El Gobierno vasco ve detrás a grupos organizados
Urkullu pone en duda que los incidentes sean «espontáneos», aunque elude catalogarlos de 'kale borroka', tal y como sugieren los sindicatos
El Gobierno vasco no oculta sus sospechas de que los incidentes registrados en los últimos días responden a una organización previa a la intervención policial. Tanto el lehendakari, Iñigo Urkullu, como el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, dudaron públicamente este domingo de que los disturbios sean meros acontecimientos puntuales e inconexos. El concepto 'kale borroka', que los sindicatos están reincorporando ya a su vocabulario, sigue siendo tabú para el Ejecutivo autonómico, aunque en privado ve la mano de la izquierda radical meciendo la cuna.
Estas conjeturas han ido ganando fuerza desde el pasado miércoles, cuando se vivió una auténtica batalla campal en las calles de San Sebastián. Sectores de la izquierda abertzale clamaron entonces contra la «desproporción policial», máxime tras difundirse un vídeo en el que un mando de la Ertzaintza instaba a sus compañeros a «tirar a dar» con sus lanzaderas de bolas de 'foam'. Ni EH Bildu ni Elkarrekin Podemos-IU suscribieron en el Ayuntamiento una declaración contra los «comportamientos irresponsables e incívicos» de los protestantes.
Erkoreka apunta a una misma reacción ante las intervenciones policiales, con botellas y piedras
Ataques
ErNE y ESAN creen que las declaraciones de los dirigentes de EH Bildu «ocasionan» la violencia
Sindicatos
Una condena conjunta a la que ambas formaciones sí se sumaron en octubre, cuando se sucedieron varias protestas violentas contra la adopción de nuevas restricciones como el toque de queda. Aquellos incidentes, sobre todo en Bilbao, fueron atribuidos a negacionistas de extrema derecha. El lehendakari habló entonces de «terrorismo», un término que esta vez ha querido evitar y que ha sustituido por una reflexión más sutil en forma de pregunta. «Son actuaciones que van en contra de la convivencia y el bien común. ¿De manera irresponsable, espontánea?», lanzó en una publicación en Facebook.
Urkullu apuntaló así la tesis que ya había planteado horas antes su 'número dos' en el Gobierno vasco, señalando hacia una preparación previa. «No se puede negar que en más de un sitio la respuesta ha sido organizada. Solo hay que ver que cuando llega la Ertzaintza se encuentran de inmediato botellas y piedras. Que ahí detrás hay algo organizado es innegable», aseveró Erkoreka. Preguntado directamente por un posible rebrote de la 'kale borroka', el vicelehendakari primero eludió realizar «ese tipo de caracterizaciones en este momento» y se limitó a condenar unas actitudes «antisociales, irresponsables e insolidarias».
Acusaciones de las centrales
Los sindicatos de la Ertzaintza también creen que hay algo más detrás de toda esta oleada de disturbios callejeros. A diferencia del Gobierno vasco, ErNE, la central mayoritaria en el cuerpo, no dudó en señalar a los supuestos responsables. «Las manifestaciones de los dirigentes de Sortu contra la Ertzaintza y las Policías locales ocasionan y amparan esta violencia», expresaron en un comunicado, acusando a los responsables del principal partido de la coalición de EH Bildu. El sindicato liderado por Roberto Seijo reclamó una condena «contundente» a todas las fuerzas políticas vascas y exigió más medios materiales y humanos para hacer frente a esta escalada de ataques contra los agentes.
Tampoco ESAN, sindicato de ideología abertzale, tuvo reparos en apuntar a EH Bildu, más concretamente a su coordinador general, Arnaldo Otegi, y a su portavoz parlamentaria, Maddalen Iriarte, quienes cuestionaron la actuación policial en San Sebastián. «Su temeridad no tiene parangón y queremos mostrar nuestra profunda preocupación ante este hecho. No todo vale en el juego político y los agentes de la Policía vasca nos negamos a ser muñecos en el juego de la evolución política lenta y cobarde en la que se encuentra inmersa la autoproclamada izquierda abertzale», indicaron en una nota.