Objetivo fallido
El objetivo de un presidente cuando remodela su gobierno no es otro que soltar lastre para intentar relanzar su imagen. Pues bien, ocho días después ... de la escabechina que Pedro Sánchez perpetró en su Gabinete es evidente que no ha cumplido el objetivo.
El presidente, que atesora un olfato político tan notable como su desapego a principios o amistades, pretendía con la crisis un punto y aparte. Dejar atrás los notables errores de los últimos meses y abrir un nuevo tiempo al calor del torrente de millones que nos van a llegar de Europa.
No ha sido así. Siguen las elucubraciones sobre los porqués de la salida de pesos pesados como Carmen Calvo, José Luis Ábalos o Iván Redondo. Se repiten las torpezas, y del chuletón hemos pasado a Cuba. La pandemia regresa con fuerza y las noticias -sanitarias y económicas- son cualquier cosa menos tranquilizadoras.
El Gobierno Sánchez decidió que no podíamos seguir con el estado de alarma y que tocaba mirar a la economía, pero eludió promover cambios legales que dieran seguridad jurídica a las instituciones en caso de tener que volver a decretar restricciones de derechos si las cosas empeoraban. Nos quitó deprisa y corriendo la mascarilla para tapar la tormenta por los indultos. Y llamó al mundo a llenar nuestras playas y nuestros hoteles para acelerar la recuperación.
Muchos expertos avisaron de que la quinta ola era cuestión de semanas, en especial dado el comportamiento incívico y el nulo cerebro de muchos jóvenes y no tan jóvenes. La ola ya está aquí y, gracias a Sánchez, carecemos de base legal para los recortes de libertades que deban adoptarse contra el bicho.
Por si alguien echaba de menos una guinda en este pastel, ha llegado el fallo del Constitucional, dividido en dos mitades no simétricas ideológicamente, que ha resuelto por seis votos a cinco que el confinamiento que se decretó a la luz del estado de alarma es inconstitucional. Que el Gobierno debió tirar del estado de excepción.
Carezco de la formación jurídica necesaria para respaldar u objetar el fallo del TC. Pero me resulta extremadamente curioso que en ningún otro gran Estado europeo se hayan cuestionado los recortes de libertades que llevaron a cabo sus gobiernos de la noche a la mañana para salvar vidas y aquí sí. De la reacción del PP, nada que añadir: sigue instalado en el todo vale contra Sánchez.
Al presidente le aguardan meses complicados. Con la inflación en las cifras más altas del último lustro y el recibo de la luz sin control pese a la bajada de urgencia del IVA, Sánchez y Calviño van a encontrar cada vez más dificultades para seguir negándose desde posiciones de izquierdas a subir el Salario Mínimo como exigen Podemos y los sindicatos. Y la reforma laboral y la sostenibilidad de las pensiones siguen encalladas.
El líder del PSOE tiene pendiente decidir con qué mimbres compone en otoño la nueva ejecutiva federal del partido. Una cúpula para y de integración que marque el final de las hostilidades con la 'vieja guardia' felipista y la mayoría de los barones. Una dirección que dote otra vez al presidente de un partido en el que apoyarse para ganar elecciones. Y que sepa templar gaitas cuando lleguen, que llegarán, las cesiones políticas y económicas a Cataluña, que probablemente provocarán ronchones en otras autonomías, también las del PSOE. Mucha, mucha tela que cortar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión