Los decanos vascos de Educación proponen endurecer el acceso a Magisterio
Reclaman criterios complementarios a la nota de corte y aumentar la duración del máster que capacita a los docentes de Secundaria
Los decanos de las facultades de Educación de las universidades vascas han planteado este miércoles la necesidad de una reforma en el sistema de acceso ... a la docencia, con cambios en las vías de entrada a los grados y una ampliación de los másteres que capacitan a titulados en otras áreas para ser profesores de Secundaria. Ante la ponencia del Parlamento vasco que busca fijar las bases para la nueva ley educativa, los responsables de los centros de la UPV/EHU han llamado a buscar a «los alumnos más cualificados», algo en lo que coinciden con los responsables de Deusto, Mondragon y Begoñako Andra Mari, interesados también en ver aumentado el «reconocimiento social» de la profesión.
Actualmente los estudiantes de Educación Infantil y Primaria acceden a las universidades públicas en base a una nota de corte. «Afortunadamente en las últimas décadas se han dado grandes pasos. En las antiguas diplomaturas no figuraba el requisito de haber superado la Selectividad», ha recordado Igor Camino, decano de la Facultad de Educación y Deporte de la UPV/EHU en el campus de Álava. Ahora, en cambio, algunas de las carreras de Magisterio piden de las puntuaciones más altas: hasta un 12,4 sobre 14 para entrar en el itinerario trilingüe de Primaria. Pero aun así, el responsable se ha preguntado si esos requisitos garantizan que el «alumnado esté cualificado», por lo que ha pedido otros criterios.
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¿Qué tipo de condiciones complementarias habría que establecer? Camino propone, por ejemplo, que se hagan pruebas específicas a los potenciales estudiantes de Magisterio que incluyan «aspectos actitudinales, de motivación» y, sobre todo, competencias básicas relacionadas con «el desarrollo profesional y emocional». La decana de la Facultad de Deporte y Educación de Deusto, Maria Isabel Ariceta, también ha abogado por «rebaremar» el sistema de acceso a los grados universitarios. «Sería importante preguntar al alumnado del futuro si quieren ser profesores. Tienen que ser conscientes de los requerimientos que exige», ha explicado.
Otra de las cuestiones que preocupan a los decanos es el euskera. El decano de la Facultad de Educación del campus de Bizkaia de la UPV/EHU, Asier Romero, ha reclamado una «reflexión del proceso de euskaldunización» al constatar que los resultados van a la baja. Su centro ha establecido la obligatoriedad de contar con el título B2 al advertir que antes estaban entrando alumnos procedentes de Bachillerato que accedían a la facultad «con un nivel menor al requerido». El responsable también ha propuesto que se cree una suerte de «pasaporte lingüístico» con el que se secuencie en los cursos primero y cuarto el nivel de conocimiento de los idiomas.
El número de plazas
Sobre la mesa también ha estado el debate sobre el número de plazas que ofrecen las facultades vascas. Beñat Amenabar, decano de la Facultad de Educación, Filosofía y Antropología de la UPV/EHU en el campus de Gipuzkoa, considera que se debe hacer «un análisis» que tenga en cuenta las necesidades del sistema educativo, tanto de la red pública como de la concertada. En este sentido, Romero ha advertido de que la apertura de la nueva universidad Euneiz en Vitoria «complica el panorama», sobre todo de cara a las prácticas que hacen los estudiantes: «Apenas hay plazas para prácticas en centros de Álava. ¿Dónde las van a hacer los alumnos de este nuevo centro? ¿Se seguirá quitando plazas a los de la pública?».
Las preocupaciones de los decanos no sólo se sitúan en las carreras, sino también en los másteres y doctorados. Amenabar considera que el posgrado para profesores de Secundaria debe pasar de uno a dos años de duración para equipararlo con las titulaciones de otros países europeos. «No ponemos en duda el conocimiento en un área concreta, pero hay que complementarlo con formación pedagógica», ha dicho. Romero, por su parte, ha incidido en la falta de incentivos para doctorarse: «Reciben 1.500 euros de sueldo, una cantitad inferior a la que cobrará cualquier egresado en un centro educativo. ¿Cómo vamos a retener o atraer talento a nuestras facultades?».
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