Podemos marca el paso para controlar la coalición con Sumar en Euskadi
Busca aprovechar la falta de implantación de la plataforma de Díaz para consolidar la marca Elkarrekin y repetir con Miren Gorrotxategi de candidata a lehendakari
Con las elecciones autonómicas en el horizonte, el espacio no nacionalista a la izquierda del PSE-EE se enfrenta una vez más a un proceso de confluencia delicado pero bajo la premisa de que «no hay alternativa» a la unión. La entrada en escena de Sumar aboca a reconfigurar una alianza de conveniencia en la que Podemos trata de aprovechar la falta de implantación territorial de la plataforma de Yolanda Díaz para retener el control. Los morados quieren consolidar la marca Elkarrekin y asegurarse el liderazgo de la plancha con Miren Gorrotxategi como candidata a lehendakari por segunda vez consecutiva.
Las negociaciones entre las partes implicadas –también hay que tener en cuenta a Ezker Anitza-IU, Berdeak Equo, Más País-Euskadi Eraiki y Alianza Verde– se encuentran todavía en una fase muy incipiente. Ni siquiera se conoce todavía cuándo se celebrarán los comicios, a priori previstos para el 9 de junio. Pero es que, además, uno de los protagonistas, Sumar, está pendiente de celebrar una asamblea general en la que dejará de ser el partido instrumental que hizo de paraguas de la izquierda en las generales para convertirse en una organización estable con estructuras de dirección y desarrollo en los territorios.
Sumar está pendiente de celebrar una asamblea para dotarse de estructura y desarrollo territorial
Esa falta de estructura en suelo vasco juega en contra de la plataforma, que tiene al ex secretario general de Podemos Euskadi Lander Martínez, ahora diputado por Bizkaia, como principal y casi único referente. En sus filas reconocen este déficit y asumen que en esta negociación no cuentan con la fuerza que tenían en la relativa a las generales, en la que Díaz como candidata incuestionable era el elemento central sobre el que pivotaba todo. En cualquier caso, aspiran a lograr un acuerdo que refleje un equilibrio de fuerzas ajustado a la «realidad» y que ofrezca «un proyecto autónomo» de cara a las autonómicas.
Por lo pronto, Podemos encara el proceso adjudicándose para sí el liderazgo del mismo. «Hoy por hoy Sumar no es nada en Euskadi», anteponen fuentes de la dirección morada. En la organización liderada por Pilar Garrido presentan como ejemplo a seguir la coalición que bajo su batuta se consiguió articular para las municipales y forales de mayo. Una alianza que, pese al notable retroceso electoral en términos de concejales y junteros, logró aglutinar a todas las fuerzas del espacio en una única papeleta, a diferencia de lo que ocurrió en otros territorios como Madrid, Comunidad Valenciana y Asturias.
Repartir menos entre más
De aquel proceso salió un acuerdo que estableció cómo se repartirían los fondos económicos y los asesores de los grupos municipales y forales entre las fuerzas firmantes. Y esos equilibrios, que seguirán vigentes en los cuatro años de legislatura, se pretenden extrapolar a la coalición autonómica, que en las elecciones de 2020 se limitó a Podemos y Ezker Anitza-IU. Todo se complicará ahora porque habrá más actores y, para más inri, menos que repartir. No en vano, las aspiraciones electorales son muy adversas y las primeras encuestas auguran una caída de seis a tres parlamentarios.
Las adversas aspiraciones electorales complicarán el encaje de los puestos de salida en las listas
El encaje de los puestos de salida –ahora Podemos tiene cuatro parlamentarios y Ezker Anitza-IU, dos– se antoja difícil. Los morados confían en hacerse con más de uno, sobre todo con la candidatura a lehendakari. Y ahí la principal favorita «por defecto» es Gorrotxategi, que ya lideró la plancha en las anteriores autonómicas. De hecho, su victoria en las primarias internas a comienzos de 2020 fue el desencadenante de la dimisión de Lander Martínez como secretario general de los morados y la marcha de sus principales colaboradores, que han acabado por nutrir las filas de Sumar: «Tendrán que superarlo y hacer de tripas corazón».
En el equipo de Garrido también se apuesta por mantener el nombre de Elkarrekin para la coalición porque diagnostican que «es una marca reconocible» para el electorado frente a eventuales fórmulas novedosas. En Sumar, por su parte, optan por retrasar el debate sobre la nomenclatura de la alianza mientras estudian fórmulas para euskaldunizar su propia marca.