Los sindicatos denuncian «presiones inaceptables» de Bildarratz en la huelga de la concertada
Cargan contra el consejero de Educación por advertir de las «consecuencias muy perjudiciales» que pueden tener los paros para los alumnos y le piden que «no se ponga de lado» en el conflicto
La semana de huelga en la enseñanza concertada cumple este miércoles su ecuador sin que haya visos de que el problema se solucione. Los ... puentes entre patronal y sindicatos están rotos y no hay contactos. Los trabajadores, además, cargan contra el Gobierno vasco por «ponerse de lado» en el conflicto. Es más, los portavoces de los trabajadores han acusado al consejero, Jokin Bildarratz, de realizar una «presión inaceptable» cuando el lunes advirtió de las consecuencias «muy perjudiciales» que la huelga podría tener para los alumnos. Bildarratz también rechazó ejercer el rol de mediador que le exigen las centrales sindicales y que Educación se vio obligada a adoptar en el anterior conflicto, que se cerró en 2019.
ELA, Steilas, CC OO, LAB y UGT han reunido este miércoles a «miles» de trabajadores en Bilbao en una manifestación conjunta que ha recorrido la Gran Vía desde el Sagrado Corazón hasta el teatro Arriaga. Miren Zubizarreta (ELA) y Javier Legarreta (CC OO) han denunciado la «utilización fraudulenta» de la aplicación de servicios mínimos por parte de «bastantes» centros educativos que tratan de «obstaculizar e incluso impedir» el derecho a la huelga. Este elemento es el que, a su juicio, estaría detrás de la enorme disparidad en las cifras de seguimiento: mientras los sindicatos afirman que en torno a un 70% de los trabajadores está secundando los paros, la patronal lo rebaja a un 20%, aproximadamente.
En cuanto al conflicto de fondo, la renovación de un convenio que lleva caducado desde 2021, las centrales critican que las patronales implicadas (Kristau Eskola y Aice-Izea) «bloquean» la negociación y no aportan «propuestas de contenidos». Una estrategia para «dilatar» un conflicto «que se debe solucionar ya por el bien de todos, también de los alumnos y las familias». Kristau Eskola, a su vez, acusa a los trabajadores de no tener una «actitud propositiva», y de haber adoptado una «postura infranqueable, siendo la movilización y el llamamiento a la huelga prácticamente el único movimiento certero» que han realizado.
Ambas partes, patronales y sindicatos, afirman que su voluntad es no repetir el escenario del anterior conflicto. En 2019 acordaron renovar el convenio, que llevaba diez años caducado, después de tres años de conflicto y 29 jornadas de huelga. En esta ocasión llevan ya ocho. Entre mayo de 2022 y febrero de 2023 hubo trece mesas de negociación en las que no se alcanzó ningún pacto y comenzó la dinámica de movilizaciones. Luego hubo otra cita, a finales de noviembre, que también acabó sin acuerdo. Por el momento, no hay prevista ninguna reunión más y los trabajadores amenazan con mantener la huelga en enero.
El conflicto afecta a unos 200 colegios concertados denominados de iniciativa social que emplean a 9.000 trabajadores y matriculan a 130.000 alumnos. Las principales reivindicaciones de los sindicatos se centran en medidas para aliviar las cargas de trabajo, mejoras para los sectores más feminizados y precarizados, subidas salariales que garanticen el IPC, medidas para mantener los puestos de trabajo y contenidos de Formación Profesional. Los planes de euskera, los planes de igualdad y los planes para abordar la salud laboral y especialmente los riesgos psicosociales también están en el punto de mira de los trabajadores.
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