el propio Claude quien sacó a la orca de su apuro liberándola de la cuerda desde la cubierta del velero. Media hora después de su llegada, los cetáceos se fueron. «Quizás sea porque fui simpático con ellos», bromea Claude Dastugue.
A las 15.45 horas llegó la operación de rescate de Salvamento Marítimo de Bilbao, que remolcó el velero hasta Getaria. «Llevarnos de vuelta a nuestro puerto de salida habría sido demasiado peligroso debido al fuerte oleaje y la entrada difícil de Zumaia», explica Dastugue. A su llegada tres horas después, los dos hombres inspeccionaron el fondo de la embarcación y constataron que había una ligera infiltración de agua. «El personal del puerto sacó el velero del mar para ponerlo en seco y en grada», explica. Los dos hombres cenaron en el pueblo, durmieron en la embarcación y al día siguiente partieron de regreso a Zumaia.
El Gobierno central ha emitido una serie de recomendaciones para las embarcaciones como no alejarse mucho de la costa
Los dos amigos salieron ilesos de esta historia. Solo el 'Azurea' conserva heridas que son, según Dastugue, «reparables». Por el momento, todavía aguarda en Getaria para ser arreglado y devuelto a su propietario. Claude espera que su encontronazo con unas orcas no desanime a los navegantes a descubrir las costas vascas: «Por mi parte, volveré», asegura.
Para reducir los riesgos, el Gobierno central ha emitido unas recomendaciones como no alejarse mucho de la costa o no detener la embarcación en caso de interacción con orcas.
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