Una de las huellas infantiles de hace 16.500 años de la cueva de La Garma. ROBERTO ONTAÑÓN PEREDO

Encuentran huellas de niños del Paleolítico de 6 a 7 años en una cueva de Cantabria

Datadas hace unos 16.500 años, las pisadas se encuentran en una galería de difícil acceso, a 300 metros de la boca de la gruta de La Garma

Ana Gil Zaratiegui

Santander

Lunes, 17 de mayo 2021, 15:52

La cueva de La Garma, en Ribamontán al Monte (Cantabria), contenía ya importantes pistas sobre el comportamiento y la vida de nuestros antepasados del Paleolítico, ... y ahora los arqueólogos que trabajan en la cavidad han descubierto restos de huellas de niños de esa época, de entre 6 y 7 años, en un estado «excepcional de conservación». Están en un lugar que había pasado desapercibido hasta la fecha por encontrarse en una zona elevada, de «muy difícil» acceso y no verse desde la galería principal.

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La nueva estancia, que se encuentra a 300 metros de la boca y tiene casi 4 metros de alto y 6 de ancho, fue descubierta cuando la investigadora Marián Cueto observó un posible acceso varios metros por encima de la Zona VII de la Galería Inferior. Tras obtener los permisos pertinentes, lo que parecía el pasado 9 de abril una exploración rutinaria se convirtió en un gran hallazgo para el codirector del proyecto, Roberto Ontañón Peredo, director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, y los espeleólogos Alfredo Corral de Miguel y Ana Varela Fernández, del Club Espeleológico Ábrigu.

Después de un difícil recorrido, llegaron a un sector de suelo arcilloso, afectado por desecación poligonal, que presentaba en algunos espacios segmentos de arcilla removidos. En un primer momento, barajaron la posibilidad de que se tratará de rastros de un oso. Sin embargo, tras un estudio más exhaustivo de las huellas, comprobaron que se trataba de pisadas humanas.

Tras seguir el rastro de la primera pequeña marca, se encontraron hasta catorce pisadas infantiles. Las huellas tienen una longitud de 18 centímetros de punta a talón e incluso se han encontrado varias marcas de talón sin el resto del pie, además de otras que apuntan a que corresponden a la marca de un codo. Todas han sido halladas en el interior de un 'gours' -concreción carbonatada con forma de dique sobre una pendiente por la que circula un curso de agua- que actúo como elemento de contención de la arcilla en estado húmedo y, tras desecarse, se formaron grietas en una red poligonal.

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Esto, unido a los movimientos de la tierra, lleva a los expertos a creer que las marcas evidencian el juego de uno o varios niños en la superficie de barro. La galería se encuentra en una zona totalmente oscura. Para llegar a ella, hay que atravesar desniveles verticales de varios metros. Se trata de una área peligrosa y poco apta, en principio, para el juego de niños pequeños, lo que hace más «sorprendente» que pudieran estar ahí.

Restos frágiles

Este descubrimiento condiciona el camino a seguir a la hora de explorar de esta galería hasta el momento desconocida. El trabajo «no ha hecho más que empezar», explicó este lunes Roberto Ontañón, director de cuevas de Cantabria. Por el momento, dada la extrema fragilidad de los restos, el equipo investigador se ha limitado a realizar un primer registro fotográfico y en breve procederá al delicado trabajo de documentarlos mediante el levantamiento topográfico con láser escáner, la fotogrametría, la fotografía en alta resolución y la restitución en 3D.

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Al importante conjunto de arte rupestre, suelos y construcciones magdalenienses de La Garma, se une ahora el testimonio de la actividad lúdica de los más pequeños de aquella sociedad. Los investigadores dijeron este lunes que la cavidad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008, es un filón «inagotable» para el estudio de nuestros antepasados. «No deja de sorprendernos» tras mas de 25 años de excavaciones, destacó el vicepresidente cántabro, Pablo Zuloaga. Ontañón y Pablo Arias, director del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, se mostraron convencidos de que La Garma dará todavía «muchas alegrías arqueológicas».

Un extraordinario hallazgo con muy pocos paralelismos

La relevancia científica del hallazgo es «extraordinaria», ya que son muy pocos los vestigios de este tipo de comportamientos descubiertos. En la cueva del Tuc d'Audoubert, en el Pirineo francés, se han encontrado rastros de pisadas humanas, entre ellas varias de niños, algunas de talones, como las de La Garma. Datan del Magdaleniense medio, hace unos 16.500 años, periodo al que corresponden los suelos de la Galería inferior de La Garma y al que, en una primera aproximación, se pueden atribuir estos nuevos testimonios de presencia humana en la cueva de Ribamontán al Monte.

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