El éxito escolar de Castilla y León: «Valoramos el mérito y el esfuerzo y no renunciamos a la escritura a mano»
La consejera de la comunidad vecina, Rocío Lucas, subraya la apuesta por la «formación continua» del profesorado y las clases de refuerzo
El informe PISA es la única evaluación en la que es posible establecer comparaciones entre las distintas comunidades autónomas. Castilla y León, Cantabria y Asturias conforman el triángulo de oro de la educación en España, al mismo nivel que los países más avanzados. La primera, de hecho, lidera todas las áreas evaluadas en PISA, y lleva años en la parte alta de la tabla, donde antes se codeaba con Euskadi.
Rocío Lucas, consejera de Educación de Castilla y León (PP), explica en conversación con este periódico que una de las claves de su éxito es «la formación continua del profesorado». «Invertimos el doble que el resto de comunidades en formación, unos 1.000 euros por docente y año. Y mientras la media nacional de horas de formación cada curso escolar por docente no llega a las 50, nosotros superamos las 75», añade. La consejería oferta anualmente un amplio catálogo de formación presencial y 'online' que permite al profesorado «actualizar y mejorar sus competencias profesionales».
«Otra de las grandes fortalezas del sistema educativo de Castilla y León es la política de refuerzos educativos tanto dentro como fuera del aula», continúa la mandataria. «Todos los alumnos que lo necesitan reciben formación gratuita por las tardes de las materias estructurales como Lengua, Matemáticas e Inglés en los cursos clave, tanto en Primaria como en Secundaria».
«Nuestra apuesta es reforzar al que lo necesita, llevar a todos hasta el punto en el que tienen que estar gracias a los valores que nos han acompañado siempre como son el mérito, el esfuerzo y la capacidad», abunda. «La política educativa de Castilla y León tiene mucho de maridaje entre la innovación y los valores que nos han traído hasta aquí. Apostamos por métodos innovadores de enseñanza y por el uso de las nuevas tecnologías como apoyo, pero sin renunciar a algo muy básico como es la escritura a mano y el papel», concluye.
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