La (mala) calidad del debate público vasco
Es verdad que el barro político tiene su epicentro en Madrid y que Euskadi se ha librado hasta ahora de la contaminación más agria de ... su debate público y de los ingredientes básicos del barro: descalificaciones, insultos o gritos. Así lo percibe la mayoría de la ciudadanía vasca, que no observa el deterioro de las formas que padece el debate político español. La llegada de Vox al Parlamento vasco no ha transformado las formas educadas por las que acostumbra a discurrir la confrontación política en Euskadi en los últimos tiempos.
En cambio, atendiendo a los datos del Deustobarómetro de invierno, la clase política vasca sufre otras patologías que contribuyen a deteriorar la calidad de su debate público. El 64% de la ciudadanía vasca cree que son bastante frecuentes las mentiras en los discursos de los políticos vascos. El 74% percibe que la mayoría de ellos son incapaces de admitir sus errores en público. Y el 59% cree que no muestran predisposición al acuerdo con el resto de las fuerzas políticas y que lo habitual es que no se muevan de sus posiciones previas. En la política española estos indicadores son todavía peores.
Es obvio que a la ciudadanía no le gustan las mentiras y es uno de los factores que más minan la credibilidad de la clase política. En el año de la pandemia ha crecido el número de ciudadanos que desea que su partido llegue a acuerdos con el resto de formaciones políticas en vez de encastillarse en sus posiciones. La sociedad vasca no está polarizada y por eso entiende menos que su clase política tenga tantos problemas para alcanzar acuerdos en una situación de emergencia como la actual. Y también mostrarían más compresión hacia sus representantes si estos admitieran todos los errores desde que empezó la compleja gestión de la pandemia.
Esa percepción de falta de calidad en el debate público vasco, aunque no sea el barro y el fango su principal enfermedad, deteriora la transmisión de información de utilidad para la sociedad. La mitad de la ciudadanía vasca no ve claras las medidas y restricciones que tiene que cumplir para luchar contra la covid. Se cree que el virus se inventó en un laboratorio. Y no percibe que el Gobierno vasco esté siendo todo lo transparente que podría en sus decisiones. Es importante recuperar la calidad del debate público vasco para que todo el esfuerzo real que están haciendo las administraciones sea más creíble. Llegar a acuerdos, no mentir o reconocer los errores no necesita de partidas presupuestarias extra. Es una cuestión de actitud y de estar a la altura de la situación excepcional que estamos atravesando.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión