Ortuzar defiende la reforma del delito de malversación para «relajar el clima en Cataluña»

Esa tesis es precisamente la que defiende Sánchez. El Gobierno considera que la reforma de la malversación, unida a los indultos y a la derogación del delito de sedición servirá para desinflamar de forma definitiva el 'procés'. La propuesta que plantea el Ejecutivo, y que básicamente diferencia entre los que cometen el delito en beneficio propio y los que no, rebajaría las penas a algunos condenados por el 1-O, entre ellos Carles Puigdemont y Oriol Junqueras.

La reforma dejaría el Código Penal con una redacción muy similar a la que tenía en 2015. Y a eso se refirió ayer Ortuzar en Onda Vasca. Porque para el presidente del PNV el modelo que plantea ahora Sánchez sería el más adecuado a la realidad porque el cambio que incluyó hace siete años el Gobierno de Mariano Rajoy, a su juicio, «en absoluto estaba destinado a reforzar la lucha contra la corrupción, sino a impedir o a meter miedo al president Artur Mas y a los políticos catalanes para que no entraran en el referéndum del 9-N» que se había llevado a cabo un año antes.

Ortuzar, además, se mostró confiado en que la nueva redacción del delito no se convertirá en un «coladero para perdonar o facilitar que los corruptos salgan airosos o con menores penas», sino que «contribuirá a normalizar la situación política en Cataluña porque revertirá la reforma legal que en 2015 introdujo el Partido Popular, por sí solo cuando tenía mayoría absoluta».

En su opinión, los cambios del Ejecutivo servirán «para rehabilitar a personas que están sufriendo condenas o tienen la espada de Damocles de una posible condena». «Y si esto redunda en que Cataluña vaya a una cierta normalización política, donde las personas e instituciones puedan expresarse con libertad, defender sus ideas y poner en marcha procesos políticos, entonces esto es bueno», añadió Ortuzar, quien también se refirió a la propuesta de ERC de celebrar un referéndum independentista.

El líder del PNV consideró que se trata de una iniciativa «positiva», aunque se mostró convencido de que no se realizará a corto plazo. En su opinión, una de las críticas que se hacía al proceso catalán es que era «unilateral y no había habido una negociación con el Estado y unas reglas de juego claras». Ahora, señaló Ortuzar, Esquerra «abre una posición de acuerdo con el Estado, un poco el modelo de Montenegro».

El dirigente jeltzale recordó que una de las cuestiones que planteaba el PNV en su propuesta de nuevo estatus es que el derecho a decidir tenía que ser «negociado de acuerdo con las instituciones de un lado y otro». «Algo muy parecido a lo que ERC propone», añadió.