Facua llama a reclamar la devolución de parte del seguro del coche por el estado de alarma

Facua se la juega a lo Panenka contra las compañías aseguradoras. Quiere que devuelvan a los automovilistas parte de la prima del seguro del vehículo de 2020, porque no se ha podido conducir desde mediados de marzo. En realidad, que el amago tiene que tener algo de fuste para que pueda funcionar, aducen que «al finalizar el período en curso cubierto por la prima, deberá reducirse el importe de la prima futura en la proporción correspondiente» a la disminución del riesgo. El argumento sale directamente del artículo 13 de la Ley 50/1980, de Contrato de Seguro.

Con el fin de que las compañías se muevan y su delicado lanzamiento entre plácidamente por el centro de la portería, como en el famoso disparo del centrocampista checo para imponerse en la tanda de penaltis de la final de la Eurocopa de 1976, han lanzado la iniciativa #QuieroMiDinero a la que todo el mundo puede sumarse en su web y dejar constancia de la reclamación. Es complicado, porque habría también un debate sobre qué es el riesgo y si realmente se ha reducido, pero... Nadie esperaba que el guardameta de la potentísima Alemania Sepp Maier recibiera aquel gol. En España hay 30 millones de conductores y si se unen nada es imposible.

Es un primer paso, más simbólico que otra cosa, en una reclamación que la asociación de Rubén Sánchez pretende que sea satisfecha por ley, por una nueva norma que exigen a los ministros Iglesias, Calviño y Garzón. El articulado actual, de 1980, por mucho que se saque un trocito de su contexto, no obligaría a las aseguradoras. El seguro de automóvil, que en España es obligatorio por el mero hecho de tener un coche en propiedad, no calcula sus primas por el uso particular del mismo y obvia la revisión puntual y las circunstancias personales de los asegurados, señalan los juristas. Otra cosa es que se oferten rebajas por política comercial.

Y hay jurisprudencia que les avala. Los tribunales europeos fallaron sobre la obligatoriedad de la póliza por el mero hecho de que un automóvil esté matriculado, se use o no, basándose, por ejemplo, en los incendios fortuitos que suceden en ocasiones en los garajes.