Y al octavo día por fin refrescó, ¿y ahora qué?

A las diez y media de la mañana, varias estaciones de la red de Euskalmet registraban ya temperaturas por encima de los 30 grados, como era el caso de los 35 de Almike (Bermeo), los 34 de Mungia y de Galindo (Sestao), los 33,7 de Galdakao o los 33,4 de Punta Galea. La primera estación en alcanzar los 40 fue precisamente la de Galindo, a las doce y diez del mediodía. Pero, para esa hora, ya se empezaba a detectar cierto cambio de tendencia, con la entrada en algunos puntos de brisa del nordeste que frenaba el incremento de las temperaturas. Los meteorólogos tenían claro que la jornada iba a experimentar una transformación más o menos rápida a partir de la una de la tarde, con la entrada de una «galerna o galernilla» que avanzaba de oeste a este y de norte a sur. «No tendrá vientos muy fuertes pero dará lugar a un contraste de temperaturas y traerá otra humedad. A medida que esa masa recorra el territorio, irán cambiando las cosas: calculamos que a media tarde ya habrá barrido Bizkaia y Gipuzkoa y quizá tenga fuerza para entrar a ciertas zonas de Álava, pero ahí ya medio muere», planteaba a media mañana José Antonio Aranda, responsable de Euskalmet.

El cambio empezó a hacerse notar, de hecho, una hora antes de lo previsto. La estación de Euskalmet en Punta Galea fue una de las que reflejaron esa evolución de manera más tajante. A las doce y diez registraba una temperatura de 36,1 grados. Diez minutos después había caído a 25,4, casi once grados más abajo. Y, para las doce y media, ya se había situado por debajo de los 22. Más al interior, el punto de inflexión llegó un poco más tarde: en Zorrotza, por ejemplo, la temperatura empezó a bajar alrededor de la una, al pasar de 38,7 a 34,4 grados en diez minutos. En Galindo, que a las 12.50 daba la que en ese momento era la máxima de la jornada, con 41,3, media hora después el termómetro marcaba ya 28. En algunos puntos del litoral, el inusual fenómeno meteorológico se manifestó visiblemente en forma de bruma.

El 'combate' entre esa masa de aire más fresco y húmedo, procedente del noroeste, y el cálido y seco que ha marcado nuestra vida durante la última semana no se decidió con la misma prontitud en toda la geografía vizcaína. Alrededor de las cuatro de la tarde, cuando buena parte del territorio disfrutaba ya de 25 grados, Orozko alcanzaba la máxima de la jornada con 42,4, Balmaseda seguía sufriendo 42,1 e Igorre estaba en 41,9. Existía cierta expectación por comprobar si la estación de Aemet en el aeropuerto de Bilbao batía su récord histórico, aquellos 42 grados de julio de 1947, pero allí sí incidió el cambio de tendencia y, finalmente, el pico de la jornada fueron los 38,9 grados de la una del mediodía.

42,4grados es la máxima de hoy, registrada en Orozko.

38,9ha sido la máxima en el aeropuerto de Bilbao, donde el récord histórico son 42.

24traslados a los hospitales se registraron el sábado a causa del calor.

«Volvemos a la normalidad -resume Aranda-, pero seguimos teniendo el problema de que, en el interior, la vegetación continúa estando muy seca». Por eso, pese al final de las alertas por altas temperaturas, el Departamento de Seguridad mantiene para este martes el aviso amarillo por riesgo de incendios en el interior de Bizkaia; en Álava, el nivel de emergencia es naranja, por lo que seguirán vigentes entre las 13 y las 21 horas las restricciones a las actividades que pueden desencadenar un siniestro de este tipo. El responsable de Euskalmet destacó lo «excepcional» de las olas de calor de este año, con tres episodios en los meses de mayo, junio y julio. Este último, de hecho, ha repetido «como una calcomanía» las circunstancias que definieron el anterior, con una 'dana' -es decir, un sistema de bajas presiones en niveles altos- situada junto a Portugal que ha dado lugar a temperaturas extremas en nuestro territorio.