El PP vasco abre una nueva era que le facilita el acercamiento al PNV

A diferencia de la anterior dirección, Feijóo parece llegar con la intención de enterrar el hacha de guerra y recuperar la antigua sintonía con Sabin Etxea. Algo ya tiene ganado porque no es ningún secreto que la relación del nuevo presidente popular con el lehendakari viene siendo óptima hasta en los momentos de mayor tensión. Cuando los puentes habían saltado por los aires y no había visos de reconstrucción su comunicación seguía siendo fluida.

Aunque hace ya un par de años que el PP vasco tiende la mano a Urkullu, lo cierto es que no han alcanzado acuerdos de calado en la política vasca. La relación es bastante fría y las críticas de los populares al «estilo PNV» y al «nacionalismo obligatorio» son feroces. Las últimas a cuenta de la reforma educativa, «un copia y pega de lo peor de Cataluña», dijo Carlos Iturgaiz el viernes. Ayer Feijóo reivindicó el «bilingüismo cordial». Que realmente viene a ser lo mismo que defiende su partido en Euskadi, pero el mensaje dirigido al nacionalismo suena más amable.

El cambio de rumbo será muy medido, la oposición seguirá siendo dura porque el crecimiento del PP vasco pasa por comer espacio electoral al PNV, pero el nuevo tono podría empezar a visibilizarse mañana mismo. El lehendakari recibe en Ajuria Enea a Iturgaiz en el marco de su ronda de contactos con la oposición a propósito de la crisis energética.

«Volveré a tenderle la mano, como vengo haciendo siempre», explicó ayer el presidente del PP vasco en declaraciones a EL CORREO en el Palacio de Congresos de Sevilla. Pero algo suena diferente ya. «Defendiendo los principios del PP apoyaremos (al Gobierno vasco) en lo que se pueda», añadió Iturgaiz antes de defender que el PNV «debe estar más cerca del PP que del frente de izquierdas» que forman Bildu y Podemos en el Parlamento.

Además de tener nuevas directrices, el PP vasco retorna del cónclave sevillano con una certeza y una incertidumbre. Lo seguro es que Iñaki Oyarzábal, presidente del partido en Álava, sale reforzado tras su inclusión en el Comité Ejecutivo Nacional que rodeará a Feijóo. Lo dudoso es si el nuevo líder nacional también tirará de cuota vasca a la hora de completar el equipo que le acompañará a Génova.

El nombre que señalan todas las quinielas desde hace semanas para sumarse a la dirección, o al consejo asesor externo que prepara Feijóo, es el del exministro, expresidente del PP vasco y exalcalde de Vitoria Alfonso Alonso. Él niega su retorno a la primera línea política, pero tiene el foco encima. Ha estado en Sevilla, pero en un discretísimo segundo plano, lo contrario a otros aspirantes como Fátima Báñez y Esteban González Pons. Tampoco se ha dejado ver con el resto de la delegación vasca. «Empieza una nueva era. Como ya dije, se puede relanzar el partido», afirmó ayer.

La otra incógnita que debe despejarse a corto plazo es la fecha del congreso del PP vasco. Iturgaiz va a solicitar a Feijóo que lo convoque de forma «urgente», y según fuentes populares podría haber novedades al respecto la semana que viene, en el transcurso del primer Comité Ejecutivo Nacional.

La cita es importante porque debe dilucidar si Iturgaiz sigue al mando del PP vasco, ratificando su nombramiento de hace apenas dos años, o Feijóo le pide que dé un paso a un lado para que la nueva era arranque también con nuevos dirigentes. El presidente regional pretende presentar su candidatura si cuenta con el visto bueno de Génova, pero tampoco pondrá pegas si ocurre lo contrario. Iturgaiz abandonó ayer Sevilla con la «satisfacción» de haber exhibido la «unión» del PP vasco.