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Las familias de dos chicos con autismo que aprobaron la OPE de celador y que han quedado excluidos durante el proceso de selección. Maika Salguero

Denuncian que Osakidetza «niega la plaza» a autistas que aprobaron la OPE

Salud reservó 11 puestos para personas con discapacidad intelectual en la categoría de celador, pero solo dos de las 14 que superaron la oposición la han obtenido

Lunes, 1 de abril 2024, 00:28

Osakidetza está adjudicando en las últimas semanas las plazas de la OPE 2018-2019. Aquella convocatoria ofertaba 3.353 puestos de los que 65 se ... reservaron para personas con discapacidad intelectual, repartidos en cuatro categorías. Ettore Salazar y Victoria 'Bika' Pérez son dos de las personas que optaron a ellos. Ambos tienen autismo. «Soñábamos con obtener una de las 11 plazas» que Osakidetza destinaba para celadores con este tipo de dificultad. Finalmente no ha sido así. Su limitación no les impidió, sin embargo, cumplir los requisitos para presentarse a la convocatoria. A nivel académico ambos cuentan con la ESO, como exigen las bases. Estudiaron el mismo temario que el resto de las 11.513 personas que se presentaron al examen de esa categoría en el BEC y los dos aprobaron la prueba.

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No fueron los únicos. Otras doce personas con discapacidad intelectual superaron aquel ejercicio. 'Bika' y Ettore estaban entre los once que habían obtenido notas más altas. Osakidetza les citó para un reconocimiento médico para valorar su situación y les dio el certificado como aptos para ejercer esta profesión en el Servicio Vasco de Salud. Las sorpresas que acabaron por dejarles fuera del proceso vinieron después.

La primera fue a la hora de seleccionar las plazas en las que querían trabajar. Se encontraron con que Salud «no reservó plazas específicas» para personas con limitaciones intelectuales, ni tampoco tuvo en cuenta «sus dificultades de desplazamiento». Había una única bolsa para los 191 puestos de celador que se ofertaban, tanto para los aspirantes generales como para los discapacitados. «Esto hizo que nuestros hijos pasasen a estar los últimos de la lista, porque aunque aprobaron el examen lógicamente sacaron una nota más baja que las personas sin discapacidad intelectual. Además tampoco tienen perfil lingüístico ni los puntos que se conceden por él. Nosotros pensábamos que la gente con discapacidad intelectual competía entre ellos en esta OPE, pero vimos que lo hacían contra todos y que les quedaban los puestos que no quería el resto», explican Maitena González y Sonia Gajate, madres de estos dos jóvenes.

Las familias

Alegan que Osakidetza ha incumplido el decreto que fija el acceso al empleo de personas con discapacidad

Esto dio lugar a situaciones poco comprensibles para estos padres. «En el listado de puestos a seleccionar nuestros hijos podían elegir trabajar en quirófano o en una unidad de Reanimación en Vitoria, que no creo que fuesen los más idóneos para nuestros ellos, dada su discapacidad y más aún teniendo en cuenta que viven en Bilbao», relata Carlos Pérez, padre de 'Bika'. Las familias de estos opositores creen que Osakidetza no ha cumplido en esta convocatoria todos los aspectos que se recogen en el Real Decreto 2271/2004, que regula el acceso al empleo público de las personas con discapacidad.

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La siguiente sorpresa se la llevaron a la hora de cumplimentar la elección de destino a través de la herramienta informática habilitada por Salud. Aseguran que solo se les permitió seleccionar «cuatro» y «siete» puestos respectivamente. Y que no fue hasta una vez cerrado el proceso cuando se les comunicó, de forma indirecta, que no elegir por orden de preferencia las 191 plazas ofrecidas, era un posible motivo de exclusión.

El resultado final es que de las once plazas de celador que Osakidetza había reservado para personas con discapacidad intelectual en la OPE 2018-2019 solo dos han sido ocupadas por aspirantes con esta limitación. A uno de ellos, una chica vizcaína, le ha tocado una plaza de turno de tarde en Gipuzkoa. El resto de aspirantes que habían aprobado la oposición han sido descartados por Salud durante el proceso de elección de puestos. «Nos sentimos engañados y que no quieren que trabajemos para ellos», cuentan Ettore y 'Bika'. Sus padres van más allá. «Nuestros hijos tienen autismo, aprobaron la OPE de celador, pero Osakidetza nunca ha tenido intención de que accediesen a esas plazas. Se las niegan. Lo que les ha hecho no es inclusión. Es exclusión pura», claman.

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Crítica

Padres señalan que Salud no reservó plazas en sus hospitales para personas con esta limitación

Segundo recurso

Las familias presentaron en diciembre una reclamación ante Salud en la que trasladaban lo que, a su entender, son incumplimientos de los establecido en el Real Decreto que regula el acceso de las personas con discapacidad al empleo público. Dicen que no recibieron respuesta. En los próximos días presentarán un segundo recurso y, si tampoco se atienden sus demandas, valoran presentar una denuncia judicial.

El Departamento de Salud, por su parte, niega que se hayan dado errores informáticos en el proceso, subraya que todos los pasos a seguir para seleccionar plazas figuran en las bases y afirma que las personas que aprueban la OPE «eligen destino». Aunque matiza que si las plazas para personas con discapacidad intelectual no se cubren -como ha sucedido- pasan a «los siguientes en lista».

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Apnabi lamenta que «se han perdido» puestos para personas con discapacidad intelectual

Tanto 'Bika' como Ettore están inscritos en Apnabi, la asociación de familias con trastorno del espectro autista de Bizkaia. La entidad es conocedora de lo sucedido, confirma «la exclusión» de estas personas durante el proceso y comparte buena parte de las reclamaciones de los afectados. No descarta además que Osakidetza pueda haber incumplido en la OPE parte de lo fijado en el Real Decreto y sostiene que Salud debería hacer todo el proceso de selección de plazas accesible para personas con discapacidad intelectual y explicarles con claridad los motivos de su posible exclusión. Apnabi tenía previsto acompañar a las personas con autismo que entrasen a trabajar en Osakidetza, pero ninguno de los socios que aprobaron la OPE de celador va a ocupar el puesto. Para la entidad, además de la decepción personal que se han llevado estos jóvenes, el problema es que «se han perdido plazas para personas con discapacidad intelectual» porque son otros aspirantes quienes las han ocupado. Las bases prevén que cuando queden vacantes esos puestos «por falta de candidatos», se cubran por personas con otras de limitaciones, como son las de movilidad.

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