Expertos alertan de que los modelos lingüísticos generan una «guetización» en los colegios vascos

El de los modelos lingüísticos es un debate recurrente en la comunidad educativa, pero las alarmas han saltado con los últimos informes internos del Gobierno vasco. El D, íntegramente en euskera, ha demostrado no ser capaz de garantizar el nivel suficiente de este idioma entre su alumnado. En la búsqueda de un consenso que sirva de base para la futura ley educativa autonómica, los partidos políticos coinciden en que se debe reformular el sistema para asegurar que los chavales logren la competencia necesaria en ambas lenguas oficiales.

«Hay que tener en cuenta que la capacidad para hablar una lengua no sólo depende del centro educativo, sino también del entorno social y familiar», ha subrayado Juan Ignacio Pérez, catedrático y exrector de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Una tesis en la que también ha querido incidir Mari Tere Ojanguren, vicepresidenta del Consejo Escolar y exdirectora de la ikastola Lauaxeta, quien ha advertido de que el ecosistema «no es el mismo en Ondarroa, en la Margen Izquierda o en Vitoria» por la distinta penetración del euskera en cada zona.

Pero incluso en cada uno de esos sitios se dan sustanciales diferencias. Ferrer y Gortazar, autores de un informe sobre segregación escolar, han alertado de que la división entre los modelos A, B y D impide una equivalencia entre centros. «Las familias eligen en función de la oferta y de sus oportunidades. El diseño de los modelos lingüísticos implica que no haya equivalencia y eso influye en la segregación escolar», han explicado. Esa «guetización» por factores lingüísticos lo padecen, sobre todo, los alumnos que cursan sus estudios en los modelos A (íntegramente en castellano) y B (mixto) en centros públicos.

En cualquier caso, el idioma de estudio no es el único factor. El director del Instituto Vasco de Investigación Educativa (ISEI-IVEI), Eduardo Ubieta, ha apuntado también hacia variables económicas y de origen. Tampoco cree que las desigualdades se den solamente entre la pública y la concertada: «No hay una segregacion exclusiva entre redes, también las hay dentro de las dos». Ferrer y Gortazar han apuntalado esta tesis al señalar que tal división sólo explica «entre el 20 y el 30%» de la segregación total. De hecho, países como Bélgica e Irlanda, con gran peso de la concertada, tienen menores niveles que Euskadi.

Y es que los niveles de desigualdad entre alumnos en el País Vasco son de los mayores de España. Una segregación que se perpetúa, según el profesor de la Universidad de León Enrique Díez, con la «trampa de la libertad de elección de centro». Bajo su punto de vista, habría que cortar la financiación pública de centros privados por ser «la mayor garantía» de tales diferencias. «Lo que está haciendo es permitir a las clases medias y altas alejarse del alumnado extranjero y buscar centros que les faciliten contactos sociales para relaciones futuras», ha diagnosticado.