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En política, lo que hoy es imposible mañana es factible. Y en política, una cosa es Madrid y otra Vitoria. Pongamos que hablamos del PNV ... y el PP. Porque lo que sucede en el Congreso de los Diputados nada tiene que ver con lo que ocurre -o puede llegar a ocurrir- en el Parlamento vasco o en las Juntas Generales de los tres territorios. El choque entre los nacionalistas y los populares ha alcanzado una dimensión inédita con durísimas acusaciones entre ambos a raíz, sobre todo, de la entrega a los jeltzales del edificio de París que fue sede del Gobierno vasco en el exilio. Los puentes están hechos añicos pero la aritmética parlamentaria vasca puede hacer que la reconstrucción se produzca de forma acelerada y puntual para hacer de la necesidad virtud y aprobar una reforma fiscal de la que EH Bildu se ha desmarcado.
El portazo de la coalición abertzale fue ratificado este fin de semana por su líder, Arnaldo Otegi, denunciando que lo que buscan las diputaciones es «garantizar los privilegios de las élites del país» como hace, a su juicio, Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. «EH Bildu, con la misma responsabilidad que hace acuerdos, no desdramatiza los desacuerdos y dice claramente que no estaremos en un acuerdo de maquillaje fiscal que privilegia a las élites de este país», subrayó.
Las tres haciendas forales presentaron el pasado 11 de noviembre las líneas maestras de una reforma fiscal común en los tres territorios en lo referido a las grandes cuestiones para intentar respetar la armonización fiscal en el conjunto de la comunidad autónoma. El problema es que lo que sucede en Bizkaia, donde PNV y PSE gozan en mayoría absoluta, nada tiene que ver con lo que ocurre en Álava y Gipuzkoa, donde necesitan del concurso de un tercer partido para sacar adelante la propuesta.
Una vez que Bildu, 'motu proprio', ha decidido salirse de la ecuación y que Elkarrekin Podemos ha hecho también lo mismo exigiendo unas medidas mucho más radicales que EH Bildu en su intento de erigirse en la «verdadera izquierda vasca», todas las miradas apuntan al PP.
«Espero que no influyan las discrepancias que se están produciendo a otros niveles y también se siente a negociar con sus propuestas y con una mente abierta para llegar a un acuerdo», recalcó el diputado general de Álava, Ramiro González, quien criticó a Otegi por sus declaraciones «inciertas» y «desafortunadas».
Según las distintas fuentes consultadas por este periódico, el partido liderado por Javier de Andrés estaría abierto a sentarse a negociar un posible acuerdo pese a que la relación con el PNV atraviesa el peor momento en mucho tiempo y a que los socialistas, al menos de salida, serían más proclives a sacar la reforma con Bildu antes que con los conservadores.
Eso sí, un posible apoyo del PP no será a cambio de un pacto de mínimos ni un mero maquillaje. Así ocurrió, por ejemplo, a finales de 2017, cuando también el PNV y el PSE consensuaron con el PP, entre otras cuestiones, una rebaja del tipo de Sociedades del 28% al 24% para las grandes empresas. Se trata de aprobar cosas que se vean, que le sirvan al PP para librar su particular batalla del relato en Euskadi.
Porque así como el concurso de los populares es muy limitado en el Parlamento vasco por la mayoría absoluta de la que goza el Gobierno vasco liderado por Imanol Pradales, en las Juntas Generales de Álava (histórico bastión del PP) y en las de Gipuzkoa, la capacidad de influencia es máxima, como se pudo comprobar en este último territorio cuando los populares, por sorpresa y descolocando a Bildu, aprobaron los presupuestos del Gobierno foral liderado por la jeltzale Eider Mendoza.
¿Y si las diputaciones de Álava y Gipuzkoa no logran apoyos políticos para sacar adelante la reforma fiscal? ¿Bizkaia retirará la suya para evitar la desarmonización fiscal entre los tres territorios? La diputada de Hacienda vizcaína, Itxaso Berrojalbiz, a finales de noviembre, despejó cualquier duda en una entrevista con EL CORREO. «No la retiraremos. Bizkaia tiene un mandato que es el de sacar adelante una revisión fiscal y debemos hacerlo. Espero que no se dé ese supuesto al que se refiere, porque la oposición tendría muy complicado en Álava y Gipuzkoa explicar que no se va a favorecer a quienes tienen menos renta, a los jóvenes o el impulso a las inversiones en descarbonización».
«Esta reforma está hecha para que los partidos tengan muy difícil explicar a la gente por qué votan en contra de medidas de gran calado social», explica un alto cargo jeltzale. Y es que las diputaciones han tratado de recuperar un signo de identidad al hacer que los sueldos más humildes paguen menos impuestos que en el resto de España. Es la principal consecuencia de elevar a 19.000 euros el mínimo exento para presentar la declaración de la renta, una cantidad que ahora está en 14.000 cuando el contribuyente tiene un solo pagador y hasta 20.000, si son dos o más. En el resto del país es de 15.876 euros, alineada con el SMI.
Es una de las principales novedades de un planteamiento fiscal que busca dar respuesta a cuestiones como el acceso a la vivienda, las necesidades de los jóvenes, el reto demográfico, la generalización de planes de pensiones y la transición energética.
El líder de EH Bildu en el Parlamento vasco, Pello Otxandiano, aseguró ayer que en la actualidad «no tiene mucho sentido» que la Comunidad Autónoma Vasca «tenga tres haciendas» y cree que este será un debate «interesante» a abordar en el futuro.
En una intervención en el Fórum Europa-Tribuna Euskadi celebrado en Bilbao, Otxandiano se mostró crítico con el pacto fiscal suscrito entre PNV y PSE-EE porque merma la recaudación, insiste en «los errores» cometidos en 2008, tiene similitudes con el «modelo madrileño» y plantea «tapar los agujeros» de políticas públicas «fallidas».
Por ello, insistió en que se trata de un planteamiento para el que no podrán contar con EH Bildu, y recordó que ya había un acuerdo anterior sobre política fiscal en las Juntas Generales de Gipuzkoa entre PNV, PSE-EE y su formación, y apuntó que en él estarían «las bases de lo que podría ser una reforma fiscal consensuada entre los tres partidos políticos».
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