Sánchez pide «confianza» a quienes «dudan» sobre la amnistía porque hará «una España más fuerte»
El presidente pasa de puntillas sobre el 'caso Koldo' en el tributo en Bilbao a Zapatero y acusa al PP de «amparar» la corrupción
Recién llegado de Santiago de Chile, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se dio este sábado un baño de masas en el homenaje que el ... PSOE tributó en Bilbao al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y aprovechó para decir con más contundencia lo que ya había avanzado en su gira latinoamericana; que el acuerdo alcanzado con Junts para aprobar la ley de amnistía, que hasta el 23-J rechazaba y que llegó a tildar de inconstitucional, no sólo le propulsa para gobernar cuatro años -que, advirtió, «al PP se le van a hacer muy largos»- y agotar la legislatura, sino que será altamente beneficioso para España y para su prosperidad.
Como ya han hecho sus ministros desde que vio la luz el polémico acuerdo con Junts y ERC, Sánchez prefirió no poner paños calientes al evidente rechazo que la medida de gracia suscita en amplios sectores de la sociedad española, sino tratar de ver el vaso medio lleno. «Hay muchos españoles que tienen dudas, como con los indultos, y lo que les digo es que confíen porque con los indultos y con la ley de amnistía estamos haciendo una democracia más fuerte, una España más fuerte», se jactó el presidente del Gobierno, convencido de que la «reconciliación, la convivencia y la concordia» que a su juicio traerá el olvido penal de los delitos del 'procés' permitirán a la sociedad y a su Gobierno «enfocarse en los problemas reales de la gente» y «canalizar las energías» en asuntos como la vivienda, la desigualdad, el cambio climático o las migraciones.
Nada queda ya de aquel 'hacer de la necesidad virtud' con que los socialistas justificaban la amnistía, sino que ahora se vende como un paso al frente cuyos frutos se verán a medio y largo plazo. «La tarea de un gobernante no es mirar hacia otro lado, sino afrontar los desafíos y hacerlo desde el ejemplo, la coherencia y con actitud de generosidad y reconciliación», justificó Sánchez. Jaleado por un mar de banderas del PSOE, ikurriñas y enseñas arcoiris, Sánchez contrapuso esa actitud con la de un PP en el que cargó la responsabilidad del deterioro de la convivencia en Cataluña por «utilizar la confrontación territorial para tratar de arañar unos pocos votos» y entregarse a la «oposición destructiva». Mientras, abundó, el PSOE se comporta como un partido «de Estado» también cuando está fuera del Gobierno y hace suyo ahora el legado de Zapatero para impulsar el Estado autonómico «unidos en la diversidad».
De hecho, la herencia política y moral del expresidente, elegido por primera vez hace ahora veinte años por un país en shock tras el trauma colectivo del 11-M, fue el hilo conductor del acto, de dos horas de duración, con el que el PSOE quiso reivindicar su figura en el Palacio Euskalduna de Bilbao. Bajo el lema 'Derechos. Democracia. Libertad', el tributo se convirtió en una reivindicación a flor de piel del «orgullo» de ser socialista -los avances en el feminismo, el matrimonio igualitario, la retirada de las tropas de Irak y el fin de ETA se aplaudieron como hitos clave en la hoja de servicios del PSOE a España- en un momento especialmente complicado para el partido por el estallido del 'caso Koldo'.
Andueza reivindica al PSE: «Somos ciudadanía frente a soberanía»
El candidato a lehendakari del PSE, Eneko Andueza, emocionado hasta las lágrimas al intervenir justo detrás del vídeo que repasó los hitos del Gobierno de Zapatero, dedicó su intervención a reivindicar el «orgullo» de ser socialista, también en Euskadi, que hoy vive en paz, subrayó, gracias a los esfuerzos de Zapatero y del Ejecutivo de Patxi López. «No tengamos ningún complejo en decirlo», abundó el líder del PSE, que recordó cómo el PSOE ganó hace veinte años, tras el 11-M, «a la mentira» para poder «construir un país más decente».
Con ese argumento, Andueza insistió en que Euskadi «cuando lo importante está en juego» siempre «ha dicho que no a la derecha, ha dicho que no quiere gobiernos del Partido Popular». «Cuando lo importante esta en juego, en Euskadi se vota PSE-EE», subrayó Andueza, que recordó las victorias de los socialistas vascos en aquellas generales de 2004, en las de 2008 y también en las del pasado 23-J. «Somos garantía de buena gestión. Por eso, el próximo 21 de abril Euskadi también va a votar socialista, porque nos jugamos mucho y porque sabemos gobernar», pronosticó.
También se mostró convencido de que el PSE obtendrá un buen resultado el 21-A porque «mientras otros pierden el tiempo en competir por ver quién es más independentista, nosotros hablamos de lo que verdaderamente importa a la ciudadanía» y porque los socialistas se dedican, incidió, a buscar «soluciones» a los «problemas reales» de la gente. «Somos ciudadanía frente a soberanía», enfatizó Andueza, convencido de que Euskadi necesita «menos discursos independentistas, menos autocomplacencia y más política con mayúsculas como la que hacemos los socialistas cuando estamos en el Gobierno».
De hecho, el secretario general de los socialistas vascos reivindicó al PSE como «la izquierda de verdad» porque, abundó, «cada avance» en Euskadi y en el conjunto de España lleva «la firma» de los socialistas y « cada resistencia» a esas conquistas es, en su opinión, obra de un PP «tirado a los brazos de la extrema derecha».
Sin embargo, el presidente del Gobierno pasó de puntillas por la trama de corrupción con epicentro en el ministerio de Fomento que dirigía José Luis Ábalos. Sánchez evitó entrar a fondo en el asunto o mencionar la negativa del exministro a acatar las órdenes de la ejecutiva y entregar su acta de parlamentario, y se centró en subrayar la ejemplaridad del PSOE frente a un PP que, abundó, simboliza el «retroceso» en derechos y avances sociales y que tiene en «la gran mentira» del 11-M «el acta fundacional de la derecha furibunda que es hoy». En ese sentido, Sánchez insistió en que no hay corrupción buena o mala sino distintas formas de atajarla, y se jactó de que el PSOE la «corta de raíz» frente a un PP que «la institucionaliza, la ampara y la protege».
El 'caso Koldo' amenaza con ahondar el desgaste de la sigla y redoblar las críticas internas de dirigentes como Emiliano García-Page y, en ese sentido, el reconocimiento a Zapatero funcionó también en la dirección inversa, como un acto de cerrado respaldo del expresidente al sanchismo frente a otros dirigentes de la vieja guardia. «Soy de lealtades profundas», «no me cuesta nada defender a este Gobierno», «qué bien se duerme siendo leal a tu partido» o «¿cómo es posible que haya un solo socialista que no esté contento?» fueron sólo algunas de las perlas del expresidente, más activo que nunca.
Guiños a Cerdán
En un extenso discurso muy aplaudido por la militancia, Zapatero hizo constantes guiños al secretario de Organización, Santos Cerdán -en el punto de mira por promocionar al exasesor de Ábalos en el centro de la trama corrupta que se lucró con la venta de mascarillas en plena pandemia- e incidió también en su papel en el fin de ETA.
Ése es, según dijo, su recuerdo más preciado en política, un momento que aprovechó para agradecer su contribución a Jesús Eguiguren y para recordar a los ya fallecidos Alfredo Pérez Rubalcaba y Rodolfo Ares, entre aplausos de la militancia. «Nadie quitará de la historia que con un presidente y un lehendakari socialistas se puso fin a la violencia de ETA», reivindicó. Según dijo, se acabará reconociendo el «esfuerzo» que Sánchez hace en Cataluña igual que ahora se reconoce su papel para acabar con el terrorismo «aunque me intentaron boicotear».
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