PNV y PSE priorizarán a EH Bildu para sacar adelante su reforma fiscal en Álava y Gipuzkoa
La coalición exige cambios de «calado» para apoyar una propuesta que también podría salir adelante con el PP e incluso con Podemos
PNV y PSE-EE van aclarando poco a poco el camino que quieren recorrer para sacar adelante la reforma fiscal que ambos partidos han pactado ... pero que para que pueda entrar en vigor necesita el apoyo de, al menos, un tercer socio en Álava y Gipuzkoa. No hay nada cerrado, pero como dejó caer ayer Eneko Andueza, jeltzales y socialistas ven mucho más «factible» apoyarse en EH Bildu que en el PP.
El acuerdo alcanzado por los dos socios de Gobierno en las principales instituciones vascas busca actualizar un modelo tributario vigente desde 2017, cuando tanto el PNV como el PSE también se vieron obligados a buscar otro socio y echaron mano de los populares. Siete años después, el escenario no es muy diferente porque el mapa institucional que salió de las elecciones forales del año pasado obliga a negociar.
En Bizkaia el escenario ofrece pocas dudas. PNV y PSE tienen mayoría absoluta en las Juntas. Su propuesta, desvelada el sábado por EL CORREO, apuesta, entre otras medidas, por facilitar el acceso a la vivienda a los más jóvenes, favorecer a las rentas más bajas y eliminar las deducciones por vivienda habitual a las más altas.
Pero en Álava y Gipuzkoa puede pasar de todo. Jeltzales y socialistas suman 24 apoderados, a dos de los necesarios. Andueza reconoció ayer que en cada uno de los parlamentos forales se podría pactar de forma autónoma sin tener en cuenta lo que ocurre en el otro territorio, pero de inmediato añadió que «no tendría mucho sentido» y que lo lógico sería armonizar el modelo fiscal en todo el País Vasco. Una tesis que también defendió Ramiro González, diputado general de Álava. «La reforma tendrá que ser necesariamente armonizada, pues es un principio de nuestra fiscalidad y una obligación legal. Puede haber pequeñas cuestiones que varíen entre unos y otros, pero en lo esencial tiene que ser la misma», insistió el dirigente jeltzale, quien pidió «pragmatismo» a la oposición. A partir de ahí, aparecen tres opciones sobre la mesa.
Ramiro González pide «pragmatismo» a los grupos y aboga por «la armonización»
La que tanto PNV como PSE-EE ven como más viable es alcanzar un pacto con EH Bildu. Andueza, en la radio pública vasca, subrayó el carácter «progresista y progresivo» de la reforma y consideró relativamente «fácil» que la coalición soberanista se «sienta reflejada» en sus líneas maestras. Una opinión que comparten los de Andoni Ortuzar, que ven muy complicado que la alianza liderada por la izquierda abertzale pueda rechazar la propuesta.
Pero, al menos de salida, EH Bildu marca distancias. Tanto Pello Otxandiano como Nerea Kortajarena, portavoces en el Parlamento vasco, han subrayado que la reforma se queda corta y que «tocar determinados aspectos puede tener elementos positivos» pero que se requiere un cambio «estructural». De hecho, Kortajarena aseguró que se necesita una reforma de «calado» y no un simple «ajuste» y que lo único que han presentado PNV y PSE es una «avalancha» de deducciones. Así que toca negociar.
Ve más factible llegar a un acuerdo con Bildu que con un PP vasco al que compara con el de Ayuso
EH Bildu, además, debe lidiar con la presión que le llega desde diferentes flancos para que rechace el documento de jeltzales y socialistas. Los primeros avisos le han venido, como casi siempre, desde ELA. Su secretario general, Mitxel Lakuntza, calificó de «auténtico fraude a la sociedad» la revisión fiscal y aseguró que EH Bildu «sabe perfectamente que no hay ninguna voluntad de aprobar ninguna medida de las que son necesarias». Y para marcar el terreno, ha convocado una manifestación el 14 de diciembre en Bilbao por «una reforma justa».
En el caso de que la vía de EH Bildu fracasase, la segunda opción es lo que Andueza definió como «alguna otra fuerza de izquierda». Se refería a Elkarrekin Podemos, la coalición que aglutinó a Podemos, IU y Equo en las forales antes de la irrupción de Sumar y la ruptura total en ese mundo. A pesar de que en el resto de instituciones las relaciones entre los grupos que la componen son prácticamente inexistentes, aquella alianza electoral sobrevive en las Juntas y puede ser determinante en Álava y Gipuzkoa, donde tienen tres y dos junteros respectivamente. Los suficientes para que PNV y PSE-EE pudiesen sacar adelante la reforma.
Derecha, centro e izquierda
Su portavoz en Álava, David Rodríguez, aseguró ayer que su grupo mantiene una «postura dialogante» para «posibilitar acuerdos en ambas cuestiones» y se esforzó en presentarse como el representante más fiel de las fuerzas progresistas. «Una opción es la derecha, otra opción más al centro, que es EH Bildu, y una opción más a la izquierda, que representa Elkarrekin Podemos», recalcó. Se trata de una posibilidad cuyo valor, en todo caso, PNV y PSE relativizan al considerar que los morados solo buscan ganar algo de protagonismo.
Tampoco ven demasiado realista la tercera opción que está sobre la mesa: el PP. La escasa sintonía se evidenció el lunes en la otra negociación que va paralela a la fiscal: la presupuestaria. El presidente de los populares, Javier de Andrés, exigió hace dos días un incremento de 177 millones en las Cuentas de Salud, una petición que el Gobierno considera inviable. De hecho, los socialistas no muestran mucho entusiasmo por aliarse con el PP, «cuyo modelo se acerca mucho al de Isabel Díaz Ayuso», remachó ayer Andueza.
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