El sufrimiento del orangután no es un cuento
La veterinaria bilbaína Karmele Llano lleva su experiencia cuidando a estos simios en Borneo a las páginas de un libro ilustrado
Pronto hará 20 años desde que Karmele Llano pisó Indonesia por primera ver, allá por 2003. Fue para «trabajar unos meses en centros de rescate de animales» y aquello bastó para cambiar su vida. Volvió y se quedó. Lleva ya casi tres lustros viviendo en Borneo, la tercera isla más grande del mundo. La labor de esta veterinaria bilbaína ha sido destacada varias veces en las páginas de este periódico y muchos ya la conocen como 'la chica que cuida a los orangutanes'. Aunque de su trabajo también se benefician los humanos de las comunidades locales y los del resto del mundo, su quehacer y el de su equipo, a través de la ONG International Animal Rescue, resulta primordial para que esos tiernos pelirrojos de mirada inteligente y franca no desaparezcan del planeta. Su historia, su labor al otro lado del mundo y el sufrimiento al que los humanos sometemos a estos y otros animales más las relata Karmele en 'Los orangutanes y yo', un cuento que acaba de salir a la venta en castellano y euskera.
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«Creo que es una buena manera de concienciar a los niños de la importancia de cuidar el planeta, a los animales. También es una forma de que se animen a llevar a cabo cosas ellos y de que sepan que lo que hacen en su vida influye en la de otros», explica Llano desde la isla indonesia. Sabe bien que contar con un referente en conservacionismo es importante. Ella misma reconoce en las páginas del libro, con prólogo del periodista Lorenzo Milá, la importancia que ha tenido en su pasión por la naturaleza la figura de Félix Rodríguez de la Fuente. «A través del televisor fue el primero que nos habló de la fauna salvaje que vivía en la península ibérica (...) Con la fuerza de sus palabras, como un mago, nos hipnotizaba a toda la familia frente a la tele cuando daban su programa». Una «pasión» que «a muchos nos impulsó a seguir sus pasos».
Ese punto didáctico impregna las 56 páginas de 'Los orangutanes y yo', que se transforman en un recorrido no solo por la actividad de la vizcaína, sino que ofrece datos geográficos, fichas con información sobre algunas especies en peligro de extinción o detalles que remueven conciencias.
EL LIBRO
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A la venta Desde 21,85 euros
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Editorial A fin de Cuentos
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Ilustrado Por María Girón
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Prólogo De Lorenzo Milá
«Los macacos se capturan de bebés y al hacerse mayores, como pueden ser agresivos, los abandonan de cualquier manera. O lo que es peor los convierten en 'monitos de feria' obligándolos, a base de castigos, a realizar papeles en los que copian a los humanos». O sobre los loris, esos simios redonditos y de grandes ojos que hace no mucho hicieron soltar muchos «¡Ooooooh!» protagonizando vídeos aparentemente inofensivos en internet. Pues bien, para convertir a estos supuestamente achuchables peludos en mascotas es necesario «arrancarles todos los dientes» porque esta especie posee una mordedura «venenosa» que puede ser «letal». Ahora esos vídeos ya no parecen tan entrañables.
OTROS SIMIOS AMENAZADOS
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Chimpancés. Según la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) todas las especies de chimpancé –comunes y bonobos– están dentro de la categoría 'En Peligro'. Las principales causas de la pérdida de ejemplares son la desaparición o drástica reducción de su hábitat, su caza para alimento humano y enfermedades, como el ébola.
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Gorilas. Sus dos especies –la oriental, con el gorila de montaña como una de sus subespecies más conocidas, y la occidental– están en peligro crítico de extinción por la caza furtiva, la fragmentación de los ecosistemas, la destrucción de los hábitats y las continuas guerra internas que se viven en África. Un dato: en 2020 solo quedaban 1.063 gorilas de montaña en libertad.
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Loris. Cinco de las ocho especies de loris que habitan el planeta están en la Lista Roja de la UICN: cuatro con la clasificación de «vulnerable» y una «en peligro crítico de extinción». Se trata del loris perezoso de Java que ha experimentado un retroceso en su población de 80% en los últimos 20 años. Sobre ellos pesan la deforestación y especialmente el comercio ilegal.
El protagonista del libro, no obstante, es el orangután. Y uno en concreto, Jojo, tiene con un simbolismo muy especial para Karmele Llanos. Animal y humana se conocieron en abril 2009. «Una ONG de Borneo nos llamó para que fuéramos a ver a un espécimen que estaba cautivo ilegalmente». Lo encontraron atado a un poste con una cadena «de no más de 30 centímetros». Los grilletes se habían clavado en su carne. La miró y se lo dijo todo.
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La mirada de 'Jojo'
«Estaba necesitado, triste, deprimido. No solo fue como si me viera por dentro sino que además me habló». No pudo hacer mucho más por él que administrarle medicamentos, curar sus heridas y acomodar el grillete para que no le hiciese más daño. Tuvo que dejarle allí porque trasladarle era complicado y no había centros de recuperación cerca.
En los últimos años las cosas han evolucionado algo. Hay nuevas amenazas, como el aumento de los incendios por el cambio climático pero la conciencia sobre los orangutanes ha mejorado su situación. Siguen siendo una especie en peligro pero por ejemplo, la deforestación fruto de la plantación salvaje de palma se va atenuando. «La concienciación en Europa y el cambio de legislación ha hecho que se plante menos. Si no se consume allí el aceite de palma no lo paga aquí el hábitat de la especie», explica la veterinaria. La labor de los 270 voluntarios en Borneo es muy necesaria aún y si no, que se lo pregunten a 'Jojo' y a sus 85 colegas que ahora mismo atienden en el proyecto de Internacional Animal Rescue en la isla. Sí, Karmele, regresó a por él y por cierto «se pronuncia Yoyo».
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