Arantxa Tapia, en una entrevista con este periódico el pasado junio. Maika Salguero

El PNV recupera a la exconsejera Arantxa Tapia y la sitúa al frente de la Fundación Sabino Arana

Esteban elige como sustituta de Mireia Zarate a una de sus mayores impulsoras en el pulso interno contra Ortuzar; Tapia seguirá asesorando a KPMG

Martes, 11 de noviembre 2025, 14:51

Movimiento aparentemente simbólico pero de hondo calado interno en el PNV. La exconsejera Arantxa Tapia, actualmente asesora de la consultora KPMG, pasa a ser la ... nueva presidenta de la Fundación Sabino Arana, entidad dependiente del partido que se encarga de divulgar la historia del nacionalismo vasco. Aitor Esteban recupera así para un puesto relevante de la estructura jeltzale a la que fue una de sus principales impulsoras en la traumática carrera por la presidencia del EBB frente a Andoni Ortuzar. Releva en el cargo a Mireia Zarate, quien fuera precisamente una de las más estrechas colaboradoras del anterior líder.

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La presidencia de la fundación era una de las últimas piezas que le quedaba por completar a Esteban en el organigrama interno desde que llegó a finales de marzo al despacho de la quinta planta de Sabin Etxea. Se trata de un cargo más simbólico que con poder político, pero al que el PNV ha otorgado gran trascendencia desde que puso en marcha esta entidad en 1988. Por esa responsabilidad han pasado hasta ahora figuras de renombre en la familia jeltzale como son el exconsejero de Interior Juan Mari Atutxa o el expresidente del EBB Jesús Insausti 'Uzturre'.

Desde 2020, el puesto estaba en manos de Zarate, que lo compaginaba con su función como secretaria del EBB y 'número dos' de Ortuzar. Con la marcha del anterior presidente en la Asamblea General en marzo, se había mantenido ahí hasta que este lunes se despidió para iniciar una nueva etapa en la empresa privada. Este mismo martes el patronato de la fundación se ha reunido y, con el beneplácito de la dirección del partido, ha nombrado como sustituta a Tapia, quien se estrenará mañana miércoles en un seminario sobre la ley de secretos oficiales en Bilbao en el que participará el propio Esteban.

De 62 años y natural de Astigarraga, es catedrática de Ingeniería de Sistemas y Automática en la UPV/EHU y lleva casi dos décadas ligada a la política. Fue juntera y diputada foral de Movilidad en Gipuzkoa y tuvo un breve paso por el Congreso en Madrid antes de que Iñigo Urkullu la nombrara consejera en 2012. Se hizo cargo de la cartera de Desarrollo Económico durante doce años y también gestionó áreas como Infraestructuras y Medio Ambiente. Abandonó la política activa en 2024 y se reincorporó a la universidad antes de fichar por KPMG.

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Aunque para entonces ya no desempeñaba ninguna responsabilidad pública ni orgánica, lo cierto es que tuvo un papel activo en el inesperado proceso que a comienzos de este año aupó a Esteban a la presidencia del PNV. Fue la militante que propuso su candidatura en el batzoki de Zumaia y se convirtió en una de sus mayores promotoras en Gipuzkoa, territorio en el que más se percibió el voto de castigo contra Ortuzar pero en el que un tercero en discordia, el ex diputado general Markel Olano, fue el más votado antes de retirarse para la segunda vuelta e integrarse en la ejecutiva de Esteban.

Se retiró de la carrera

De hecho, la propia Tapia también se clasificó para esa segunda ronda al ser propuesta a iniciativa de un heterogéneo grupo de afiliados y ser la más apoyada en cuatro batzokis; en concreto, los de Balmaseda, Labastida, Amara y Pasai Donibane. La exconsejera nunca tuvo la intención de competir por la presidencia y tomó la misma decisión que Olano y que Ortuzar. Pese a haber sido el más votado en primera ronda, el veterano burukide de Sanfuentes se retiró en aras de la unidad y dejó el camino expedito a Esteban tras unos días de máxima agitación en un partido habituado al orden interno.

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Tapia estuvo presente en la proclamación del hasta entonces portavoz en el Congreso durante la Asamblea General celebrada en el frontón Atano III de San Sebastián. Allí se dejó ver entre el público con su nieto en brazos y aplaudiendo la intervención que pronunciaba el nuevo presidente desde el escenario. Incluso celebró el desenlace con un elocuente mensaje publicado en redes sociales: «Zorionak de corazón, Aitor. ¡Vas a ser un excelente presidente del EBB! ¡Unidad y fuerza!».

Su nombramiento al frente de la Fundación Sabino Arana ocho meses después le devuelve ahora a un cargo vinculado a la política, aunque en realidad su nombre no había desaparecido del debate público. La oposición ha incluido su salto a la empresa privada, autorizado por el Gobierno vasco tras un estudio de compatibilidades, como un caso más de «puerta giratoria». Y el pasado viernes, en el último pleno de control en el Parlamento, el PP denunció la vinculación de su marido, el empresario Julián Florez, con el proyecto Euskorpus, una iniciativa público-privada impulsada por el Ejecutivo autonómico para llevar el euskera a la Inteligencia Artificial.

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La exconsejera se pone al frente de una entidad que, según las cuentas auditadas por PwC, ingresó el año pasado un total de 1.046.306 euros. La mayor parte de ese dinero llegó por donaciones o por subvenciones como la del Gobierno vasco, que le otorgó 138.875 euros en una convocatoria pública en la que también se destinó dinero a las fundaciones de Sortu, PSE-EE y EA. En todo caso, el puesto de presidenta que ocupará Tapia no está retribuido económicamente, según precisan fuentes jeltzales.

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