«Un dato ingenuo subido a la red hoy puede ser mañana nuestra condena»
Alerta de los riesgos del uso de la inteligencia artificial en la Administración porque tiene «sesgos» y puede «discriminar a colectivos»
La Autoridad Vasca de Protección de Datos cumple 20 años. Sólo el 12% de los ciudadanos de Euskadi conoce la web de esta entidad y ... su director, Unai Aberasturi (Bilbao, 1978), admite que uno de sus retos pasa por ser más cercanos, sobre todo ahora que la sociedad afronta «nuevos y complejos» desafíos como la inteligencia artificial. «No somos ni seremos un obstáculo para el desarrollo de las nuevas tecnologías; pero su uso tiene que hacerse de acuerdo a la normativa», advierte.
- Recientemente amonestaron a Osakidetza porque un empleado del hospital de Galdakao accedió a un historial clínico para contactar con una paciente con fines que nada tenían que ver con la medicina.
- Sí. Es un caso llamativo. Pero hay más. Un sanitario entró a buscar datos de sus vecinos y después los utilizó en una reunión de comunidad contra ellos. Es un asunto muy grave, ya que puede ser un delito castigado con penas de cárcel.
- Pero este tipo de denuncias son las más frecuentes en la Autoridad, ¿no?
- Sí. Quizás porque estamos muy sensibilizados con la salud.
- En ese caso se avisaba a Osakidetza de que no había colaborado.
- En su día afirmé que teníamos un problema con este organismo, pero ahora me corresponde decir que ha habido un cambio positivo de actitud con la nueva dirección.
- La ley les impide multar a un organismo público. ¿No les resta esto cierta autoridad?
- No se sanciona porque el importe iría a una caja común de dinero público. Y eso no tiene sentido. Pero sí podemos pedir que se abra expediente al trabajador responsable. Incluso ponerlo en conocimiento de la Fiscalía.
- El 52% de los vascos está preocupado por la privacidad de sus datos. Pero pocos conocen la Autoridad, pese a que tiene 20 años.
- Es verdad que hay un creciente interés por parte de la ciudadanía por proteger sus datos. Y también es cierto que uno de nuestros retos es darnos más a conocer. La autoridad tiene, sobre todo, dos ámbitos fundamentales de actuación. En primer lugar, vigilar y acompañar a las administraciones para que hagan una buena política de protección de datos y también, en cierta forma, de ciberseguridad. Les asesoramos y supervisamos que cumplen la normativa cuando llega alguna denuncia ciudadana. Por otro lado, el otro campo importante de nuestro trabajo consiste en concienciar a la sociedad precisamente de la relevancia del derecho a la privacidad y del buen uso de la tecnología. Que no regalemos nuestros datos y que no caigan en manos de terceros que puedan darles un mal uso.
- ¿Es el estado del WhatsApp una bomba de relojería?
- Me parece una mala práctica. Seamos conscientes de lo importante que es proteger nuestro derecho a la privacidad, porque no hay libertad para desarrollar nuestra personalidad sin derecho a la privacidad. No nos podemos acostumbrar a subir fotos en grupos de WhatsApp en los que hay personas desconocidas, ni a poner en nuestro perfil fotos de nuestro día a día, ni a compartir con personas que no conocemos fotos, informaciones, opiniones sobre cualquier aspecto de nuestra vida.
- ¿Por qué?
- Porque aquello que subimos hoy de forma ingenua puede condenarnos mañana a la hora de buscar un trabajo, de optar a un alquiler...
- O para aspirar a un premio, como le ha pasado a la actriz Karla Sofía Gascón.
- Por ejemplo. Tenemos que ser muy conscientes de que toda la información que compartamos de nuestra esfera personal puede ser usada en nuestra contra.
- ¿Hay alguna manera de volver atrás, de borrar nuestro rastro?
- Está el derecho al olvido. Podemos pedir a los buscadores que desindexen esa información. Es decir, si nos han puesto una multa y sale nuestro nombre en el boletín oficial... Pues no vamos a poder borrar ese boletín pero sí podemos evitar que, cuando alguien busque nuestro nombre y apellidos, no le salga un enlace a ese boletín.
- Llamar a la puerta de Google parece complicado, ¿no?
- Lo importante del derecho a la protección de datos es creérnoslo. Lo primero es la prevención. Pero después, si por lo que sea hemos acabado colgando cosas que a futuro no nos interesa que sean públicas, tenemos la posibilidad de evitar que esa información sea utilizada de mala manera. Ahí radica la magia del derecho a la protección de datos.
- Le pongo otro ejemplo, el otro día vi en un partido de infantiles a unos padres grabando el encuentro y subiéndolo a internet.
- Es otra mala práctica. Se está vulnerando el derecho a la imagen y a la privacidad de los menores. Ese tipo de prácticas son prescindibles y evitables.
- El Gobierno vasco ha anunciado esta semana que utilizará inteligencia artificial para atender a los ciudadanos.
- Habrá que estudiar cómo se hace porque esta tecnología entraña riesgos. Puede discriminar a determinados colectivos, porque parte de sesgos que ya utilizamos. Otro derecho fundamental que está en juego es la transparencia. Tenemos derecho a conocer cuándo se utiliza la IA, cómo se utiliza y cómo nos afecta su uso. Y, por último, está la privacidad, que puede verse afectada, porque la inteligencia artificial utiliza datos, muchas veces, personales, y también porque, en ocasiones, los datos que utiliza no son veraces. Se corre el riesgo de que la IA parta de fuentes desactualizadas o inexactas. Y se usa más de lo que creemos. Encendemos la televisión y está Netflix. Es IA. Tenemos derecho a controlar lo que sucede con nuestros datos cuando se utiliza inteligencia artificial: derecho de acceso, derecho de cancelación, derecho de rectificación, derecho a no ser perfilado...
Formas menos intrusivas
- Hace poco afearon la conducta al Ayuntamiento de Bilbao por sus redes Wifi y por querer usar datos de los usuarios para saber ubicaciones y perfiles.
- En estos casos, lo importante no es el qué sino el cómo. Hay que preguntarse si no hay otras maneras menos intrusivas de recoger una información que sí puede ser de interés público, pero que igual no lo estamos haciendo bien en el ámbito de la privacidad.
- ¿Qué opina del juzgado de Bilbao donde se obligó a poner pegatinas de colores a los denunciados por violencia machista?
- Está muy bien que lo comentes porque casi siempre relacionamos protección de datos con Internet y tenemos que ser conscientes de que es algo que va mucho más allá. Este caso no nos llegó, pero fue conocido. Es ejemplo de ello, pero te pongo otro. En una comisaría tú vas a denunciar unos hechos y lo haces en una ventanilla con diez personas detrás. Y a viva voz tienes que dar tu nombre, apellido, DNI y lo que te ha pasado. Lo mismo en el ámbito sanitario. Hay veces en las que a una persona la llaman en una consulta concreta en la que es muy fácil identificar el tipo de enfermedad que padece: 'Fulanito de tal, pase a la sala 2'. Error.
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