Podemos exige «plena autonomía» a Sumar para acordar la coalición vasca tras romper en Madrid
Los morados reivindican la marca Elkarrekin y piden «herramientas democráticas» para no replicar el esquema del Congreso
Por mucho que ambas partes traten de abstraerse de la guerra a nivel nacional, la ruptura entre Sumar y Podemos en Madrid ha trastocado la negociación que al mismo tiempo mantienen en Euskadi para concurrir juntos a las elecciones autonómicas del año que viene. Las conversaciones no están rotas y la voluntad de acuerdo sigue intacta a los dos lados de la mesa, pero el tablero sí se ha visto modificado de la noche a la mañana por factores exógenos y aboca a un reposicionamiento de los actores. Por si fuera poco, el tiempo juega en contra porque los tambores de un adelanto electoral a marzo suenan con fuerza.
Tras confirmarse el martes la fractura en el grupo parlamentario de Sumar con la marcha de los cinco diputados de Podemos al Grupo Mixto, fueron muchas las miradas que se dirigieron a Euskadi y Galicia, donde ambos llevan meses en contacto para tratar de cerrar sendas coaliciones para las autonómicas de 2024. En lo relativo a la negociación vasca, el líder de Sumar Mugimendua, Lander Martínez, se apresuró a salir a la palestra para ratificar su apuesta por la unión, pero dejó la pelota sobre el tejado de los morados: «Quienes se tienen que posicionar son ellos, que son los que han tomado la decisión».
Pues dicho y hecho. La ejecutiva de Podemos Euskadi se ha reunido de forma urgente este miércoles, en plena festividad del Día de la Constitución, para reorientar la estrategia. ¿El resultado? Un comunicado muy medido que trata de equilibrar la justificación del movimiento de los de Ione Belarra y, a su vez, la capacidad de la marca vasca para adoptar sus propias decisiones al margen de Madrid. En concreto, el documento explica que «la incapacidad y la falta de voluntad por construir un sujeto que respetase a todas las partes» ha precipitado la ruptura a nivel nacional, pero subraya el «arraigo territorial». «Si los sujetos políticos llamados a confluir en Euskadi tenemos una posición firme respecto a la plurinacionalidad, eso requiere que la mirada la tengamos puesta en Euskadi», reza el texto.
En definitiva, la formación liderada por Pilar Garrido deja claro que quiere un acuerdo, sí, pero «no de cualquier manera». El comunicado habla de tres premisas: la primera, «respetar la realidad y los equilibrios existentes», algo que habla del objetivo de Podemos por controlar la alianza, incluido su nombre, ya que apuestan por conservar la marca Elkarrekin; la segunda, «dotar de herramientas democráticas al espacio», de manera que no se replique el funcionamiento del grupo parlamentario en el Congreso que ha derivado en su ruptura; y la tercera, la más elocuente de todas, «plena autonomía política para los sujetos de la coalición».
Expectativas electorales bajas
Los morados dan oxígeno así a la negociación para tratar de cerrar el pacto antes de fin de año y someterlo a la consulta de su militancia, a diferencia de lo que ha ocurrido con su marcha al Grupo Mixto. Al otro lado, en Sumar Mugimendua, aguardan a las próximas reuniones pero consideran que ahora tendrán más fuerza en la mesa. La que fuera coordinadora de la campaña de las generales en Euskadi, Cristina Macazaga, decía el lunes que Podemos «ha perdido capacidad negociadora, confianza y credibilidad» de cara al acuerdo.
El diálogo –en el que también están presentes Ezker Anitza-IU y Berdeak Equo– seguirá adelante con el objetivo de asegurar la supervivencia política de este espacio de izquierda no nacionalista. El Sociómetro del Gobierno vasco, publicado la pasada semana, augura una caída de seis a tres parlamentarios, un escueto botín que podría menguar aún más o incluso desaparecer si concurrieran por separado.
