El Gobierno vasco se pone el reto de que en 2030 menos del 15% de los residuos acaben en los vertederos
El Plan de prevención y gestión de residuos aprobado este martes por el Consejo de Gobierno del Ejecutivo autónomo apuesta por el reciclaje y por imponer un canon de vertido para reducir en 10 años un 30% los desechos que se generan en Euskadi
La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha presentado este martes el Plan de Prevención y Gestión de Residuos aprobado en ... el Consejo de Gobierno del Ejecutivo autónomo y que marcará su estrategia a seguir hasta 2030, «para garantizar la autosuficiencia del vertido en Euskadi» esta década y «de forma paralela, minimizar el vertido como opción final para los residuos». Entre sus principales objetivos destaca reducir un 30% la generación total de desechos.
De hecho, la responsable autonómica ha destacado que las previsiones es que en este tiempo se logren reutilizar el 85% de los residuos no peligrosos «convirtiéndolos en materiales secundarios», y reducir «del 37% actual a menos del 15%» su traslado a vertederos para su eliminación. Para conseguirlo considera necesario multiplicar los esfuerzos por el reciclaje, por lo que en estos 10 años se invertirán 97 millones de euros en inversiones «prioritarias que minimicen» la generación de desechos.
Tapia ha reconocido que, junto a estas medidas de incentivación, también se establecerán otras penalizadoras como el establecimiento de un canon de vertido e incineración de residuos, «en línea con la legislación estatal, bajo la premisas de que no puede resultar más barato verter un residuo que reciclarlo». Al mismo tiempo, se incrementarán «los recursos de inspección y sanción para garantizar la adecuación de las instalaciones de gestión de residuos y su buen funcionamiento». Con el mismo fin, ha añadido que también se realizarán cambios legislativos en materia de residuos, tanto en la normativa marco que los regula, como en la aprobación de «decretos de habilitación de nuevos usos y prohibición de vertidos».
Economía circular
El plan, que se enmarca en la Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030 y en los principios del Pacto Verde Europeo, busca afianzar los criterios de la economía circular en Euskadi. Para ello se apoyará en las nuevas tecnologías y en todo tipo de acciones que, en colaboración con las propias empresas, permitan desarrollar una «solución integral público-privada de almacenamiento intermedio, adecuación y control de calidad de áridos, tierras y otras materias primas secundarias». También se apoyarán «soluciones definitivas para los residuos plásticos» que eviten que acaben en vertederos. En ese sentido, ha explicado que en Euskadi se están estudiando «unos diez proyectos» de plantas de gestión de residuos «por un lado para gestionar plásticos, por otro los residuos de fundición, también los de las acerías, y la gestión de los residuos provenientes del papel». Las plantas abarcan también la gestión de las tierras que se generan cuando se da una descontaminación de los suelos.
Respecto a la gestión de los residuos no peligrosos, la consejera ha reconocido que la reducción progresiva de su vertido exigirá adecuar «los vertederos actuales para hacer frente a esa necesidad». No en vano, el propio documento recoge las futuras necesidades que tendrá la economía vasca en la próxima década y que cifra en 7,5 millones de metros cúbicos de vertidos. Sin embargo, la capacidad de depósito de estos materiales en Euskadi se reduce a cuatro millones de metros cúbicos en «los diez vertederos en activo», tras la tragedia de la escombrera de Zaldibar, que obligó a su sellado tras un hundimiento que se cobró la vida de dos trabajadores, y el cierre de los depósitos de Larrabetzu y Mutiloa. Fuentes del Departamento han asegurado que esta diferencia de tres millones y medio de metros cúbicos se pretende salvar mediante la reducción de residuos y la puesta en marcha de varios proyectos de valoración energética. Solo en última instancia se barajaría la posible ampliación de los actuales vertederos, «ya que lo que está meridianamente claro es que no se va a abrir ninguno más en Euskadi».
De acuerdo con las últimas cifras disponibles, la generación de resiudos en Euskadi en 2018 alcanzó las 6.089.377 toneladas, lo que supuso un descenso del 4% respecto a 2010. De esta cantidad, el 55% fueron residuos no peligrosos, otro 20% procedentes del la construcción y de demoliciones, otro 20% desechos municipales y un 5% residuos peligrosos.
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