El pacto de PSE y PNV con Bildu en Vitoria agita el tablero vasco y marca la precampaña
El acuerdo presupuestario busca apuntalar la carta de presentación de Otxandiano como candidato pactista
A la campaña vasca le ha costado arrancar pero, una vez que lo ha hecho, amaga con batir récords de aceleración, al estilo de los ... motores que pasan de cero a cien en un segundo. Ha habido, obviamente, varias chispas que han animado la combustión, singularmente el acuerdo presupuestario alcanzado ayer por el Gobierno municipal PSE-PNV en Vitoria con EH Bildu y la razón de fondo que ha precipitado ese pacto, la estrategia de la izquierda abertzale para acaparar voto prestado de cara a los comicios de -previsiblemente- abril, imprescindible para consumar un 'sorpasso' que la mayoría de las encuestas no pronostica.
En lo que todos los actores políticos vascos se ponen de acuerdo es en que la entente anunciada ayer por la alcaldesa Maider Etxebarria (PSE) con su 'número dos', la jeltzale Beatriz Artolazabal, por un lado, y por la portavoz de EH Bildu, Rocío Vitero, por otro, «marca» la precampaña y agita, en definitiva, el tablero porque obliga a todos a posicionarse y empezar a definir mensajes y tácticas.
La de la coalición soberanista es, probablemente, la más evidente, una vez que Pello Otxandiano ha entrado ya, con todas las consecuencias, en campaña. El aspirante del PSE, Eneko Andueza, ya lo había hecho hace semanas y también el popular Javier de Andrés, pero la gran batalla de estos comicios, la que librarán PNV y EH Bildu por la hegemonía en el campo abertzale, se mantenía con sordina. Por eso, no es casual que el pacto por el que Bildu moviliza partidas por valor de seis millones -en áreas como la vivienda, el empleo, la protección social y la transición energética- de un Presupuesto de casi 460 llegue de la mano de la propuesta de Otxandiano para conformar un bloque «progresista», del que excluye solo a PP y Vox, y que gobierne en Ajuria Enea la fuerza más votada.
El PSE se esfuerza en dejar claro que Bildu no pasa a ser «socio preferente» del Ejecutivo municipal
Santa alianza
Curiosamente, en Vitoria la sigla con más apoyos en las municipales de mayo fue EH Bildu pero Etxebarria se hizo con la makila gracias al apoyo del PP, que también evitó con sus votos un Gobierno foral de la izquierda abertzale en Gipuzkoa. No obstante, los de Arnaldo Otegi, que entonces denunciaron la «escandalosa santa alianza» de jeltzales, socialistas y populares, han decidido cambiar de estrategia, predicar con el ejemplo y explotar la que mejor resultado les ha dado hasta ahora, hasta convertirles en el único socio de Pedro Sánchez que no ha perdido apoyo electoral sino todo lo contrario.
Una táctica que, en lugar de ir a la contra o quedarse fuera de los acuerdos en los que estén PNV y PSE -lo hicieron en los Presupuestos y en la Ley de Educación, pero han cambiado el paso al sumarse al consenso en las leyes de Transición Energética y de Infancia-, pasa ahora no solo por cobijarse bajo el paraguas de los pactos sino, directamente, patrocinarlos y liderarlos.
De Andrés ve demostrado que las tres fuerzas son «el mismo producto con distintas marcas»
Un movimiento de fondo en clave puramente vasca que distintas fuentes desvinculan de un cambio de cromos tras el acuerdo con el PSN para dar la Alcaldía de Pamplona a Joseba Asiron, más relacionado con las negociaciones para la investidura de Sánchez. Lo explican, con palabras muy similares, sendos cargos del PSE y del PNV: «Quieren dar la apariencia de ser un partido responsable que da estabilidad». «Buscan tomar la iniciativa y parecer los más demócratas, aunque siempre acaban sacando la patita con ETA».
Bildu, obviamente, niega la mayor y encuadra el acuerdo en la senda de «responsabilidad» y de promoción de los «acuerdos de país» que ha emprendido ya desde hace unos años siempre que sirvan para hacer «avanzar en derechos sociales» a Euskadi. «Bildu actúa con responsabilidad y compromiso con la ciudadanía. No busca excluir a nadie, sino defender los servicios públicos y dar respuesta a una mayoría social», subrayó ayer Vitero, en otra muestra de que Bildu busca ser partido no ya de minorías, sino 'atrapalotodo' al estilo PNV y con vocación, como han subrayado, de «ganar y gobernar».
A partir de ahí, el resto de fuerzas van tomando posiciones. El PNV, con su rechazo contundente -aunque no llegara hasta la noche de ayer- a la propuesta de Bildu para que gobierne la lista más votada y reservando a su candidato, Imanol Pradales, hasta que sea proclamado mañana. El PSE, sacando brillo al logro en Vitoria pero dejando claro que EH Bildu no es «socio prioritario» del Ejecutivo municipal, que ha demostrado ser capaz de pactar «con todos». Los socialistas vascos, de hecho, aprovecharán la propuesta de Otxandiano para sacudirse el estigma de Pamplona y dejar claro que, lejos de buscarles a ellos, la izquierda abertzale trata de resucitar Lizarra y dibuja así «un panorama sombrío de vuelta al pasado y los temas identitarios».
El PP, por su parte, ve reforzado su mensaje, que consiste en presentarse como la única fuerza que ofrece algo distinto al nacionalismo y sus sucedáneos. El acuerdo en Vitoria, observó De Andrés, «tiene que servir para quitarnos la venda» y constatar que PNV, PSE y Bildu son «el mismo producto con marcas distintas».
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