El Gobierno vasco reclama la «máxima capacidad» sobre los tres aeropuertos
Los ejecutivos central y autonómico constituyen una subcomisión para negociar una fórmula a la que Aena ya ha mostrado su oposición total
El primer paso está dado. Los gobiernos vasco y central ya han constituido una subcomisión que durante los próximos tres meses negociará la fórmula para ... una de las transferencias más sensibles de cuantas quedan para completar el Estatuto de Gernika, la de los aeropuertos. Ahora bien, la aspiración del nacionalismo de tomar el control de Loiu, Foronda y Hondarribia sigue estando muy lejana porque, pese a la formalidad de este órgano y el compromiso de Pedro Sánchez de traspasar todo lo pendiente para finales de año, el Estado no tiene intención de delegar la gestión de infraestructuras críticas.
La consejera de Autogobierno, Maria Ubarretxena, y su equipo negociador habitual se han desplazado este miércoles a Madrid para asistir a la primera cita del grupo de trabajo. Se trata de un foro bilateral en el que el Gobierno central tiene cinco representantes y el vasco otros tantos. En el caso de Lakua, además están asesorados por las sociedades de promoción de los tres aeródromos ubicados en Euskadi (Bilbao Air, VIA y Ortzibia) y expertos en el área mercantil. A priori la subcomisión iba a durar cuatro meses, pero se ha reducido a tres para acompasarlo con el plazo comprometido para completar los traspasos.
La negociación no va a ser nada fácil porque, si bien el Estatuto de Gernika atribuye desde 1979 a Euskadi la competencia de los «aeropuertos con calificación de interés general, cuando el Estado no se reserve su gestión directa», a día de hoy los tres tienen atribuida dicha consideración y Moncloa no quiere degradarlos. Vista la extrema complejidad de que se consiga una transferencia integral, Lakua se ha abierto en los últimos tiempos a una vía más pragmática y propone que Aena –el operador aeroportuario– cree una filial participada por el propio Gobierno vasco para compartir la dirección de las terminales.
Aunque dialécticamente no se renuncia a un traspaso íntegro, lo cierto es que el planteamiento del Gabinete de Imanol Pradales no abarca todo. Básicamente se trataría de impulsar la participación de Euskadi allí donde se deciden las inversiones y los slots (las franjas horarias para utilizar las infraestructuras). Es lo que Ubarretxena ha definido este miércoles como lograr la «máxima capacidad» sobre la gestión de los aeródromos, de manera que las instituciones vascas puedan «diseñar el futuro del sistema aeroporturario de Euskadi».
Otra reunión en una semana
La consejera ha reconocido, eso sí, que habrá «obstáculos», no tanto legales como políticos, que habrá que superar con «voluntad y acción». Se refería no sólo a las habituales resistencias del Gobierno central para ceder competencias que legalmente son de Euskadi desde 1979, que también las hay en este caso por parte del Ministerio de Transportes, sino sobre todo a la oposición total que ya ha mostrado Aena. El operador aeroportuario, cuyo 51% pertenece al Estado y el 49% a accionistas privados, ha hecho suya la preocupación del fondo de inversión TCI (dueño del 6% de las participaciones) y ha rechazado cualquier cambio.
El de los aeropuertos, junto a la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, es el más intrincado de los cerca de veinte traspasos que quedan por rematar. El plazo vence el 31 de diciembre y nunca antes se han firmado tantas transferencias en tan poco tiempo. Ubarretxena, quien se escuda en que por ahora Moncloa no ha pedido más tiempo, se reunirá el próximo miércoles con el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, para entregarle las diez propuestas que englobarán todas esas competencias.
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