Ver fotos
Urkullu apela a los «grandes consensos» para frenar la pandemia al ser reelegido lehendakari
El candidato del PNV revalida el cargo para un tercer mandato en una sesión marcada por la crisis sanitaria y en la que dibuja un futuro turbulento
david guadilla
Jueves, 3 de septiembre 2020
Eran las 19.39 horas e Iñigo Urkullu era elegido lehendakari por tercera ocasión. Ahora con la tranquilidad que le otorga la mayoría absoluta que ... suman el PNV y el PSE. Dato no menor y que no se daba desde hace dos décadas. Las primeras personas en saludarle con el codo fueron, casualmente, las que serán dos de sus principales rivales durante la legislatura: Maddalen Iriarte y Miren Gorrotxategi. Diez minutos después se encontraba en el hall del Parlamento con su familia y abandonaba el Legislativo tras intercambiar gestos de cordialidad con la cúpula del PSE. El saludo con Idoia Mendia y el resto de dirigentes socialistas servía para escenificar lo que va a ser la próxima legislatura.
Noticia Relacionada
El anti líder o el triunfo de saber leer el país
Porque se trata de una alianza que servirá para construir un Gobierno «sólido», según recalcaron jeltzales y socialistas. Con mayoría absoluta, Urkullu no se tendrá que preocupar por hacer equilibrios parlamentarios para sacar adelante los Presupuestos. Enfrente, Iriarte también presentó su propia candidatura. Solo logró el apoyo de sus compañeros de EH Bildu. Lo esperado.
Se ponía fin a una sesión de investidura de ocho horas marcada por la pandemia. Por la escenografía -con todos los parlamentarios con mascarillas, mamparas de separación...- y por los discursos de todos los protagonistas. Por la preocupación sobre un futuro que se antoja complicado. Urkullu no se anduvo con rodeos. «Vienen meses y años duros, muy duros, pero saldremos adelante». Habló de «dramatismo» y de la necesidad de aplicar «reformas», de un «trabajo urgente»... Ese será el gran reto al que se enfrentará su Gobierno. Y lo será durante mucho tiempo, porque el propio lehendakari reconoció que los efectos del virus se extenderán durante toda la legislatura. Es decir, sin querer decirlo de forma expresa, Urkullu borró de un plumazo cualquier esperanza sobre una recuperación a corto plazo. No llegará.
«Acuerdos amplios»
Unos «momentos extraordinarios» que está viviendo Euskadi y que requerirán de «acuerdos amplios» y «grandes consensos». Una «mano tendida» a la oposición en la que también insistió su socia de Gobierno, futura consejera y, salvo sorpresa, vicelehendakari Idoia Mendia. La oferta fue recibida con grandes dosis de escepticismo por parte del resto de grupos. Tanto Bildu y Elkarrekin Podemos como PP+Cs mostraron sus disposición a sumar fuerzas. Pero la distancia es sideral. Joseba Egibar llegó a hablar de «señuelos», Vox fue por su cuenta y en su segunda intervención Urkullu acusó a la oposición de caer en la «demagogia», el «catastrofismo» y el «alarmismo»
Fue una sesión con «poco suspense y ninguna incógnita», como subrayó Carlos Iturgaiz. Al menos dentro del salón de plenos. Porque mientras Urkullu desgranaba las medidas a desarrollar saltaba la noticia. EL CORREO desvelaba que el PNV proponía a Estefanía Beltrán de Heredia como candidata a senadora de designación autonómica, lo que de facto suponía su salida del Gobierno vasco, en el que durante los últimos ocho años ha sido consejera de Seguridad. Con un amplio listado de quinielas circulando por los pasillos del Parlamento, el discurso de Urkullu pasó por momentos a un segundo plano.
Quizás porque hubo pocas medidas concretas. El lehendakari se esforzó en detallar la filosofía que guiará la labor de su Gabinete y, sobre todo, apeló a la «responsabilidad». De su Gobierno, de la oposición, de la sociedad... Subrayó que no es el momento de la «demagogia» ni de buscar «un chivo expiatorio», sino de un «realismo constructivo». En ese resumen del programa de Gobierno, Urkullu anunció una sucesión de leyes, prometió que el 100% de la vivienda pública será en régimen de alquiler, deseó que Euskadi sea un «referente» en medio ambiente, en igualdad, en cooperación al desarrollo... Propuso un pacto intergeneracional, planes de familia, «una nueva administración pública» y se comprometió a situar el paro de nuevo por debajo del 10%. Ese será, afirmó, su principal objetivo.
Y también habló de autogobierno. Se trata de una de las cuestiones más complicadas de gestionar para el PNV y el PSE porque las discrepancias siguen sobre la mesa. De hecho, ambos partidos han aplicado una fórmula muy similar a la de 2016. Acuerdo para completar el actual Estatuto y para recalcar que debe ser reformado para reforzar el autogobierno, pero a partir de ahí las diferencias volverán a ser gestionadas en el Parlamento dentro de la ponencia creada a tal efecto. Unos matices que pudieron verse durante la sesión de este jueves.
Porque Urkullu habló de alcanzar «un nuevo pacto estatutario de futuro que reconozca nuestra realidad nacional, la singularidad del autogobierno vasco, asiente una relación bilateral con el Estado y favorezca la presencia y proyección internacional de Euskadi». Mendia, por su parte, puso el foco en otro punto. Trató de un pacto en el que «quepamos más», «para mejorar la vida de la ciudadanía y reforzar la cohesión social». Unos matices y un tono que apelaban al consenso y que fue aprovechado por Nerea Kortajarena, la representante de EH Bildu, para cargar contra el lehendakari. Porque, en su opinión, Urkullu se ha acercado demasiado a las posturas del PSE. «Ha renunciado a la nación foral, al derecho a decidir, al estado confederal, a las consultas», reprochó.
«Garantizo lo que mejor sé hacer, trabajar con rigor», concluyó Urkullu, quien también recordó lo sucedido en Zaldibar y se comprometió a llegar hasta el final.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión