El nuevo Plan de Convivencia incide en lo injusto de la violencia pasada y en sensibilizar a los jóvenes

Fue en mayo cuando el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales dio a conocer el borrador del que es el tercer Plan de Convivencia del Ejecutivo autónomo. Desde entonces, la consejería que lidera Beatriz Artolazabal ha contrastado la versión original con los grupos parlamentarios, una veintena de colectivos vinculados a la defensa de los Derechos Humanos, las víctimas y la diversidad, así como con profesionales del ámbito universitario y con la Asociación de Municipios Vascos, Eudel.

El proyecto llega en un contexto distinto al de sus predecesores. Hace diez años que ETA abandonó el uso de las armas. Toca ahora, consideran desde el Gobierno vasco, construir una memoria «inclusiva y crítica» y asentar la convivencia. En estos dos aspectos la versión definitiva del plan resulta más tajante.

Incorpora en sus primeras páginas un capítulo en el que, pese a los motivos para «la esperanza» que supuso el final del terrorismo, se alerta sobre «diversas expresiones de violencia, intolerancia y sectarismo que todavía emergen en nuestro entorno». «Pintadas, amenazas, agresiones físicas y verbales, ataques la Ertzaintza...», se enumeran, en una alusión a lo acontecido este verano.

Resquicios de una «cultura de la violencia que subyace aún en determinados sectores y que resulta incompatible con la convivencia democrática». Como también lo son, cita el documento, los 'ongi etorris' a ex presos de ETA, por suponer «de facto una exaltación simbólica de la cultura de la violencia y un agravio para las víctimas».

'Udaberri 2024' defiende una «reflexión crítica» como «imperativo» para una sociedad objeto de una violencia de ETA que «no fue consecuencia natural de un conflicto político», sino de «una decisión voluntaria y consciente de imponer por la fuerza un proyecto totalitario excluyente», que tuvo «el apoyo político determinante de un sector de la sociedad vasca». Emplaza el plan a llevar a cabo un ejercicio de autocrítica que interpela «en primera instancia a quienes ejercieron y dieron amparo a la violencia», y a construir una memoria «fehaciente», «más allá de trincheras -se elimina el concepto «los míos» y «los otros»- y «sensible con las inquietudes de los jóvenes».

Recaerá en el Instituto Gogora el reto de sumar a los partidos a un nuevo 'suelo ético'. Un objetivo que naufragó en el Parlamento. «Esperamos que desde la lealtad de todas las fuerzas políticas podamos llegar a consensos», confió este martes Artolazabal tras la reunión del Consejo de Gobierno.

Con la vista puesta a la transferencia el 1 de octubre de la gestión de Prisiones, el Ejecutivo autónomo incluye en su Plan de Convivencia su apuesta por una política penitenciaria basada en la reinserción. Ahora bien, rebaja el tono utilizado en la redacción de este apartado. De hablar de «normalizar» la política, se pasa a «adecuar»; se ha eliminado la alusión a una «cultura de excepcionalidad» por «reactiva contra el terrorismo», y añade un factor importante en el modelo a impulsar desde Euskadi: su «potencialidad para contribuir al derecho a la verdad».

Si el borrador adolecía de cierta concreción, la versión definitiva incorpora un anexo con setenta acciones. El Ejecutivo hace suyas las propuestas del documento que el Consejo Vasco de Víctimas del Terrorismo aprobó en marzo. Figuran, por ejemplo, ampliar los perfiles de víctimas que acuden a los colegios -heridos y amenazados-, estudiar la reforma de la ley vasca de víctimas, la entrega a cada damnificado de un 'cuaderno' con la información de su caso y elaborar informes sobre el daño padecido por las Fuerzas de Seguridad del Estado y los funcionarios de Prisiones.

Junto a las del terrorismo, el Ejecutivo acelerará el reconocimiento de las víctimas de abusos policiales. También serán una realidad la ley sobre memoria democrática y el centro por las víctimas del 3 de marzo.

La diversidad y la discriminación es una competencia que esta legislatura se ha incorporado al área de Derechos Humanos. El Gobierno vasco plantea la aprobación de una ley integral de igualdad de trato, así como la modificación de la normativa de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de personas transexuales, en un momento en el que han sido varias las agresiones homófobas en Euskadi. 'Udaberri' recoge propuestas para la promoción y participación del pueblo gitano, de las personas migrantes, así como el visto bueno a la Ley Vasca de Centros de Culto.