La huelga en la enseñanza tensiona la complicada vuelta al cole por la pandemia

Las centrales censuraron que los protocolos para el regreso que ha presentado Educación «llegan muy tarde», no se han negociado con los representantes de los trabajadores y «delegan en las direcciones y los centros la responsabilidad de garantizar la salud de la comunidad escolar que corresponde al Departamento». «Hay una total falta de concreción en las medidas a adoptar y en los recursos para poder llevarlas a cabo», subrayaron este jueves en una comparecencia conjunta en la que anunciaron las movilizaciones.

Las centrales ya habían advertido desde hace semanas que se movilizarían si el Gobierno vasco no se sentaba a negociar la vuelta al cole. La lucha que comienza hoy se produce a cuatro días del inicio de las clases y en medio de la incertidumbre que soportan las familias por el regreso a las aulas de sus hijos con los contagios del coronavirus al alza en Euskadi. La portavoz de LAB, Irati Tobar, justificó este jueves que habían decidido «dar un paso adelante» para lograr «de forma urgente» abrir el diálogo con Educación. «Han tenido tres meses para escuchar nuestras peticiones y no lo han hecho», censuró.

Las centrales justificaban este jueves que «nos encontramos en una situación epidemiológica preocupante», por lo que «es imprescindible planificar medidas eficaces para garantizar un retorno seguro y poner los medios para hacerlo posible». Los detalles que dan sobre las dificultades de los colegios en este arranque del curso han aumentado la preocupación de los padres. «Los centros están desbordados», describe Aitor Idigoras, portavoz de Steilas, sindicato mayoritario en la enseñanza pública. Asegura que las direcciones y los claustros soportan una «carga de trabajo insostenible» para poder poner en marcha todas las medidas que exigen los protocolos de Educación. Defiende que hacen falta más profesores y también personal para reforzar la limpieza de instalaciones y atender los comedores o el transporte escolar, sometidos a rígidas medidas para evitar contagios.

Los sindicatos consideran que el millar de docentes más que contratará Educación son «insuficientes» y que «no hay criterios claros» de cómo se van seleccionar o asignar a los colegios. Además inciden en que el reparto de más de 20.000 portátiles tampoco soluciona la brecha digital que se agrandó el curso pasado. «No hay recursos para poder cumplir los protocolos», coincidió Miren Zubizarreta, responsable de enseñanza en ELA. Y advierte de que una de las razones por las que se ha llegado «a esta situación» es porque «no hay una suficiente inversión en Educación».

Los representantes de los trabajadores aclaran que son partidarios de retomar las clases presenciales para «responder a las necesidades pedagógicas de los alumnos». «Creemos que hay que volver a las aulas pero es imprescindible garantizar la salud de los miembros de la comunidad escolar», incidió la responsable de ELA. Zubizarreta defiende que centros y profesores «están haciendo todo lo que buenamente pueden, pero se ha cargado en los trabajadores esa falta de planificación y recursos».

Las centrales advierten que los paros podrían prolongarse si no se responde a sus demandas. La amenaza de que un conflicto deje a los alumnos en casa de nuevo ahonda el malestar de unas familias que llevan con sus hijos en el domicilio desde el pasado mes de marzo, con los graves problemas de conciliación que supone.

Los representantes de los trabajadores de la enseñanza culpan de este negro panorama al que se enfrentan los hogares al Departamento. «La gestión de Educación para volver a las clases de forma presencial sigue siendo inaceptable e irresponsable, unilateral y no consensuada y tardía» por lo que «está generando una situación de incertidumbre permanente en trabajadores y trabajadoras, alumnado y familias», criticaron.