Aitor Esteban ha respondido esta mañana a Andueza en el exterior de Sabin Etxea. PNV

El PNV sale en tromba contra Andueza por «tensionar» la coalición «en tono retador»

Esteban y cargos jeltzales acusan al líder del PSE de «generar desconfianza»

Martes, 7 de octubre 2025

Las aguas de la coalición PNV-PSE vuelven a bajar revueltas, una vez más. La calma chicha que siguió al último encontronazo entre los socios, ... avivado por los desencuentros en materia migratoria y por el trazado del TAV, se ha esfumado de un plumazo a raíz de la brecha abierta entre ambos por el portazo de los socialistas a la reforma legal abanderada por Sabin Etxea para blindar el euskera en las OPE. Lejos de minimizar esas discrepancias, el secretario general del PSE, Eneko Andueza, diagnosticaba en una entrevista en EL CORREO el pasado domingo una fractura más profunda por el acercamiento, en su opinión, de los jeltzales a Bildu en asuntos de hondo calado abertzale, y avisaba incluso a sus socios de que «si siguen buscando acuerdos identitarios» con los de Arnaldo Otegi en materia lingüística o en el nuevo estatus, «la coalición estará en riesgo».

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Pues bien, en lugar de dar la callada por respuesta para no amplificar las discrepancias -la táctica que empleaba Andoni Ortuzar-, el PNV ha decidido, ya desde la llegada de Aitor Esteban, responder a Andueza por tierra, mar y aire y por boca de distintos portavoces, empezando por el propio presidente. Aunque eso suponga dar munición a Bildu para subrayar, como ha hecho Pello Otxandiano esta semana, que la alianza PNV-PSE hace aguas porque ambos disienten en asuntos «fundamentales».

En unas declaraciones grabadas con ese único propósito en el exterior de Sabin Etxea y difundidas ayer por el partido, Esteban acusó al líder de los socialistas vascos de «generar tensión, fricción y desconfianza innecesariamente» al usar «un tono retador» que «no se compadece» con la estabilidad parlamentaria que, recalcó Esteban, proporciona la alianza entre jeltzales y socialistas tanto en Euskadi como en Madrid. Una estabilidad que, lamentó el líder jeltzale, Andueza «pone en cuestión» con sus declaraciones «fuera de lugar». «Quizá lo hace porque lo necesita para reafirmar su autoridad con sus correligionarios y dentro de su propio partido», deslizó.

El líder del EBB aprovechó para aclarar a la opinión pública que, pese a las quejas de Andueza por el supuesto alejamiento entre los socios, el Gobierno vasco «está funcionando». «Hay buena atmósfera, buen ambiente; estamos muy tranquilos», corroboró la portavoz del Ejecutivo, Maria Ubarretxena. Y aseguró Esteban, además, que en la primera reunión que mantuvo con el secretario general del PSE tras ser nombrado presidente del PNV ambos abordaron la reforma legal para dar seguridad jurídica a las OPE tras los varapalos de los jueces a los requisitos de euskera. PNV y PSE, según el líder jeltzale, «acordaron un disenso» sobre esa materia, aunque, incidió, todavía hay espacio para el acuerdo en ese terreno.

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«Hacerse un Tellado»

Una versión que difiere de la que traslada Andueza, que ayer insistió en una entrevista radiofónica que es el PNV quien unilateralmente ha decidido la «ruptura» del consenso lingüístico en el seno del Gobierno, logrado con el decreto de perfiles aprobado hace año y medio, porque «está mirando de reojo todo el rato a Bildu» ante la pelea a cara de perro que ambos mantendrán por la hegemonía del nacionalismo en los próximos procesos electorales de 2027 y 2028. Y fue más allá: «La sociedad vasca sabe perfectamente que el objetivo de EH Bildu, y en este caso también del PNV, es hacer un cuerpo funcionarial y una administración pública a su medida, única y exclusivamente para nacionalistas e independentistas». Como hizo en la entrevista con este periódico, en la que denunciaba la «deriva peligrosa» del PNV hacia el soberanismo, ayer volvió a advertir de la «comunión nacionalista» entre las fuerzas abertzales para impulsar el derecho a decidir en lugar de hablar de sanidad, industria, vivienda, educación o cuidados.

Una escalada verbal alentada por el clima preelectoral que vive ya Euskadi y un desencuentro cada vez más de raíz ideológica que vivirá nuevos capítulos en los próximos días, por asuntos candentes como el centro de refugiados de Arana, y que aleja el deseo expresado ayer por Esteban de que las grietas entre PNV y PSE queden en una «anécdota», por más que todas las fuentes consultadas insistan en que puertas adentro de Lakua no existe ni sombra de la tensión que reflejan los encontronazos verbales entre los socios.

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Esteban, que en su día escenificó la reconciliación con Andueza con una comparecencia conjunta para presentar el plan de choque en vivienda, no ha sido el único en salir al paso de las declaraciones del socialista, una estrategia meditada para marcar perfil frente al socio. Si este lunes el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, le llamó 'ahobero' ('charlatán', 'exagerado', en euskera), ayer Juan Mari Aburto, su homólogo bilbaíno, opinó que actúa más «como un líder de la oposición» y que eso «no es bueno».

El propio Andueza acusó ayer al alcalde donostiarra de «hacerse un Tellado», en referencia al tono desabrido del dirigente popular, para «tapar su mala gestión» y, en un giro inédito, llegó a pedir al lehendakari Pradales que intervenga y corrija a Goia para «rebajar la tensión» y demostrar que «el insulto no es el camino». «Si dice que en Euskadi no tenemos que contagiarnos del ambiente de crispación que hay en Madrid, tiene una buena oportunidad para decirle a Goia que el insulto no es el camino», abundó.

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