La crisis de Eusko Alkartasuna vuelve a los juzgados

La tormenta estalló en 2017 y desde entonces no solo no se ha reconducido, sino que se ha agravado. Las diferencias políticas se entremezclan con las personales, sus principales portavoces se han cruzado varias denuncias y la posibilidad de que haya una reconciliación se da casi por imposible. Lo que se analizaba en la vista de ayer era si fue legal la suspensión de militancia -los afectados hablan directamente de «expulsión»- de Ramírez, Mikel Goenaga, Miren Aranoa e Iratxe López de Aberasturi. Se trata de afiliados de notable peso interno, que han estado al frente de las territoriales de Navarra, Gipuzkoa y Álava. Ramírez, además, ha sido el candidato alternativo a Blanco.

Blanco aseguró que, en realidad, el juicio se celebraba porque «hay unas personas que han decidido que todas las decisiones que no les gustan y que no las ganan las traen a los juzgados. No respetan lo que la afiliación de este partido democráticamente decide». Ramírez, por su parte, denunció la falta de democracia interna y deseó que EA «vuelva a recuperar lo que es un principio básico: que la formación pueda elegir libremente a su secretario general, y que siga sirviendo para lo que nació, para hacer respetar los derechos y no para vulnerarlos». La sesión de ayer, además, no será la última, porque hoy habrá otro juicio en el que se abordará si el congreso que se celebró el pasado mes de febrero es válido.

Fue una cita que no aceptó el sector denominado 'garaikoetxeista' -cuenta con al apoyo del exlehendakari y fundador del partido- porque reclaman que tiene que haber primarias. Aquel congreso quedó en suspenso tras otra resolución judicial y los órganos internos quedaron 'congelados'. Para intentar salir del laberinto se convocó otro congreso para este fin de semana, pero los críticos tampoco le dan validez.