Estudiantes de un colegio de Bilbao contactan con la Estación Espacial Internacional

Todas estas preguntas se las han podido trasladar en riguroso directo los estudiantes de Indautxuko Eskola a la astronauta estadounidense de origen indio Sunita Williams, que se encuentra a bordo de la EEI. Es una de los nueve integrantes de 71ª misión espacial en la estación. Sus líneas de trabajo se centran en analizar enfermedades y terapias neurodegenerativas, botánica espacial, cambios de fluidos y sistemas de soporte vital basados en algas.

«Hello, good morning! Can you hear us? Over». «Yes, I hear you loud and clear, over». A las 12.53 horas se ha establecido contacto a través de una central radiofónica ubicada en Bélgica. Ha sido un momento emocionante. Una veintena de chavales de entre seis y doce años contenían la respiración en una sala del colegio público de Infantil y Primaria. Una a una, la astronauta ha ido respondiendo a sus inquietudes. Les ha contado que le encanta el espacio «porque parece que puedo volar»; que para salir de la Tierra hay que estar «en buena forma y felices»; que desde ahí arriba se ve «la curvatura del planeta y el océano»; que puede calentar agua para ducharse y tomar «café o té»; que la primera vez que salió al espacio (éste es su séptimo paseo por las estrellas) fue «increíble»; y que habla con su familia «por radio o videoconferencia».

La «ventana de comunicación» con la EEI que ha permitido la conexión ha durado unos diez minutos. Ha sido una experiencia realmente extraordinaria, que supone la guinda de un pastel que ha tardado más de un año en elaborarse. El colegio bilbaíno ha participado en el programa ARISS (Amateur Radio on the ISS), una iniciativa que anima a los estudiantes de todo el mundo a emprender carreras en el ámbito STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas, en inglés) a través de oportunidades de comunicación mediante radio amateur con la tripulación de la EEI.

El proyecto del centro bilbaíno se enmarca dentro de la estrategia STEAM del Gobierno vasco, que busca despertar vocaciones científicas. Ha sido coordinado por Anuska Ortega y Ari Maestre, encargadas de innovación y proyectos en Indautxuko Eskola. Ortega explica que el primer paso fue presentar el proyecto a la NASA. Cada año, la agencia recibe en torno a 1.500 solicitudes y no acepta más de una cuarentena.

«Presentamos una programación pedagógica anual que abarca todos los cursos de Primaria», explica la profesora. En línea con el nuevo currículum, se plantean diferentes «situaciones de aprendizaje» en torno a una temática; en este caso, el espacio. Así, por ejemplo, en clase de Matemáticas los alumnos aprenden a manejar números de siete cifras «calculando la distancia entre planetas»; en Lengua trabajan textos «de ciencia ficción»; en euskera estudian vocabulario relacionado con el espacio; en ciencias naturales analizan las leyes físicas que rigen más allá de la atmósfera, la duración de los días... En definitiva, se plantea una programación global que abarca diversas áreas.

Es un trabajo que ha llevado más de un año, y la comunidad escolar se ha volcado en el proyecto. Dentro de la semana de la ciencia que el centro celebra cada curso, algunos padres incluso han enseñado a los estudiantes nociones básicas de radio y se han presentado otros proyectos. «Les enseñamos a amar la ciencia», expone Ortega.

Al acto de este miércoles han acudido la consejera de Educación, Begoña Pedrosa, y la concejala de Educación del Ayuntamiento, Eider Bilbao. Pedrosa ha celebrado el «compromiso y la implicación» de toda la comunidad de Indautxuko Eskola para llevar a cabo el proyecto y ha animado al alumnado a continuar estudiando en el ámbito científico.