Urkullu amaga con no acudir a la próxima Conferencia de Presidentes

«El Gobierno español tiene que entender que este no es el camino, que los acuerdos están para cumplirse y que no vamos a aceptar que se ningunee al Gobierno vasco», señaló Olatz Garamendi. «Se está incumpliendo el Estatuto de Gernika, ya que 42 años después de su aprobación sigue sin ser completado en cuanto a las competencias a asumir pendientes de ser transferidas», censuró.

Y es que, de los traspasos acordados, apenas se han ejecutado cuatro el pasado mayo -el más relevante fue el de Prisiones- y todavía quedan pendientes más de una veintena. Así, a ojos del Gabinete Urkullu, «no tiene sentido acudir a foros multilaterales cuando se incumple lo acordado de manera bilateral».

Lo cierto es que el lehendakari siempre ha mostrado sus recelos sobre la Conferencia de Presidentes. Un instrumento que, desde su creación en 2004, se ha utilizado en 24 ocasiones, 18 de ellas durante la pandemia, lo cual le ha servido a Pedro Sánchez para presentarlo como símbolo de cogobernanza.

Sin embargo, el Gobierno vasco ha denunciado en repetidas ocasiones que este foro está más pensado de cara a la galería que para ejercer una cogobernanza real. De hecho, el lehendakari terminó acudiendo a las dos últimas convocatorias 'in extremis', tras arrancar mejoras económicas para Euskadi. La última vez, en julio.

Entonces, Urkullu se presentó en el convento salmantino de San Esteban tras cerrar un pacto fiscal con el Gobierno central. Se acordó celebrar una reunión de la Comisión Mixta del Concierto Económico para, entre otros compromisos, cerrar el traspaso a Euskadi de tres nuevos impuestos: el del IVA del comercio electrónico, el de transacciones financieras (conocido como 'tasa Tobin') y el impuesto sobre determinados servicios digitales (la 'tasa Google').

Pues bien, poco después de que Garamendi anunciara ayer su ausencia de la reunión para preparar el foro multilateral de enero, el Gobierno informó de que el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes una modificación del Concierto Económico para incluir precisamente la concertación de estos tres nuevos impuestos. Según estimaciones del Ejecutivo autónomo, aportarán a las Haciendas vascas unos 220 millones de euros anuales. Previsiblemente, el anteproyecto de Ley se votará en diciembre en el Congreso.