Ibai culmina la gesta en memoria de su padre, víctima de ETA
Ibai, hijo del ertzaina Mikel Uribe, tiroteado por ETA hace 24 años, ha evocado hoy a su padre y subido en bici 25 veces el alto de Mandubiaen Beasain
Borja Alonso
Lunes, 14 de julio 2025, 07:23
La vida me ha puesto muchas cuestas y se me olvida que he conseguido superarlas». Ibai Uribe afronta con esta declaración de intenciones el 14 ... de julio. Ese mismo día pero de 2001, su padre, el jefe de Inspección de la Ertzaintza en Gipuzkoa, Mikel Uribe Aurkia, fue asesinado por ETA en su localidad natal de Leaburu, en Tolosaldea. Tenía 44 años. Casi 24 años después, su hijo Ibai, que entonces tenía solo 13, regresó simbólicamente a este doloroso punto de su vida. Pero lo hizo a su manera. No con un acto público de homenaje ni un recordatorio oficial, sino con un desafío físico y personal que él mismo define como «íntimo y de superación».
A las 5.00 de la mañana de este lunes, coincidiendo con el 24 aniversario del trágico atentado, Ibai comenzó un reto deportivo extremo: subir en bicicleta 25 veces el alto de Mandubia desde Beasain, acumulando cerca de 300 kilómetros y 9.000 metros de desnivel, equivalentes a la altura del Everest, la montaña más alta del mundo. El objetivo: completarlo antes de las siete de la tarde. Es decir, en menos de 14 horas. Catorce en memoria de la fecha del 14 de julio y del asesinato. El reto lo ha nombrado como 'Everesting Mandubia', haciendo referencia al gran desnivel que superó. «Un reto deportivo, fácil de entender y más complicado de hacer», reconoció.
«Le llamaremos Ibai (decide el aita) y nacerá en Pamplona (decide la ama)». Así comenzaba la carta públicada que el propio Ibai Uribe compartió en sus redes sociales para explicar el sentido profundo del desafío que afrontó. Nacido en 1988 y criado primero en Irún y después en Legorreta, su historia no es solo la de un hijo que perdió a su padre a manos del terrorismo. Es también la de un niño que descubrió muy pronto que la vida no era sencilla, ni dentro ni fuera de casa. «Soy aquel al que le mataron a su padre», escribió hace dos meses Ibai en su carta pública. Hoy, con 37 años, casado, padre y diseñador de cocinas, asegura que no pretende dar lecciones ni rendir cuentas. «Solo quiero ayudar e inspirar a quien lo necesite. Eso es lo que más me llena», explicó.
Ibai recuerda una infancia marcada por el asesinato de su padre, al que rememora con mucha admiración, y por las amenazas de ETA presentes en su día a día. Pero también reconoce la figura fundamental de su madre a lo largo de su vida, que sostuvo a la familia en los años más difíciles. «Es indiscutible que lo ha dado todo por mí, muchísimas gracias, ama», confiesa.
El deporte dice «haber estado muy presente en su vida», desde niño hasta el día de hoy. Primero fue el fútbol, como jugador del Tolosa C.F donde aprendió lo que era la constancia, el respeto y la humildad con sus compañeros de equipo, a los cuáles está «eternamente agradecido».
Luego, después de la pandemia, descubrió la bicicleta y gracias a su entrenador y al esfuerzo continuado ha encontrado un rumbo en el que dice «haber reconstruido una nueva identidad, recuperando las ilusiones». «El deporte ha estado presente en mi vida y en algunas ocasiones me atrevo a decir que incluso ha sido salvador para mí», explica en su escrito.
Con todo ello, Ibai afrontó un desafío complejo en el que su meta le hizo ver que era capaz de superar cualquier cuesta. «Este reto me recordará que soy capaz -y que lo he sido- de vivir libremente y feliz», sostuvo. No busca visibilidad ni reconocimiento, y lanza una invitación abierta: «Quien lo desee puede acompañarme hoy, ya sea pedaleando, andando o corriendo». Porque, como él mismo resume, «solo se llega más rápido; acompañado, mucho más lejos».
Dos asesinatos en un día
El jefe de la Unidad de Inspección General de la Ertzaintza de Gipuzkoa falleció aquel sábado 14 de julio en 2001 después de que un miembro de ETA le disparara a bocajarro con un subfusil. El asesinato sucedió por la tarde, cuando se dirigía a cenar con unos amigos a una sociedad gastronómica de Leaburu, su localidad natal. El agente, de 44 años, ingresó clínicamente muerto en el hospital y los médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida.
Ese mismo día, por la mañana, la banda terrorista había asesinado en Leitza al concejal de UPN José Javier Múgica Astibia con una bomba bajo su coche. En plena ofensiva, ETA trataba de teñir de sangre la jura ese día en Gernika como lehendakari de Juan José Ibarretxe, tras unas elecciones autonómicas muy polarizadas entre la coalición PNV-EA y los partidos constitucionalistas, PSE y PP, con una Batasuna en caída libre tras el fracaso del proceso de paz de Lizarra-Garazi.
La Audiencia Nacional condenó en 2004 a 36 años de cárcel a cada uno de los cuatro integrantes del 'comando Erezuma' -Ibon Echezarreta, Luis María Carrasco, Santiago Vicente Aragón y Francisco Javier Makazaga- por el asesinato del ertzaina Mikel Uribe.
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