Redondo es enterrado entre el unánime elogio de toda la sociedad
La capilla ardiente reúne a figuras como Alberto Núñez Feijóo, Rodolfo Martín Villa, Alfonso Guerra y Patxi López
David Guadilla
Jueves, 5 de enero 2023, 13:20
En un clima habituado a la polarización, la crispación y la bronca, el adiós tributado a Nicolás Redondo Urbieta tras su fallecimiento el martes a los 95 años sirvió para ensalzar aún más la figura de quien fuera clave en la Transición española. Si por la capilla ardiente pasaron el miércoles dirigentes como Pedro Sánchez, este jueves lo hicieron Alberto Núñez Feijóo, Rodolfo Martín Villa, Alfonso Guerra y Patxi López, entre otros.
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Quizás la presencia que simbolizaba más lo que representaba el espíritu de concordia de Redondo Urbieta era la de Martín Villa, exministro de Interior durante los primeros años de la democracia. Frente a sus diferencias y los momentos de tensión de aquella convulsa época, ambos mantuvieron una buena relación y apostaron por la reconciliación tras 40 años de dictadura.
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«Fue constructor de este país, porque lo cimentó en los derechos y libertades que se empeñó en conquistar para todos», ensalzó Patxi López. El exlehendakari sustituyó a Nicolás Redondo Terreros, hijo del exlíder de UGT, como secretario general del PSE en 2002, un relevo que dejó muchas heridas abiertas. La relación entre los López y los Redondo venía de lejos. Uno de los principales colaboradores, apoyo y amigo que tuvo el histórico sindicalista había sido Eduardo ‘Lalo’ López, padre del exlehendakari. Ambos fueron compañeros en La Naval y estuvieron desterrados en Las Hurdes.
En ese simbolismo también entra la presencia de Alberto Núñez Feijóo en la sede de la UGT y su saludo con el actual secretario general de la central, Pepe Álvarez. El dirigente popular definió a Redondo Urbieta como una «fuente para inspirarse» en el actual «momento de tensión» política.
Feijóo, que le definió como «una figura clave» para entender la España desde la dictadura de Franco hasta el pacto constitucional de 1978, destacó que «lo importante no es el desacuerdo, sino el acuerdo, lo importante es desactivar el conflicto a través de la cesión de las partes, la gente siempre es recordada por los acuerdos y no por las disputas».
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De forma paralela, y agradeciendo a Pepe Álvarez haberle recibido en la sede del sindicato, destacó la labor de Redondo también desde el punto de vista sindical, un sindicalismo «responsable y comprometido con los derechos de los trabajadores y el conjunto del país». Por último, alabó a Nicolás Redondo Terreros, que practicó un «socialismo responsable» en el País Vasco durante el tiempo que se dedicó a la política activa.
El cuerpo de Redondo Urbieta fue trasladado con posterioridad al cementerio de La Almudena. «Nicolás nos deja una herencia que hoy ya forma parte del día a día del quehacer del sindicalismo en España. Él es el padre de la autonomía sindical, se puede hablar mucho de autonomía sindical, de independencia sindical, se puede declarar en todos los estatutos de todas las organizaciones... pero Nicolás Redondo hizo algo más: la practicó», subrayó en su discurso final Pepe Álvarez. El último adiós a un hombre «coherente» que estuvo «con y para los trabajadores».
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