Los trapos sucios de los exjefes de ETA
Jon Iurrebaso, el rostro más mediático de los disidentes, carga contra David Pla por llevar a la banda a la «rendición»
david guadilla
Lunes, 13 de mayo 2019, 01:09
Un año después de que ETA anunciase de forma oficial su disolución, algunos de los que formaron parte de su cúpula airean sus diferencias ... de forma pública. La existencia de discrepancias en la dirección de la banda no es nueva. Pero si durante décadas cualquier disidencia se tapaba, se zanjaba a tiros y solo salía a la luz a raíz de los documentos intervenidos por las fuerzas de Seguridad, ahora el debate se realiza sin censura. Por internet. Los últimos protagonistas han sido David Pla y Jon Iurrebaso.
El primero salió de prisión en abril. Miembro de la dirección del EPPK, se le considera uno de los encapuchados que en octubre de 2011 anunció el cese definitivo de la actividad terrorista y uno de los dirigentes que abogó en los últimos años por abandonar la violencia y apostar por las vías políticas. Iurrebaso, por su parte, formó parte de la delegación de ETA que negoció con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2006. El 22 de junio, junto con 'Josu Ternera', se reunió en Ginebra con Javier Moscoso y Jesús Eguiguren. En libertad desde hace años, es el rostro más mediático del sector disidente aglutinado alrededor del colectivo ATA. Para este grupo, la disolución de ETA fue una «traición».
Las andanadas de los críticos hacia la línea oficial de la izquierda abertzale son continuas, aunque su impacto interno es escaso. Pero pocas veces se dirigen de forma directa hacia un exjefe de la banda. El origen de la bronca está en una entrevista que dio Pla a 'Gara' hace escasos días. El exjefe del 'aparato político' reconocía que el final de ETA y su desarme «no ocurrió como imaginábamos, pero se hizo bien», y que el modelo primero «y más eficaz en caso de haber existido voluntad política» consistía en un acuerdo con los gobiernos de España y Francia.
La respuesta de Iurrebaso fue inmediata. A través de los canales habituales por los que ATA hace públicas sus opiniones, arremetía contra Pla en un artículo titulado 'Final autonomista de la última ETA y su entorno'. Consideraba que la disolución de la banda, «en sus manos y en las de otros, fue un despropósito detrás de otro» que se puso en marcha tras el «golpe de Estado de 2009».
El origen de los reproches es una entrevista de Pla en 'Gara' en la que opina que el fin de ETA «se hizo bien»
Alta tensión
Aquel año, en la izquierda abertzale y en la propia banda terrorista se produjo un intenso debate interno sobre cómo afrontar el futuro ante la presión policial y judicial a la que estaba sometida la organización. La tensión llegó a tal punto que, según documentos policiales intervenidos en su momento, ETA estuvo a punto de partirse en dos.
En un texto muy duro, Jon Iurrebaso acusa a David Pla de haber provocado una «auténtica rendición», le reprocha haber mantenido posiciones «pueriles», de entregar «las armas a nuestros enemigos», le censura la actitud con los presos de la banda y le lanza una advertencia: «¿Cree que Euskal Herria construirá el Estado socialista sin sufrir la represión, sin tener que defenderse, sin nuevos presos y presas políticas vascas?».
A día de hoy, el peso de los grupos disidentes es escaso. Apenas media docena de reclusos apoya sus planteamientos. Entre ellos, Iñaki Bilbao Goikoetxea. De cara a las elecciones generales del pasado 28 de abril, los críticos con la actual dirección hicieron un llamamiento a la abstención, que tuvo escaso eco. De hecho, EH Bildu mejoró sus resultados en todos los territorios.
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