Ortuzar visita a Puigdemont para exhibir su unión y facilitar la investidura de Sánchez

La cita escenifica la recomposición de relaciones entre PNV y Junts y les sirve para recordar su «papel clave» tras el 23-J

David Guadilla

Viernes, 15 de septiembre 2023, 15:27

Andoni Ortuzar ha dado este viernes un golpe de efecto con su trasladó hasta la localidad belga de Waterloo para reunirse con Carles Puigdemont, prófugo ... de la Justicia y al que Sabin Etxea definió a través de un comunicado oficial como «president de la Generalitat en el exilio». Un cara a cara cargado de simbolismo, que llega en un contexto marcado por la posible investidura de Pedro Sánchez y que escenifica la recomposición de relaciones entre el PNV y Junts. El objetivo de la cita fue «analizar el complejo panorama político que las elecciones generales del 23 de julio han dejado en el Estado español» y «el papel clave» que asumen los dos partidos en un proceso lleno de incógnitas.

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La reunión se prolongó durante dos horas y media en la residencia en la que vive Puigdemont desde 2017. También estuvieron presentes el burukide Joseba Aurrekoetxea y el secretario general de Junts, Jordi Turull. Fue un viaje exprés, que según portavoces oficiales del PNV se había concretado en agosto. La delegación vasca partió desde Bilbao a las siete de mañana y llegó a Bruselas vía Fráncfort. Ambas partes comieron juntas y Ortuzar y Aurrekoetxea regresaron anoche a Euskadi.

La entrevista, «cordial y provechosa», supone todo un aldabonazo político y llega una semana después de que Puigdemont presentase sus exigencias para apoyar una posible investidura de Sánchez. La principal, una amnistía que cada vez tiene más voces en contra -tanto jurídicas como en las filas socialistas- y que se está convirtiendo en el principal obstáculo para garantizar la continuidad del líder del PSOE en La Moncloa. El escenario alternativo de la repetición electoral genera muchas dudas en Sabin Etxea.

En este contexto, el propio Ortuzar reconoció que «buena parte» del encuentro mantenido con Puigdemont sirvió para analizar «la coyuntura política actual, teniendo en cuenta que ambos partidos jugamos tras las elecciones del 23-J un papel decisivo ante cualquier investidura» y ante una futura legislatura en la que los dos grupos apuestan por darle una vuelta al modelo territorial.

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¿Está actuando Ortuzar de mediador para que Puigdemont rebaje sus expectativas y apueste por una vía más pragmática? Fuentes del PNV negaron de forma taxativa esa posibilidad -«se está especulando con eso pero es un disparate, no somos intermediarios ni recaderos de nadie»- y subrayaron que el objetivo principal fue «estrechar relaciones» entre dos partidos que se habían distanciado en los últimos años. Sin embargo, a finales de agosto, fue Aitor Esteban quien admitió que habían sido los jeltzales los que habían facilitado los contactos entre el PSOE y Junts para el nombramiento de Francina Armengol como presidenta del Congreso porque antes no había «ningún tipo de contacto» entre los socialistas y la formación de Puigdemont y Turull.

Ha sido el secretario general de Junts, precisamente, uno de los principales lazos que han mantenido viva la interlocución entre el PNV y Junts durante los últimos seis años. Las relaciones entre las dos formaciones prácticamente se habían roto tras los acontecimientos vividos en Cataluña el 1 de octubre de 2017. El 'procés' abrió una enorme brecha entre dos partidos que en principio estaban llamados a entenderse.

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La formación catalana era la heredera teórica de Convergencia, con la que Sabin Etxea había mantenido una alianza histórica. Pero aquellos lazos se quebraron y el PNV se quedó sin un potencial aliado. Y ahí entra en juego otra de las claves que dan más relevancia al encuentro de ayer en Waterloo.

«Determinantes»

Al mismo tiempo que eso sucedía, durante la pasada legislatura, EH Bildu apostaba por hacer política en el Congreso y por la «unidad de acción» con ERC. De hecho, la coalición soberanista insistía en que sus cinco diputados en el Cámara baja no estaban solos, que con los 13 de ERC «la izquierda soberanista» se convertía en el principal aliado de Sánchez. Enfrente, el PNV solo podía ofrecer seis escaños. Ahora, todo cambia. Es verdad que Bildu tiene seis y los jeltzales cinco, pero ERC ha bajado a siete, los mismos que Junts. Igualdad de fuerzas.

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Aunque desde el PNV se recalcó ayer que cada partido mantendrá su propia estrategia y que no habrá una acción concertada, también se destacó que Puigdemont y Ortuzar habían compartido «las posiciones y expectativas» con que ambos partidos afrontan el proceso abierto para la «conformación de un Gobierno en España», donde los votos de «los cinco diputados jeltzales y de los siete de Junts» se han convertido en «determinantes».

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