Aitor Esteban se dirige a la tribuna en presencia de las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz. EFE

El PNV redobla su ataque a la CEOE y denuncia su «chantaje intolerable»

Los nacionalistas evitan romper puentes con el Gobierno al agradecer el «esfuerzo» de Díaz y EH Bildu urge a «rehacer» el bloque de la investidura

Jueves, 3 de febrero 2022, 08:45

Recién llegado a la tribuna, Aitor Esteban señaló al calendario. Era 3 de febrero, día de San Blas, patrón de los otorrinolaringólogos. El portavoz del ... PNV predecía desde primera hora dolor de garganta porque algunos, en referencia a Yolanda Díaz, se tendrían que tragar «una bola de hiel bastante grande» al sacar adelante su iniciativa estrella con el apoyo indispensable de un incómodo aliado como Ciudadanos. Y también diagnosticaba sordera porque otros, en alusión a Pedro Sánchez y el ala socialista del Gobierno, venían desoyendo «los avisos continuos» de sus socios habituales en el Congreso.

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Tanto PNV como EH Bildu consumaron ayer su amenaza. Las dos formaciones vascas votaron en contra de la reforma laboral al no ver atendidas las reclamaciones con las que insistieron durante semanas. En el caso de los jeltzales, y pese a que hubo contactos hasta el último momento, no consiguieron garantizar la prevalencia de los convenios autonómicos respecto a los estatales, ni dentro ni fuera del decreto. Y en el de la coalición soberanista, tampoco pudo arrancar otras exigencias como recuperar la indemnización de 45 días por año trabajado en caso de despido improcedente.

El principal obstáculo para el entendimiento, en una opinión de Esteban extensible a la formación abertzale, fue la «rigidez» e incluso «tozudez» del Gobierno a la hora de aceptar modificaciones al acuerdo suscrito con patronal y sindicatos. Una resistencia motivada por lo que tachó de «chantaje intolerable» por parte de la CEOE, que amenazó con salirse de la foto si se cambiaba una sola coma en el trámite en el Congreso. El portavoz del PNV denunció también que el líder de los empresarios, Antonio Garamendi, dijera en público que la prelación de los convenios autonómicos rompería la unidad de mercado cuando en privado habría afirmado «lo contrario».

Sabin Etxea redobló así su ofensiva contra la patronal. Y es que no era la primera vez que un representante jeltzale se pronunciaba en un tono tan crudo. En una entrevista en este periódico, el propio presidente del EBB, Andoni Ortuzar, instó al Gobierno a «poner firme» a la confederación de empresarios porque estaba «cogiendo de rehén al Congreso». EH Bildu, por boca de Oskar Matute, también responsabilizó al Gabinete Sánchez de conceder «más valor y poder de decisión a la patronal que a fuerzas que representamos a cientos de miles de personas».

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«Lo firmado obliga»

La coalición soberanista se reivindicó como «gente de palabra» al recordar que PSOE y Unidas Podemos le firmaron por escrito el compromiso de derogar la reforma laboral del PP a cambio de facilitar la aprobación de uno de los decretos de estado de alarma en mayo de 2020. «Lo firmado obliga», recalcó Matute para justificar su voto en contra del decreto. Una posición acorde, añadió, con las «promesas» que hicieron a los trabajadores y por las que les pidieron el voto en las últimas elecciones.

Pero, pese a las críticas, ni PNV ni EH Bildu rompieron ningún puente. Esteban se cruzó agradecimientos con Díaz. La vicepresidenta valoró que los jeltzales «sí han discutido de contenidos y sí han sido serios» en la negociación, guiño que ocultaba toda una pulla a ERC. El portavoz jeltzale apreció de vuelta su «esfuerzo y voluntad» pese al resultado final. Los soberanistas, por su parte, descartaron que su rechazo se pueda interpretar como una forma de «debilitar» al Gobierno y «hacer tambalear» la mayoría de la investidura. De hecho, una vez fracturado por la votación, Matute llamó a «rehacer el bloque» desde hoy mismo.

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