Un 40% de los que agreden a sus parejas no completa el curso que evita la reincidencia
Violencia de género ·
Jóvenes impulsivos o en exclusión social, el perfil de los que abandonan la actividad por la que se les perdonó entrar en la cárcelLos maltratadores de sus parejas abandonan los cursos de violencia de género con mayor frecuencia que los agresores sexuales, según un estudio realizado con los ... psicólogos que colaboran con Instituciones Penitenciarias. Los primeros, condenados por agredir a sus parejas o ex son los que dejan los cursos con más frecuencia. Un 40% no termina las clases destinadas a los agresores de las mujeres con las que mantienen relaciones sentimentales (llamado PRIA-MA). Además presentan «una actitud mucho más desafiante, con mayor oposición al programa», que los agresores sexuales, que siguen otro tipo de curso.
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Mientras que el 70% de los que siguen el 'Programa para el control de la agresión sexual' (PCAS), incluidos los que cometen abuso infantil, sí finaliza el tratamiento, a pesar de tener «mayores dificultades de apertura durante las sesiones, impidiendo la adquisición de aprendizajes» y «una red de apoyo nula o muy escasa».
Estos programas se dirigen a los condenados por un delito relacionado con la violencia de género y contra la libertad sexual, y se les sustituye la pena de prisión a cambio de «trabajos en beneficio de la comunidad, en cuyo caso se impondrá la sujeción a programas específicos de reeducación y tratamiento psicológico», explica el estudio 'Actualización de los programas de tratamiento y su reorientación a la prevención integral de la reincidencia', financiado por el Ministerio de Derechos Sociales.
La importancia está en que «diversos estudios han evidenciado que una mayor tasa de abandono en los programas de tratamiento está asociada con un incremento en las tasas de reincidencia», aseguran los autores, encabezados por Carla Martínez Ventura, que se propusieron «profundizar en el conocimiento sobre las personas que abandonan los programas de tratamiento».
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«A los que desempeñan algún puesto de autoridad» se les hace «menos tolerable. Y al final, no es que abandone, pero busca que le eches».
El estudio, que entrevistó a 44 profesionales de 15 asociaciones, la mayoría psicólogos (95%) con posgrado, revela que el abandono de los programas suele ser voluntario. Los motivos más recurrentes de abandono son los problemas legales, «concretamente, el ingreso en prisión y la revocación de la medida judicial» y la incompatibilidad laboral o cambio de residencia, indica la investigación. También el consumo de drogas o alcohol, ya sea porque falta a las clases o «llega en un estado alterado».
¿Por qué esa diferencia de diez puntos entre los agresores sexuales y los maltratadores de género? Aunque son descritos como «retraídos e introvertidos», el delito de agresión sexual, «sobre todo infantil, a nivel social está mucho más penado y la culpa que ellos llevan es muchísima más grande», argumenta la 'Profesional 5'.
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Perfiles variados
Con perfiles variados, que van desde jóvenes de 20 a 35 años en situación de exclusión social, con problemas laborales y familiares hasta los que tienen un «nivel socioeconómico medio-alto, cuyas responsabilidades laborales y sus actitudes les impiden continuar con el programa». Ese último perfil «más alto» da prioridad a su trabajo, al no querer «quedar mal en la empresa», pero además el 'Profesional 9' apunta que a los que desempeñan «algún puesto de autoridad» se les hace «menos tolerable. Y al final, no es que abandone, pero busca que le eches».
Algunos rechazan el programa «nada más empezar», porque el condenado no domina el idioma, mientras que «los momentos de mayor riesgo de abandono se sitúan entre la tercera y la décima sesión, reduciéndose el riesgo una vez se alcanza la mitad del programa». ·En los grupos de entre ocho y quince personas, abandonan 2,4 de media, por reingresos en prisión por quebrantamientos de condena o causas pendientes o problemas económicos. «Tenemos bastantes personas sin hogar. Es difícil intentar estabilizar a una persona y trabajar ciertas cosas si ni siquiera tiene una casa. Un chico que no tiene casa, no tiene un sitio donde dormir, ducharse, comer... pues no viene porque está buscándose la vida».
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Con psicopatologías (27,9%) o bajo autocontrol e impulsividad (22,2%), a veces también se les expulsa de las sesiones, por faltas de asistencia (77,8%), conflictos con tutores (14,8%) o con otros condenados (7,4%). El 'profesional 7' sostuvo en su respuesta que hay «casos donde tenían conductas más hostiles entre ellos. Al fin y al cabo, se tocan temas muy personales y empiezan a decir: 'pues tú eres no sé qué, pues tú eres no sé cuánto'».
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