«Europa debe ponerse las pilas y hablar con una sola voz o desapareceremos»

El diplomático definió esta era como una época de «enorme ebullición» con una «guerra inesperada», una «salida de China de la pandemia más complicada de lo esperado», la crisis energética... «Un mundo muy complicado» en el que si hay una palabra que lo define es «incertidumbre» porque «lo que considerábamos sólido se está tambaleando». El embajador habló, por ejemplo, de «cuatro revoluciones simultáneas»: la tecnológica y de robotización, la digital, la genética y la demográfica.

En este contexto, Dezcallar puso énfasis en la situación de Europa. Aunque admitió los pasos dados durante la pandemia, recordó la dependencia en materia de seguridad que hay de Estados Unidos, en energía de Rusia y en tecnología de China. También alertó de que el «centro de gravedad» está pasando del Atlántico al Pacífico. Y eso obliga a Europa a «ponerse las pilas» y hablar «con una sola voz» o «desapareceremos». A esto hay que sumar la aparición de nuevos actores a nivel internacional. Y el mejor ejemplo es China, que está planteando sus propias exigencias y unas «reglas distintas» a las que han venido estableciendo las potencias occidentales a lo largo de la historia.

Dezcallar está convencido de que nos encontramos «en el final de una etapa geopolítica», en la que se va a pasar de un «multilateralismo más o menos eficaz» a un «bipolarismo imperfecto» dominado por China y Estados Unidos.

Sobre el futuro de la invasión, el embajador puso sobre la mesa diversos escenarios. «Pero es prematuro hablar del fin de la guerra. Todo es posible». A su juicio, Vladímir Putin fue «inteligente» al construir un discurso interno con el que transformó «una guerra ofensiva en una defensiva» al sostener que Ucrania es territorio ruso. Un conflicto, además, con el que «Europa pierde». De hecho, fue contundente al señalar que el continente debe llegar «a algún tipo de acomodo con Rusia» dada la relación de vecindad y los intereses comerciales y energéticos.

Eso sí, consideró que Ucrania es la «defensa de nuestros valores», y que por ahora no es el momento de iniciar unas negociaciones para acabar con una guerra que puede subir un peldaño más si se utilizan armas nucleares. Dezcallar aseguró que le «consta» que los estadounidenses han trasladado a los rusos que esa línea no se puede franquear.

De forma genérica, abogó por «superar el nacionalismo viejo porque, si no, nos iremos por el desagüe de la historia» y «no se podrá mantener el Estado de Bienestar».

Enrique de Ybarra puso el énfasis en el «cambio geopolítico» que se está viviendo en un «mundo complejo y de contrastes», en el que hay «potencias emergentes que no comparten nuestra visión de la vida», el papel que debe ocupar la religión, los derechos individuales... «Se están cuestionando los valores que encarna Europa. Un mundo bipolar ha derivado en un equilibro muy inestable», afirmó el presidente de EL CORREO.

Emiliano López Atxurra consideró fundamental preguntarse «cuál va a ser nuestro futuro» en un momento en el que hay una «intensa competencia energética». Para el presidente de Petronor, «saber las aguas profundas que mueven el mundo actual es necesario para la supervivencia de nuestro bienestar». «A partir de 2024 estaremos inmersos en un proceso intenso y duro de consolidación de una UE más reforzada», afirmó.