Sumar asegura que Errejón admitió «comportamientos machistas intolerables»
La formación había anunciado horas antes de que iba a abrir una investigación sobre su portavoz
Sumar ha admitido esta tarde que su hasta ahora portavoz parlamentario, el dimitido Íñigo Errejón, asumió «comportamientos machistas» que el partido considera tan «intolerables» como ... para haber aceptado por unanimidad de su dirección la renuncia formalizada esta mañana tras abrirle una investigación interna por presunta violencia contra las mujeres. Con Yolanda Díaz deviaje en Bogotá y un liderazgo interino, ha sido Elizabeth Duval quien ha puesto voz a la conmoción en que se encuentra el socio minoritario del Gobierno. En una entrevista en la Ser, Duval, reconocida activista LGTBI, ha asegurado que Errejón reconoció el maltrato que se le atribuye.
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Las palabras de la dirigente de Sumar llegaron después de que Más Madrid, la formación originaria de Errejón tras marcharse de Podemos, asegurara que este había puesto su acta a disposición una vez destapada una denuncia anónima contra él por supuesto maltrato.
Previamente, en sus redes sociales, Duval ha asegurado que «todas tenemos la responsabilidad, ante testimonios de acoso o violencia machista de pedir reconocimiento, justicia y reparación». El rumor circulaba desde hace pocos días por ese maremágnum de informaciones que son las redes sociales. Apuntaba, sin dar nombres, a que alguien de mucho peso político estaba implicado en temas de malos tratos y abusos.
A medida que pasaban las horas, el nombre de Íñigo Errejón sonó con más fuerza como el protagonista de esas conductas. Este jueves, tras su dimisión, la relación causa-efecto parece algo lógico e incluso una lectura pormenorizada de su texto de renuncia deja entrever el reconocimiento de los hechos. Tampoco el comunicado emitido por Sumar, formación de que la ha sido portavoz hasta hace pocas horas, salía en su defensa y se limitaba a anunciar una investigación sobre las graves acusaciones.
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«Tras las informaciones aparecidas esta semana, desde Sumar iniciamos un proceso para recabar información sobre las declaraciones que se habían vertido, fundamentalmente en redes sociales, sobre Iñigo Errejón», apunta la formación en un texto en el que habla de un encuentro este mismo jueves para tratar el asunto. «La ejecutiva de Movimiento Sumar se ha reunido de manera inmediata y, tras haber escuchado las razones expuestas por Íñigo Errejón, ha aceptado de forma unánime su dimisión. Desde Sumar aspiramos a construir una sociedad y una política feminista y eso requiere un compromiso firme en todos los ámbitos», finaliza. Ni un atisbo de defensa de su ya excompañero. Tampoco un 'gracias' por el trabajo realizado.
De fondo resuenan los testimonios anónimos, desvelados por la periodista Cristina Fallarás. Se habla de «un maltratador psicológico, un verdadero psicópata, un verdadero monstruo». «Me habían avisado del trato que le daba a las mujeres, pero dada su posición política no podía creerme que eso fuera verdad», añadía la presunta víctima en referencia a un «portavoz» en el Congreso de los Diputados que los internatutas se han lanzado durante las últimas horas a identificar como Íñigo Errejón. Las denuncias hablan incluso de las formas en la que se comporta en sus relaciones sexuales. «Su forma de tener sexo te marca y no lo olvidas jamás (...). Te pide hacer prácticas humillantes y cuando te niegas te monta números. El indignado social nunca saca la cabeza el 8M, ni cuando hay algún caso de abuso sexual. Intuyo sabrá que puede estallarle en la cara cualquier día».
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Patriarcado y neoliberalismo
El contenido de este testimonio y el aumento del número de voces que le señalaban habría llevado a uno de los fundadores de Podemos a tomar la decisión de abandonar la política con un comunicado en el que, si bien no hace referencia a que la decisión está relacionada con el turbio asunto, sí deja entrever algunos detalles que enlazarían ambos hechos. «He llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un nuevo mundo, más justo y humano. La lucha ideológica es también una lucha por construir nuevas formas de vida y relaciones mejores, más cuidadosas, más solidarias y, por tanto, más libres. No se le puede pedir a la gente que vote distinto de cómo se comporta en su vida cotidiana», escribe.
Más delante, llegan las justificaciones y un argumentario en el que señala como culpables tanto al tipo de vida expuesta y en primera línea de la política, como al patriarcado y al neoliberalismo. «En la primera línea política y mediática se subsiste y se es más eficaz, al menos así ha sido mi caso, con una forma de comportarse que se emancipa a menudo de los cuidados, de la empatía y de las necesidades de los otros. Esto genera una subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica, con compañeros y compañeras de trabajo, con compañeros y compañeras de organización, con relaciones afectivas e incluso con uno mismo».
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