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Un niño rohingya corre por un cultivo próximo al campamento de refugiados, al otro lado de la alambrada. fotos: zigor aldama

El encierro infinito

Dos años después de la limpieza étnica que llenó los campos de refugiados de Bangladesh, un millón de rohingyas se hacinan en condiciones infrahumanas

Viernes, 16 de agosto 2019, 00:29

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Desde una de las torretas de vigilancia situadas en lo alto de una suave colina, el mayor campo de refugiados del mundo es una interminable ... sucesión de chabolas de madera, bambú y chapa que se pierde en el horizonte. Aquí y allá, un árbol solitario se mantiene en pie de forma precaria sobre el polvoriento terreno que acoge a casi un millón de personas de etnia rohingya. Hasta hace dos años, la mayoría de estos montículos del sureste de Bangladesh componían un frondoso bosque que los elefantes cruzaban tranquilamente en su migración por el sur de Asia.

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