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La metáfora de la rana hervida ha sido usada por el mismo Al Gore en su documental 'Una verdad incómoda'.

Una rana incómoda

guillem chust

Sábado, 30 de octubre 2021

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Observo atónito cómo nos apresuramos a predecir y retirarnos del peligro de las olas en el paseo de Donostia, la lava de la Palma o ... un huracán en Florida, y a su vez ver nuestra inacción ante el lento pero gradual cambio climático. Es lo que se ha venido en llamar la metáfora de la rana hervida, usada por el mismo Al Gore en su documental 'Una verdad incómoda'. Si echamos una rana en un caldero hirviendo, saltará para escapar, pero si el agua está fría y se calienta gradualmente, no percibirá el peligro y se cocerá hasta la muerte. Desafortunadamente para Al Gore, la premisa de la macabra metáfora es falsa, ya que la biología de la termorregulación nos dice que la rana sí saltará antes de morir, si bien es verdad que lo hará habiendo sufrido. Pensemos en los ya miles de refugiados climáticos por inundaciones y sequías. Soy de los optimistas que piensa que podemos evitar problemas mayores antes de que lleguen. Pero los impactos perjudiciales del cambio climático a la sociedad no llegarán gradualmente, sino en forma de eventos extremos, cambios de régimen abruptos, y las fluctuaciones caóticas del clima. Hace décadas que sabemos que un incremento lineal en las condiciones, como por ejemplo el calentamiento del mar, puede comportar cambios de regímenes abruptos en los ecosistemas y su biodiversidad, e incluso nuevos estados cuyo retorno a las condiciones originales requiere un esfuerzo y tiempo mayor. Es lo que se llama el punto de no retorno y que los científicos han establecido en el umbral de 1,5-2º C de calentamiento global, respecto a la era preindustrial. Y ya llevamos 0.99ºC, según indica el informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático publicado este agosto. Más allá de ese umbral de calentamiento, muchas consecuencias son extremadamente difíciles de predecir por el papel que juegan las corrientes oceánicas en la redistribución del calor del planeta. Dicha impredecibilidad es inherente a los sistemas complejos incluido el clima planetario, a cuyo estudio se han dedicado los tres premios Nobel de física de este año.

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