La posición del PNV sobre Venezuela abre la puerta a una derrota de Sánchez en el Congreso

De hecho, esta semana, tras la comparecencia el martes del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en el Senado, el senador jeltzale Luke Uribe-Etxebarria arremetió contra la coalición soberanista por «defender a un dictador» y recordó la «efusiva» celebración que Bildu y Sortu hicieron del supuesto triunfo de Maduro. No sólo eso: el PNV, que hasta entonces se había limitado a exigir «máxima transparencia» y a evitar dar por buenos resultados «no verificables», dio el paso de reconocer y dar credibilidad a la «rotunda victoria» del opositor Edmundo González Urrutia, y acusar al líder chavista de «mentir» y desatar una «brutal represión» para impedir una transición pacífica en Venezuela.

Pues bien, la modulación del discurso de Sabin Etxea, ahora claramente alineado con la oposición venezolana, se ha seguido con especial atención dentro y fuera del partido. Se le ha prestado oídos como un hecho «muy relevante» porque el PNV podría ser decisivo para propiciar una próxima derrota del Gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, donde podría escenificarse una quiebra de la mayoría que sostiene al Ejecutivo. Sería, además, una derrota muy simbólica, no sólo por lo que implica perder una votación en términos de debilidad parlamentaria, sino porque se visualizaría la existencia de una mayoría alternativa al bloque de izquierdas, capaz de poner a Moncloa en una posición muy complicada, la de ignorar a la Cámara baja si se pronuncia mayoritariamente a favor de que España reconozca a González como presidente electo.

«Ponerse las pilas»

«Los votos del PNV en el Congreso deciden la cuestión. O se pone las pilas Sánchez o perderá una votación que sólo pide democracia y respeto a unos resultados electorales», escribía en su blog el exdiputado y exsenador Iñaki Anasagasti, nacido en Venezuela e históricamente muy activo contra el régimen chavista. La prueba del nueve llegará en septiembre, cuando el Congreso debata la proposición no de ley registrada por el PP este mes de agosto para instar al Gobierno a reconocer como ganador de las presidenciales al candidato opositor, exigir el cese de la «represión» y de las violaciones de derechos humanos, además de «censurar» el comportamiento de José Luis Rodríguez Zapatero y «otros representantes políticos de Podemos y Bildu» por contribuir a «blanquear la dictadura» de Nicolás Maduro.

El asunto no es menor porque el Gobierno, a través del ministro Albares, ha salido en defensa de la labor de Zapatero, que ejerce de mediador entre el régimen de Maduro y la oposición, y que ha permanecido en silencio desde que estallaron las denuncias de fraude electoral. El Ejecutivo de Sánchez se ha mostrado dispuesto a impulsar una «solución negociada» a la crisis pero ha evitado dar por buena la victoria opositora. En ese contexto, el debate y la votación de la iniciativa impulsada por el PP se prevén de alto voltaje. Fuentes del grupo popular en el Congreso creen que «lo lógico», tras la intervención de Uribe-Etxeberria en la comisión del Senado, es que el PNV apoye la iniciativa, o como mucho se abstenga. Además, el texto, de diez epígrafes, puede votarse por puntos.

A la espera de conocer la posición de Junts en este asunto, y dando por hecho que ERC y Bildu, que se ausentaron del debate en el Senado, votarán en contra, los votos del PNV serán determinantes para sumar mayorìa junto al PP, Vox, UPN y Coalición Canaria. Fuentes oficiales del EBB consultadas por este periódico se limitaron a señalar que la ejecutiva jeltzale valorará la cuestión «cuando toque» y aconsejaron «calma». En cualquier caso, la posición del PNV se ha visualizado con claridad no sólo en la Cámara alta, sino también en el acto que se celebró este martes en Barakaldo para denunciar la represión de Maduro, en el que participaron la alcaldesa jeltzale Amaia del Campo y el parlamentario vasco Mikel Arruabarrena, o en las manifestaciones de apoyo a la oposición venezolana que recorrerán mañana las capitales vascas.