La cartera, el móvil de 'Goyo' y una espada de samurái

Allí están sus fotos familiares. María Jiménez Ramos, comisaria de la exposición, destacó ayer esa instantánea en la que se ve a Gregorio y a su hermana Consuelo en el día de su comunión. Posan en la lavandería que abrió la familia al regresar de Venezuela, un comercio que recuerdan que «abría 365 días al año y solíamos decir que allí se lavaban todos los trapos sucios de San Sebastián».

Hay elementos conocidos, como esa bala amenazante que alguien depositó en su buzón del Ayuntamiento. Y otros sorprendentes, como una espada de samurái. La envió, tras su asesinato, el alcalde de Marugame, una ciudad japonesa situada en la prefectura de Kagawa. «Mis sinceras condolencias por la gran pérdida de su marido. Hemos sabido de su muerte. Conocimos al señor Ordóñez, que hizo grandes esfuerzos por abrir lazos amistosos entre Marugame y Donostia -la carta está escrita en inglés pero el nombre de la ciudad aparece citado en euskera-. Acepte en nombre de su marido este regalo que le enviamos y la invitación a visitar nuestra ciudad cuando esté algo recuperada». La firma el alcalde nipón Keiji Katayama, quien se la remitió a Ana Iribar, la viuda de 'Goyo'.

Iribar es presidenta de la Fundación Gregorio Ordóñez, que apadrina la muestra, y acudió ayer a la presentación en Vitoria. «Esta idea nació para el 25 aniversario del asesinato porque no existían todavía lugares como el Memorial y necesitábamos espacios para reflexionar sobre qué hicimos cada uno de nosotros cuando ETA mataba. Creemos que esta es la forma más atractiva para llegar a la gente joven y que escuchen los testimonios de lo que sucedió en el País Vasco hace muy poco tiempo». Iribar confesó que «Gregorio sabía perfectamente que ETA le iba a asesinar. No sabía cuándo ni cómo pero sí que sucedería. Decidió quedarse, quiso luchar aquí y asumir las consecuencias, que conocía bien».

En la presentación intervinieron también el director del Memorial, Florencio Domínguez, quien recordó el asesinato de Ordóñez como el primero que se enmarca en la tristemente célebre ponencia 'Oldartzen'. «Fue el primero de la estrategia de la socialización del sufrimiento, que llevaron a cabo al alimón ETA y su brazo político».

Esta exposición itinerante pudo verse por primera vez en San Sebastián en 2020, con motivo del 25º aniversario del crimen. Posteriormente recaló en Madrid pero la pandemia frustró sus siguientes citas, entre las que se incluían el Parlamento Europeo y el Instituto Cervantes de París.

La muestra consta de tres espacios diferenciados. El primero aborda el asesinato, la segunda retrata su trayectoria política y hay una parte final con fotos familiares y viñetas de periódicos. La exposición está ya abierta al público -de martes a sábado de 12 a 19 horas y domingo de 12 a 14 horas- y se mantendrá en el Memorial hasta el 30 de enero.