Educación rebaja el número de alumnos vulnerables en los grandes municipios de Bizkaia
El departamento actualiza los porcentajes de este tipo de escolares después de que las familias rellenasen un cuestionario
La asignación a cada centro escolar de un índice de vulnerabilidad ha sido, sin duda, la gran novedad del nuevo proceso de admisión del alumnado y el que más polémica ha generado. Solamente se ha establecido en el aula de dos años.
En puridad, el porcentaje o índice de vulnerabilidad es una foto fija. Por ejemplo, el de Barakaldo es de 13,25%. ¿Qué significa? Que Educación ha detectado que esa proporción de alumnos que estudian en Barakaldo son vulnerables. Ello implica que cada centro de la localidad fabril que recibe financiación pública –es decir, públicos y concertados– tiene que admitir esa proporción de estudiantes. Algunos tendrán más alumnos de este tipo y otros menos; la idea es que se vayan equilibrando progresivamente.
¿Y qué es un alumno vulnerable? Aquél que presenta alguno de estas características: retraso madurativo, trastornos del desarrollo del lenguaje y la comunicación, trastornos de atención o de aprendizaje, desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje, situación de vulnerabilidad socioeducativa, altas capacidades intelectuales, haberse incorporado tarde al sistema educativo o condiciones personales o de historia escolar.
Este periódico publicó en exclusiva los porcentajes que Educación asignó a cada municipio antes del proceso de matrícula. Ahora el departamento ha actualizado esos datos. Y lo ha hecho a la baja en los grandes municipios de Bizkaia como Bilbao (en Abando, Rekalde, Miribilla...), Barakaldo, Basauri, Durango, Galdakao, Getxo ySanturtzi. Solo sube en Portugalete y Sestao.
La actualización llega después de que las familias hayan rellenado un cuestionario durante la matrícula. Esta ha sido, precisamente, una de las grandes polémicas: la forma de detectar a este tipo de estudiantes. Las patronales de la concertada y las asociaciones de la red pública han criticado «falta de transparencia» en los criterios seguidos y que el test preguntaba por cuestiones fácilmente manipulables, como el número de libros que hay en casa.
Los estudios y formación de los padres fue el criterio que más puntuó a la hora de determinar la vulnerabilidad
Criterios seguidos
EL CORREO ha tenido acceso a esos criterios. En el cuestionario que las familias rellenaron se tuvieron en cuenta cinco factores: los estudios y formación de los padres (suponía el 23,7% de la puntuación); las posesiones de la familia (20,3%); el número de libros en casa (19,3%); los bienes económicos y culturales de la familia (18,6%); y el trabajo de los progenitores (18%).
Esos cinco factores sumaban una puntuación. Las familias que estaban entre el 15% que menos puntos lograron son los que han sido catalogados como vulnerables. Y son, por tanto, los alumnos a los que los centros deben reservar plaza. La preocupación de muchos colegios es «¿qué pasa si reservo una plaza para un estudiante de estas características y se queda vacía?».
