El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en la firma de un acuerdo de colaboración en Sabin Etxea con el presidente del PDeCAT, David Bonvehí. pedro urresti

El PNV censura el cordón sanitario del independentismo catalán contra Illa

Saca a relucir su discurso pragmático ante el 14-F aunque se posiciona con Iglesias al denunciar «abolladuras» en la democracia española

Viernes, 12 de febrero 2021, 22:47

El PNV demostró ayer la flexibilidad de su discurso y su capacidad para no casarse del todo con nadie. Todo ello en un momento de ... máxima ebullición política, en puertas de unas elecciones catalanas que podrían cambiarlo todo, en las que Sabin Etxea hace campaña con su partido 'hermano', el PDeCAT. Una sigla a la que, una vez desgajada del universo político de Puigdemont, la mayoría de las encuestas dan por amortizada, víctima de la polarización extrema, aunque los neoconvergentes confían en obtener representación y resultar decisivos en la formación de mayorías en el futuro Parlament.

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Pese al mensaje pragmático y posibilista, muy similar al que defiende el PNV en Euskadi, con que la exconsellera Angels Chacón concurre a los comicios, el PDeCAT no ha sido capaz de zafarse del abrazo del oso del independentismo más radical y ha acabado firmando con JxCat, ERC, la CUP y Primàries un compromiso para no pactar con el PSC e impedir así un Govern encabezado por el candidato socialista, Salvador Illa.

Esteban critica los «vetos» y «líneas rojas absolutas» pese al 'vacío' a Vox en el Parlamento vasco

Pues bien, justo antes de participar en un acto telemático con Chacón y el presidente de los postconvergentes, David Bonvehí, Aitor Esteban dejó clara en una entrevista en 'Radio Euskadi' la disconformidad del PNV con el cordón sanitario a la plancha del exministro. «Vetar las cosas y las líneas rojas absolutas nunca me parecen una buena estrategia porque nunca sabes lo que va a pasar luego», sentenció el portavoz jeltzale en el Congreso, que recordó que en Cataluña y en la propia Cámara baja ya funcionan acuerdos transversales entre el socialismo y las fuerzas soberanistas catalanas. El lehendakari Urkullu, preguntado por el asunto, prefirió no pronunciarse hasta conocer los resultados del domingo, pero fue muy gráfico al confiar en que, cerradas las urnas, los partidos hagan un ejercicio de «responsabilidad» por el «bien» de la sociedad catalana.

El toque de atención de Esteban y Urkullu sonó a 'desiderátum' para que el 14-F abra paso a algún tipo de entendimiento del PSC y los comunes con ERC y se mantenga viva así la mayoría de la investidura. Los jeltzales, de hecho, ya cuentan con la posibilidad de que Sánchez pierda a los republicanos catalanes como aliados y no le quede más remedio que volver sus ojos hacia Cs. Quedó patente que el PNV, que en el Parlamento de Vitoria hace el vacío político junto al resto de grupos (excepto al PP) a la única parlamentaria de Vox, no comulga con los vetos en Cataluña. Es más, Esteban insinuó que el pacto 'anti Illa' podría quedar en papel mojado. «He visto tantas veces que se dicen unas cosas y luego se hacen otras... La política catalana es un tanto acuosa», deslizó.

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Urkullu confía en que los partidos catalanes actúen con «responsabilidad» por el «bien» de la sociedad

tras el 14-f

«Con un chasquido»

Nada de esto dijo en su intervención posterior junto a Chacón. Esteban se centró en apuntalar el mensaje del PDeCAT. Según explicó, él mismo es independentista pero ni necesita estar «diciéndolo todo el día» ni hacer creer que un salto político semejante puede darse «con un chasquido de dedos». «Las naciones vasca y catalana tienen dinámicas diferentes pero aspiran al autogobierno total», abundó, aunque abogó por no engañar al electorado. «Contemos a la gente lo que es factible y lo que no. A ese objetivo se llegará cuando se llegue, y si es que existe una voluntad muy amplia del pueblo», advirtió, tras insistir en que «hacer país también es gestionar cada día».

Junto a ese alarde de realismo, Esteban salió a la vez en defensa de las polémicas declaraciones de Pablo Iglesias sobre la supuesta quiebra de la calidad democrática de España al señalar lo que él observa como «abolladuras» del sistema. «No pasa nada por aceptarlas e intentar corregirlas», expresó. Muy pocas son las ocasiones en las que Sabin Etxea actúa como defensor del líder de Podemos. Pero tampoco se le caen los anillos por avalar una opinión suya, máxime cuando supone criticar las supuestas fallas del Estado. Unos «desconchados» de la democracia entre los que citó la actuación del rey emérito, la existencia de «presos políticos» y «represión» en Cataluña, el 'caso Kitchen' y el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél.

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