Una 'webcam' vigila Marte desde Bilbao
El grupo de Ciencias Planetarias de la UPV opera una de las cámaras de la nave europea 'Mars Express', en órbita del planeta rojo desde 2003
La 'Mars Express' entró el 25 de diciembre de 2003 en órbita del planeta rojo con ocho instrumentos científicos, pero ahora vigila ese mundo con ... nueve. El añadido es una pequeña cámara, la VMC, que inicialmente tenía un objetivo modesto: confirmar la separación del 'Beagle 2', un módulo británico que había hecho el viaje junto con la 'Mars Express' e iba a intentar aterrizar en el planeta. El laboratorio, que tenía que buscar signos de vida en la superficie de Marte, se perdió durante el descenso aquel día de Navidad y no se supo nada de él hasta once años después. El 29 de junio de 2014 lo fotografió la 'Mars Reconnaissance Orbiter' de la NASA en Isidis Planitia. Había llegado al suelo intacto, pero sus paneles solares no se habían desplegado por completo.
La Cámara de Seguimiento Visual (VMC) se desactivó tras fotografiar al 'Beagle 2' adentrándose en la negrura el 19 de diciembre de 2003. Su misión había terminado. Sin embargo, la Agencia Espacial Europea (ESA) la volvió a encender en 2007 para sacar fotos del mundo vecino con fines divulgativos. Y eso estuvo haciendo hasta que Agustín Sánchez Lavega, director del Grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco (UPV), descubrió su potencial como instrumento científico.
LA CLAVE
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2016 La 'webcam' es recalificada como instrumento científico de la 'Mars Expres'
«En febrero de 2015, a partir de fotos del telescopio espacial 'Hubble', publicamos en 'Nature' un artículo sobre un penacho brillante y muy alto en el limbo de Marte. Estaba anclado sobre la región Cimmeria y llegaba a los 250 kilómetros de altura», recuerda el astrofísico bilbaíno. Cuando en junio de ese año presentaron en Alicante el trabajo en un congreso sobre exploración del Sistema Solar, Alejandro Cardesín, responsable de operaciones de la 'Mars Express', le llamó la atención sobre la pequeña cámara. «Me dijo que igual podía verse el fenómeno en alguna foto tomada por la VMC. Busqué en el archivo y encontré imágenes espectaculares, aunque no de nuestro fenómeno».
Poco después, un alumno del Máster en Ciencia y Tecnología Espacial que dirige Sánchez Lavega en la Escuela de Ingeniería de Bilbao realizó su trabajo final basándose en fotos de la VMC, también llamada 'la webcam de Marte'. «La presentación de ese primer estudio científico en congresos hizo que la gente se diera cuenta de las cosas que podían hacerse con una cámara que hasta entonces solo se usaba para divulgación», rememora la astrofísica Teresa del Río Gaztelurrutia.
Decisión de objetivos
Cardesín habló entonces con el jefe de la misión Mars Express, y la VMC fue recalificada en 2016 como instrumento científico. El noveno de la nave de la ESA, que nombró a Sánchez Lavega investigador principal de la cámara. Del Río Gaztelurrutia se encarga del proyecto y Jorge Hernández Bernal, investigador también del Grupo de Ciencias Planetarias, opera la VMC y está haciendo la tesis doctoral sobre meteorología marciana con sus observaciones. «Los objetivos científicos los decidimos entre los tres, y luego Jorge planifica cómo hay que hacer la observación concreta», indica Del Río Gaztelurrutia.
«La órbita de la nave es fija. No hay combustible para variarla. Así que lo primero que tenemos que hacer es ver qué podemos mirar en cada órbita», explica Hernández Bernal. Además, como fue concebida sólo para seguir la separación del 'Beagle 2', «la VMC no puede observar Marte en cualquier momento porque, cuando funciona, todos los demás instrumentos deben apagarse. En la práctica, esto implica que observamos el planeta, sobre todo, desde el apocentro, el punto más alejado de la órbita. Desde ahí podemos ver todo el disco del planeta. Luego, además, por acuerdos con el resto de los instrumentos, podemos hacer observaciones cercanas».
«Es una cámara muy sencillita, menos potente que una GoPro, pero ya ha sacado 50.000 imágenes»
Resultados
Los responsables de los nueve instrumentos de la 'Mars Express' se reúnen cada semana para establecer prioridades, y después el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), con sede en Madrid y que dirige las operaciones de las misiones de la ESA, reparte los tiempos. En el caso de la VMC, Hernández Bernal prepara los comandos para sacar las imágenes buscadas, y el ESAC envía esas instrucciones para la cámara a la 'Mars Express'. Ahora mismo, desde España, investigadores del Centro de Astrobiología (CAB) operan en Marte las estaciones meteorológicas de tres laboratorios de la NASA -'Curiosity', 'InSight' y 'Perseverance'- y los astrofísicos de la UPV, la pequeña cámara de la ESA.
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Observatorio meteorológico
«Estamos vigilando Marte con una 'webcam' para observar las tormentas de polvo, las nubes de agua, los casquetes polares... No se trata de un 'Meteosat', pero vigilamos la evolución de los fenómenos meteorológicos. Es una cámara muy sencillita, menos potente que una GoPro, pero ya ha sacado 50.000 imágenes», destaca Sánchez Lavega. La ESA está encantada con la conversión de la 'webcam' en un instrumento más. «En la última reunión del equipo de la misión, Dimitri Titov, director científico de la 'Mars Express', dijo que ha sido una muy buena inversión», indica el investigador vizcaíno. Además de los resultados científicos, el proyecto permitió contratar a un estudiante y luego a Hernández Bernal. Ambos cursaron en su día el Máster en Ciencia y Tecnología Espacial de la UPV, una cantera de astrofísicos con varios alumnos haciendo en la actualidad trabajos con datos procedentes de 'la webcam de Marte'.
Hernández Bernal ha publicado ya, en el marco de su tesis, tres artículos basados en observaciones de la VMC: uno sobre la tormenta de polvo planetaria de 2018; otro sobre la nube que se forma a diario al amanecer en una época del año en el volcán Arsia Mons, en cuyo estudio profundizará durante una estancia de tres meses en París en otoño; y un tercero sobre las nubes crepusculares noctilucentes. «Estas nubes son mucho más comunes en Marte que en la Tierra, pero pasa lo mismo que con la de Arsia Mons, que no se han visto claramente hasta ahora porque no había cámaras que vieran el amanecer», explica el joven astrofísico, que se ha encargado también de la elaboración de los programas para el procesado y archivado de datos de la VMC de cara a su futuro uso científico.
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