¿Qué es esa 'espuma' tóxica que ha matado 14.000 peces en Australia?
La «catástrofe» la ha provocado una floración masiva de una microalga tóxica que ocupa una superficie similar a la de La Rioja
Una espesa espuma marina tóxica cubre ya una superficie equivalente al tamaño de La Rioja en las costas del sur de Australia. Como si una ... gruesa manta entre blanca y amarillenta hubiese cubierto agua y arena y arrasado con la vida marina a su paso. Porque son ya casi 14.000 los animales que han muerto desde marzo a causa de una masiva floración de una microalga tóxica. Cangrejos, rayas, caballitos de mar, pulpos, hasta un tiburón blanco de tres metros... muchos varados en la arena. Las autoridades han cerrado varias playas, pero antes de que las cerraran cientos de bañistas y surfistas sufrieron inmediatamente los efectos de nadar en el agua contaminada: visión borrosa, tos, ardor en la nariz... como si les hubiera asaltado una repentina gripe tras el chapuzón.
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Este episodio ha sido calificado de «catástrofe» porque las autoridades aseguran que no se cumplen las condiciones para declararlo desastre natural, pero sus consecuencias trascienden la salud. La contaminación de los arenales ha supuesto una estocada para los ingresos procedentes del turismo y para la pesca y ha provocado una importante bronca política a cuenta de la partida de ayudas: 14 millones de euros, cantidad que el Partido Verde considera insuficiente.
Este perturbador evento medioambiental lo es más por dos razones: no tiene 'solución' y se desconocen las causas exactas que lo han provocado. Prueba de lo primero es que las microalgas tóxicas que comenzaron a matar animales en marzo han seguido proliferando y cubriendo más superficie hasta alcanzar ya los 4.400 kilómetros cuadrados.
Agua caliente y poco viento
Sobre el origen, dos cuestiones objetivables. Por un lado, expertos de la Agencia de Protección Ambiental relacionaron esta inusual (por masiva) floración con una ola de calor marina que ha elevado la temperatura del agua 2,5 grados por encima de lo habitual y con el poco viento y el reducido oleaje, cuestiones las tres que favorecen el crecimiento de microorganismos nocivos. Por otro lado, la floración de microalgas es un fenómeno natural. «Es habitual y no es ni bueno ni malo. De hecho, las algas están en la base del ecosistema marino, sin ellas no habría vida en el mar, de modo que son esenciales también para la vida en el planeta», explica Elisa Berdelet, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar. Desde Ecologistas en Acción explican que «suele haber un equilibrio de especies, pero cada cierto tiempo una especie crece más y se produce un descontrol». Que es lo que ha ocurrido en aguas del sur de Australia.
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La causante de este descontrol es la Karenia mikimotoi, una microalga que produce sustancias tóxicas. Apareció por primera vez en Japón hace casi un siglo y desde entonces se ha extendido –Estados Unidos, Canal de la Mancha, sur de Australia– generando anteriormente otras floraciones en las costas francesas, irlandesas... que también provocaron daños en el ecosistema marino.
«Las personas que se bañaron en la playa sufrieron los síntomas de una repentina gripe»
Pero es la dimensión del evento actual el que ha provocado la alarma. «Al reproducirse de forma tan masiva secretan mucílago, una sustancia espesa y de aspecto gelatinoso que las agrupa y las eleva a la superficie para que puedan captar la luz, necesaria porque son especies vegetales fotosintéticas», explica Berdalet. Es esa masa viscosa la espuma que ha acabado con la vida de los peces. Contamina el agua y se acumula también sobre la arena, como una suerte de colchón tóxico –pese al riesgo confirmado, hay varios vídeos en TikTok de gente 'bañándose' en la espuma–.
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«Las microalgas se introducen en las branquias, ahogando a los peces. Y los mamíferos las tragan cuando abren la boca en busca de comida», explica la experta. Sucesos así se han producido antes, «pero este resulta más llamativo porque ha matado animales de gran tamaño».
10 toneladas de algas en Cádiz
Hace solo una semana, los servicios de limpieza de La Línea de la Concepción, en Cádiz, tuvieron que retirar diez toneladas de otra alga, la Rugulopteryx okamurae. Desde mayo, el Ayuntamiento de la capital ha hecho lo mismo con otras 1.200 toneladas. Originaria del Pacífico, fue detectada por primera vez en 2015 en Ceuta y se extendió por toda las costa del país con la excepción de las Islas Baleares. En Euskadi se encontraron ejemplares en el Puerto de Bilbao.
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Qué hace que proliferen organismos que producen sustancias tóxicas requiere de más investigación, «pero hay una cosa obvia: estamos cambiando las condiciones ambientales, alterando el equilibrio natural, con lo que estos episodios suceden más a menudo y con más intensidad. El cambio climático influye y también la contaminación de las aguas, que reciben aportaciones de nitrógeno y fosfatos por aguas residuales, fertilizantes...», advierte un portavoz de Ecologistas en Acción.
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